Healing [Pierre Gasly]

CAPITULO 38

Después de almorzar pasamos las horas viendo una serie, estaba muy cómoda con mis piernas sobre el regazo de Pierre y sus manos sobre mi acariciándome. Amaba estar en estas situaciones tan cotidianas con él y realmente podía vernos en el futuro así. Viajar con él durante las mayoría de las carreras que me permitan mi trabajo, apoyarlo en cumplir su sueños y estar siempre que me necesite junto a él.

Cuando termino el capítulo el francés palmeo mi muslo para llamar mi atención

-En una hora nos vamos- su mano subió y bajo por mi pierna acariciándome

-Debería ir a prepararme- le dije intentando no concéntrame en su mano tocándome. Viendo hacia atrás este último año note que mientras más pasaba el tiempo Pierre necesitaba tener sus manos encima de mí de alguna forma, como si su lenguaje de amor fuera el contacto físico. Igual no negare que me gustaba estar así con él y que yo también era un poquito así -¿Qué debería usar? -

-Con algo cómodo y casual estarás bien- asentí, saque mis piernas de encima de él y me levante del sillón. Pierre agarro mi mano, me atrajo hacia él sentándome en su regazo, agarro mi rostro con una de sus manos y me beso

-Ahora si te puedes ir- le sonreí dándole un pequeño beso y me fui hacia la habitación para cambiarme.

Primero decidí maquillarme un poco, no era de hacerlo mucho, pero me gustaba como quedaba el rímel en mi así que aprovecharía la ocasión y me senté frente al espejo. Al terminar me mire por última vez feliz con el resultado y justo Pierre entro por la puerta del vestidor.

-Creo que desde que te conozco que no te había visto con maquillaje- comento el francés caminando hacia mí, y apoyo sus manos en mis hombros mirándome

-No soy muy fan de hacerlo ¿Te gusta? - pregunte con una sonrisa

-Me gustas sin importar que hagas- me dio un beso en la cabeza y se apartó buscando ropa, lo imité y elegí lo que iba a usar, obviamente con un hoddie porque hacia bastante frio al anochecer.

- ¿Estas listas? - me pregunto al llegar junto a él a la puerta principal. Sin pensarlo estire mi mano y la agarro entrelazando nuestros dedos, esto ya se volvía una costumbre.

Ya en la calle, antes de subir al coche, logre ver una farmacia a media cuadra. Mordí mi labio indecisa, pero el que no arriesga no gana ¿verdad?

-Espérame un segundo- le avisé y solté su mano corriendo hacia el lugar. Cuando entre camine nerviosa buscando lo que quería, al verlo me acerque y agarre una caja. Con el rostro enrojecido de la vergüenza fui a pagar y antes de salir de ahí los escondí en mi cartera.

-Ya podemos irnos- dije cuando estuve a su lado y Pierre me miro preocupado

- ¿Esta todo bien? -

-Si, solo necesitaba comprar unas pastillas para el dolor de cabeza- la mano de Pierre viajo a mi cintura y apretó suavemente

- ¿Segura? si quieres nos quedamos aquí...- besé su labios callándolo y sonreí

-Estoy bien- me devolvió la sonrisa

Subimos al auto y manejamos varios minutos. Lo notaba nervioso, su mano libre estaba en mi muslo y cada tanto daba un pequeño apretón. Puse mi mano sobre la de él y la acaricié con mi pulgar queriendo tranquilizarlo.

Note como salíamos de Milán y nos rodeó la naturaleza con árboles gigantes. Curiosa mire las pocas cabañas y mansiones que había al alrededor y realmente quede embobada viendo la arquitectura del lugar.

En un momento entramos por una calle de tierra y manejamos unos minutos más hasta que por el horizonte vi asomarse un mansión antigua rodeado de un gran jardín y con la naturaleza apropiándose de sus infraestructura