CAPITULO 10

2.2K 149 15
                                    

Volví a la cocina para terminar las cosas que faltaban. Lo bueno de haber pasado tanto tiempo en esta casa en mi niñez es que la conocía como la palma de mis manos, me movía por la cocina con mucha agilidad mientras buscaba las cosas que necesitaba. La música no había parado de sonar del parlante y mientras hacía las cosas murmuraba las letras. La cocina y repostería me ayudó mucho a desconectar en estos últimos años.

De repente alguien se paró a un lado muy cerca de mí. Miré curiosa para saber quien era y me encontré con esos ojos celestes brillantes y una sonrisa.

-Hey- susurre cautivada.

-Hey- respondió con su voz grave, un escalofrío paso por mi cuerpo y sentí el calor en mis mejillas separe mis ojos de los de él volviendo a terminar lo que hacía -¿Qué es esto?-

-Un postre típico, se hace solo con estas galletas, dulce de leche, crema y café ¿Quieres probar la mezcla?- le pregunte con una sonrisa y él asintió. Con cuidado acerqué la cuchara a sus labios y él abrió la boca probándola. Sentí mis mejillas enrojecerse más.

-Qué delicia- sonreí orgullosa sin mirarlo. La mirada de él estaba sobre mí, en cada cosa que hacía y su cuerpo bastante pegado a mí.

-¿Cómo estuvo esas vacaciones?- pregunte rompiendo el silencio cómodo que se había armado entre ambos.

-Bastante bien, pero hubiera preferido que también estuvieras ahí-

-Seguro conseguiste con quien pasar el tiempo- evite que mi voz sonara dolida. No sabía por qué había dicho eso, sabía que la respuesta me dolería, pero capaz así las ilusiones se rompieran ahora antes de caer más.

-En realidad nada de eso. Disfrutaba más hablar contigo- lo miré sorprendida, no esperaba para nada eso. Ahí me di cuenta la diferencia de horario que había.

-¿Dejaste de ir a fiestas por hablar conmigo? No tenías que hacer eso, podíamos hablar en cualquier momento- me sentí un poco culpable pensando en todas las videollamadas que hacíamos cuando allí era de noche.

-Fue decisión mía Ele, iba un par de horas y después volvía cuando hacíamos videollamada. Los demás días tampoco tenía muchas ganas de estar horas ahí- frunció sus hombros restándole importancia.

Pasamos un rato más hablando y me ayudo con un par de cosas hasta que los demás bajaron para cenar. Todos disfrutaron de la comida y los halagos calentaron mi corazoncito emocionado.

Las horas pasaron con ellos contándome anécdotas de su viaje, sonreí nostálgica a escucharlos reír y cada cosa que había pasado. Lamentaba habérmelo perdido por todo lo que había pasado que me obligo a volver a Argentina unos días.

-¿A ti como te fue allá?- pregunto curioso Landó.

-Fui por trabajo, así que no hice muchas cosas emocionante-mientras los demás me preguntaban algunas cosas sentí la pesada mirada de Carlos sobre mí, conectamos miradas y apreté la mandíbula sabiendo que significaba. Disimuladamente negué y él suspiró agachando la mirada, vi como Isa acomodaba una mano en su brazo en forma de apoyo. Volví a ver a Landó y le sonreí, esperaba que nadie más se hubiera dado cuenta de eso, pero sentía la pesada mirada de Pierre que estaba a mi lado y sabía que algo había visto -Deberían ir alguna vez y hacerse un tour por varias lugares-

Pasamos varias horas más hablando y decidieron brindar por las vacaciones y todas las cosas buenas que habían pasado en la primera mitad del año. Carlos junto a Isa volvieron con un par de champán y unos vasos. Ella acomodó los vasos en frentes de todos, dejándome también a mí, que disimuladamente lo llene de agua y Carlos fue sirviendo a los demás.

-¿Ele no tomaras?- pregunto Luisa confusa y todos se giraron a verme. Sonreí incómoda.

-No tomo alcohol- aclaré -Brindaré con agua si no les molesta- todos asintieron sin preguntar más sobre el tema por suerte.

Los vasos fueron pasando, las botellas vaciándose y las risas aumentaron. Era bastante tarde y todos llevaban varias copas encima, disfrutaba las tonterías que hacían todos. De un momento a otro se pusieron a hacer karaoke a los gritos, Carlos y Landó cantaban al unísono Smooth Operator.

Mi celular vibro a un lado mío y vi la notificación de mi pastilla. Sin querer molestar la diversión, además de que ya me estaba cansada por haber madrugado, entre sin hacer mucho ruido así ninguno se diera cuenta.

Caminé a paso lento por la casa hasta llegar a mi habitación, me cambié para dormir, ate mi pelo en un desordenado moño y fui al baño. Cuando termine me senté en mi cama y agarre de la mesita de luz el botecito de pastillas, tome las que me tocaban y me recosté, apoyando mi espalda en el respaldo, prendí mi computadora para revisar algunas cosas del trabajo.

De repente mi puerta se abrió y confundida miré a la persona que entraba. Pierre, para nada en sus 5 sentidos, camino tambaleándose hacia mi cama, tirándose a un lado mío y abrazo mis piernas con uno de sus brazos.

-¿Pierre?- deje la computadora a un lado y me acerque para ver su rostro. Despacio con mis dedos saqué el pelo que le caía sobre los ojos, los tenía cerrados -¿Qué haces aquí?-

-Te fuiste- murmuro arrastrando las palabras por el estado en el que estaba -Quiero estar contigo- se apretó más hacia mi cuerpo.

¿Qué mierda estaba pasando?

-Lo que tú necesitas es ir a dormir- intente alejarme de él para levantarme, pero no me dejo -Pierre- le dije como una madre retando a un hijo.

-No quiero- dijo como un nene y vi como hacía un puchero. Suspire cansada, seguro iba a lamentar esto.

-Esta bien quédate, pero por lo menos acomódate mejor en la cama- con una sonrisa hizo lo que le pedí y se acomodo.

Guarde mis cosas y me acomode junto a él mirándolo y no separaba sus ojos de mi, pero podía ver como se le cerraban del cansancio. Estiro su mano acariciando mi mejilla y pelo, atenta sentí cada movimiento que hacia.

-¿Quien diría que estando alcoholizado serias tan cariñoso?- dije burlándome y sonrió con dulzura.

-No lo soy en realidad, solo contigo- los mimos en mi pelo siguieron -Eres especial-

-Estas diciendo muchas incoherencia, creo que ya es hora de que duermas- dije mirando al techo, obligándolo a alejar su mano de mi pelo, evitando querer sentir como mi corazón latía mas rápido y mis mejillas se enrojecían. Pierre se quedo quieto mirándome fijamente, sentía su mirada penetrante en mi rostro. De reojo vi como se acercaba a mi y dejaba un beso largo en mi mejilla.

-Los borrachos y los niños nunca mienten, hermosa- escuche que murmuro para después alejarse. Me gire mirándolo sin saber que pensar, él solo sonrió antes de agarrar mi mano y entrelazándola con la de él para después quedarse dormido.

Aun pensando en lo que había dicho, una pequeña sonrisa juguetona apareció en mi rostro. Me incline para apagar la lampara de la mesita de luz sin moverme mucho para no despertarlo y me acomode mas cerca de él cerrando los ojos.

No sabia que estaba pasando, pero como me prometí disfrutaría aunque termine con el corazón roto.

Healing [Pierre Gasly]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora