Y entre las cosas que más extraño tendría que mencionar aquel pequeño roce entre nuestras manos al quedarnos dormidos juntos, siempre sobre aquella rígida mesa, esa ligera fricción era suficiente para acelerar mis latidos de tal modo que temiera por mi vida. Y veme aquí, de la mano de este desconocido que con cien besos no logar lo que tu provocabas en mi con una mirada. Pero se que buscar eso es imposible, jamás habrá otra coincidencia milenaria como la nuestras, no en este siglo, no en este mundo. Y él es bueno, me trata bien y siempre es atento, no me juega bromas pesadas como tu hacías y definitivamente es mucho más maduro, me ha enseñado lo que es una relación estable entre adultos. Él es bueno y me quiere, eso es suficiente, verdad?...
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Fantasías Delirantes de un corazón roto
PoetryYo, que siempre fui corta de palabras, agradecí el arte de la caligrafía, fue mi salvación en muchos momentos, sobretodo cuando las palabras, incapaces de salir de mi boca, se acumulaban en mi cabeza provocando pensamientos dañinos de más-. Y desde...