CAPITULO 25

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Le dije a Pierre que me esperara, fui a la habitación por mi cartera donde guarde lo necesario y camine hacia la puerta principal donde me esperaba. Estaba apoyado en esta con las piernas cruzadas escribiendo algo en su celular, mordí mi labio por la imagen y él levanto la mirada sintiendo mi presencia.

-¿Lista?- dijo estirando su mano para que la agarrara, camine hacia él y entrelace nuestros dedos

-Lista- le respondí con una sonrisa.

-Estas hermosa- murmuro en mi oído y la sonrisa en mis labios creció mas.

-Gracias- dije timida sin poder mirarlo 

Cuando salimos a la calle el clima estaba hermoso, el frescor de la noche, la pequeña brisa que corría y la luz del atardecer haciendo ver a la ciudad como una obra. Pierre no dejo ir mi mano y me guio por las iluminadas calles de Milán. Al ser una de las ciudad antigua de Europa las calles estaban repletas de arquitectura neorrenacentista, neoclásico y gótico.

-Estamos cerca del primer lugar- hablo el francés de repente sacándome de mi ensoñamiento.

-¿Cual es?- dije mirándolo, una sonrisa apareció en sus labios y nos paramos. No sabia donde estábamos ni que había al mi alrededor ya que sus ojos tenían toda mi atención. Acerco su rostro a mi, nuestras narices se rozaron, y sin mas murmuro.

-Mira hacia el frente- sin esperarme eso gire mis rostro. Mi boca se abrió en grande a ver la magnifica catedral que se alzaba en el paisaje con la poca luz del atardecer que quedaba iluminando su fachada.

-Dios- murmure atónita, empecé a caminar sin estar pendiente mucho en mi alrededor hasta estar mas cerca de esta, viendo cada detalle -Esto es fantástico-

-Sabia que te gastaría- el francés hablo junto a mi -No esperaba que tanto como para que caminaras hasta aquí arrastrándome- bromeo

-Esto es...- no sabia como explicarlo. Sentí mis ojos arder y las lagrimas acumularse en ellos. Estar aquí era como cumplir un sueño, nunca había pensado que podría llegar a estar en una de mis ciudades favoritas tan pronto y poder conocerla, pensé que aun faltarían años para esto -Gracias Pierre- le dije y me gire a mirarlo, sus ojos ya estaban sobre mi, note como al conectarse con los míos su rostro cambio a preocupación, pero le sonreí calmándolo.

Se paro frente a mi. Su cuerpo estaba pegado al mío, su rostro muy cerca y con una de sus manos acuno mi mejilla para después con su pulgar acariciar mi pómulo limpiando una lagrima.

-Si lloraras cada vez que te lleve a algún lado no te sacare mas de mi casa- me aleje de él soltando nuestras manos y riéndome. Pase las manos por mis ojos secando las lagrimas.

-Ya no seré sentimental- ambos sonreímos mirándonos a los ojos desde la distancia.

De repente sentí musica. Me gire en mi lugar buscándola y un poquito lejos logre ver un artista callejero con una guitarra, por haber estado tan centrada en la catedral no lo había notado, frente a él había unas cuentas personas disfrutando del show.

-Vamos- dijo Pierre agarrando mi mano y corriendo hacia él

-¿Que haces?- le pregunte siguiéndolo sin entender mucho que pasaba. Llegamos al grupo de gente y pasamos entre ellos

-Ven- me dijo con una sonrisa y quedamos en medio de la ronda que se había armado alrededor del artista -Bailemos-

-¿Que?- una mano mía quedo apoyada en su hombro, una de sus manos viajo a mi espalda baja pegándome a él y la otra agarro la mía. Mire a la gente a nuestro alrededor sintiéndome cohibida, después mire hacia mis pies, no quería pisarlo pero el levanto mi rostro obligándome a verlo a los ojos

-Nunca se mira hacia abajo- sonrió -concéntrate en mi , olvida todo y a todos- asentí e hice lo que me pidió. El francés empezó a guiarme en el baile, marcando el ritmo. Sus ojos sobre los mío, esas piedras celeste brillaban en la noche. En un momento hizo un movimiento alejándose de mi para hacerme girar sobre mis pasos y después volverme a pegar a él.

Esto era algo que nunca se me hubiera ocurrido hacer porque no soy alguien que le gusta llamar la atención, pero ahora estando aquí sentía que podía olvidar todo lo que había pasado. Que podía volver a vivir sin pensar en eso, matándome cada minuto, que podía ser yo otra vez, que podía amar sin miedo.

Pero todo eso desapareció al escuchar la musica parar y la gente aplaudir a nuestro alrededor. El show había terminado. Nuestros rostros estaban tan cerca que nuestras narices se rozaban y sentíamos el aliento del otro en nuestro rostro.

-No bailas tan mal- murmuro él sin moverse ningún centímetro. Le sonreí, el rubor subió por mis mejillas y salí de esa burbuja. 

Sentí las personas que seguían a nuestro alrededor mientras el cantante comenzaba otra canción. Avergonzada por la atención mire a mis pies y me abrace a mi misma resguardándome también de la brisa fría que empezó a correr por la oscura noche.

-¿Vamos a cenar?- Pierre dijo a un lado mía, me abrazo por los hombros cubriéndome del frio y protegiéndome de las miradas que sentía sobre mi.

Healing [Pierre Gasly]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora