Capitulo 38

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-Buenas noches, tengo una reservación a nombre de Sasuke Uchiha -

-Buenas noches joven Uchiha, lo estábamos esperando - 

La chica de la recepción miro a los dos jóvenes, al parecer uno era de esos "hombres fenómenos" que tenían el don de concebir y el otro, era muy apuesto, una lástima que bateaba del otro lado. 

Naruto se dio cuenta que la mujer miraba su estómago ligeramente abultado, por lo que trato de bajar más su camisa. 

La chica sonrió levemente y guio a la pareja a una mesa cerca de la ventana. 

-Espero que disfruten la vista - la mujer les entrego un menú - Tenemos promociones en bebidas - 

Sasuke no le prestó atención al menú ni a la mujer, su mirada se dirigió en su esposo y pregunto - ¿Qué deseas comer? -

-Venimos a comer barbacoa - respondió el rubio algo apenado. 

Sasuke dibujo una sonrisa en los labios - Cierto, entonces tráenos un "Yakiniku" si es tan amable - devolvió el menú sin apartar la mirada en el rubio. 

La chica no respondió, solo agarro el menú y se retiró. 

-Te dije que no era buena idea salir, casi todos me ven como un fenómeno - 

El azabache se dio cuenta que Naruto intentaba ocultar su estómago y miro alrededor. Era cierto que varias personas miraban hacia su mesa y susurraban entre ellos. 

-¿Debería de comprar el restaurante? - 

Naruto alzo una ceja -¿Qué? -

-Así puedo correr a todos y tener una cena agradable con mi esposo - dijo el Uchiha con una sonrisa - Si, no estaría mal - 

El rubio se levantó de la silla y soltó un rotundo "¡No!", pero al ver que se ganó más miradas, decidió sentarse de nuevo y tranquilizar al azabache - Estoy bien, debo acostumbrarme. Además no soy el único hombre que puede concebir, hay varios que a lo mejor sufren como yo - 

Es verdad que era raro ver a hombres embarazados por las calles y eso se debía a un grupo religioso que hablaba sobre la blasfemia ante tal fenómeno y que gracias a sus razones, ganaron más seguidores. 

Naruto no lo sabía ya que no veía las noticias ni tampoco salía mucho a la calle desde que sucedió lo del secuestro. 

-Es solo que la gente le da miedo lo diferente - murmuro el Uchiha al pensar las noticias recientes. 

-¿Dijiste algo? - 

Sasuke negó con la cabeza y apoyo los brazos sobre la mesa - ¿No crees que se están tardando con la comida? - 

El rubio miro a su alrededor - Si, debe ser porque hay mucha gente - 

Sasuke no respondió, solo se levantó de la silla, haciendo que el rubio se fijara en él. 

-¿Qué piensas hacer? -

-Iré a dar una vuelta, quédate aquí - Sasuke no le dio tiempo a Naruto para responder y camino hacia la cocina. 

Naruto se preocupó, bajo la cabeza y acaricio su estómago para controlar sus nervios. 

De repente sintió la presencia de alguien a su lado y alzo la cabeza. 

Una mujer de mediana edad, se había sentado a su lado y estaba empezando a sacar varios objetos de su bolsa de mano. 

-Disculpe ¿La puedo ayudar en algo? - pregunto el rubio al ver los objetos que se extendían en la mesa. 

-No -

Naruto no supo que responder y solo se quedó en silencio, observando a la mujer. 

-¿Cuánto tiempo vas a estar sentado en esta mesa? - pregunto la mujer. 

El rubio parpadeo ante su pregunta - Mi esposo reservo esta mesa - respondió. 

-¿Tu esposo? ¿No se supone que eres un hombre? -

-Lo soy - 

-Entonces, quisiste decir esposa - al parecer en su bolsa ya no llevaba más cosas porque dejo de llenar la mesa y se quedó observando al rubio - Ahora que me doy cuenta, eres un hombre fenómeno - 

-¿Hombre fenómeno? - 

-Hombres que tienen el fruto del diablo - 

Esas palabras hicieron sobresaltar al rubio y aparto la mirada en la mujer. 

-Si, es una jugada del demonio para burlarse de las mujeres. No es algo que se pueda llamar milagro, es algo absurdo - 

Naruto empezó a pellizcar sus dedos para no perder la paciencia. 

-Así que lo mejor es que te deshagas del bebe y te operes, así puedes ser normal - 

-No quiero ser normal - dijo Naruto en un susurro - Estoy bien así - 

La anciana negó con la cabeza - Muy mal, el día que mueras vas a ir al infierno - 

Esas palabras despertaron algo en el rubio y le dirigió la mirada a la anciana - Entonces, supongo que la vere ahí - 

La anciana quedo con la boca abierta y se puso una mano en el pecho - ¡Que grosero! - 

-¡Disculpen, el restaurante va a cerrar! - 

El gerente salió de la nada y empezó a vociferar que el establecimiento estaba cerrando. La gente quedo extrañada, pero no les dio tiempo de preguntar porque los meseros estaban recogiendo sus platillos y estaban dando prisa a que se levantaran. 

-¡La casa invita! ¡No es necesario que paguen sus alimentos! - el gerente se dirigió a la mesa del rubio - Señora, le pido amablemente que se retire - 

-¡¿Qué?!  ¡Pero si acabo de llegar! - 

-Lo siento, pero el lugar cambio de dueño - 

La anciana apunto hacia el rubio -¡¿Y qué me dices de él?! - 

El gerente le regalo una mirada - Es el nuevo dueño - dijo como si nada. 

La mujer quedo en shock y no se movió, algo que aprovecho el gerente para empujarla a la salida. 

-¿Soy el nuevo dueño? - se preguntó Naruto en voz alta - Pero si no he comprado este lugar -

-Es un regalo de bodas - 

El rubio se sobresaltó al escuchar la voz de Sasuke detrás de su espalda. 

Sasuke lo abrazo por los hombros y le dio un beso en la mejilla - Espero que no rechaces mi regalo - 

Naruto no se enojó como imagino, al contrario se sentía feliz y aliviado. 

- No, me gusta - 











Amor a la MedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora