Añoranzas

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Y entre las cosas que más extraño tendría que mencionar aquel pequeño roce entre nuestras manos al quedarnos dormidos juntos, siempre sobre aquella rígida mesa, esa ligera fricción era suficiente para acelerar mis latidos de tal modo que temiera por mi vida. Y veme aquí, de la mano de este desconocido que con cien besos no logar lo que tu provocabas en mi con una mirada. Pero se que buscar eso es imposible, jamás habrá otra coincidencia milenaria como la nuestras, no en este siglo, no en este mundo. Y él es bueno, me trata bien y siempre es atento, no me juega bromas pesadas como tu hacías y definitivamente es mucho más maduro, me ha enseñado lo que es una relación estable entre adultos. Él es bueno y me quiere, eso es suficiente, verdad?...

Fantasías Delirantes de un corazón roto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora