Bittersweet | Taegyu

once ~

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Sonaba extraño teniendo en cuenta quién era él, pero no se sentía muy cómodo en fiestas y ese tipo de eventos masivos. Por más loco que suene, Beomgyu era de los que prefería ver los conciertos virtuales a tener que someterse a una manada de fanáticos desenfrenados. Esta era la razón por la que solo salía muy pocas veces.

En este caso, no tuvo remedio. Los chicos habían insistido en ir a una feria que habían colocado a media hora de la ciudad. Pensó en inventar alguna excusa, pero Sunoo quería ir y luego de la idea de jugar con Taehyun el pelinegro sugirió que también lo llevaran.

Aunque accedió, al fin, su cabeza seguía maquinando justificaciones para no asistir. Pero ninguna era válida.

— ¿A dónde van, jovencitos? —interrogó la madre cuando vio a tres adolescentes bajar arreglados por las escaleras.

— Abrieron una feria e iremos un rato con los chicos —respondió Beomgyu.

La mueca de la señora Choi podía asustar a más de uno, pero no a Sunoo y Beomgyu. Ellos sabían que iba a fingir pensarlo, para luego solo...

— Vayan con cuidado y no vuelvan muy tarde. Si necesitan que su padre o yo pasemos a buscarlos llámennos.

Quien quedó totalmente desilusionado con su madre fue Taehyun. No vivió su adolescencia con ella hasta ahora y los cortos periodos de vacaciones no eran suficientes para haber tenido esa experiencia antes. Sinceramente esperaba que fuese aquel tipo de mamá que se niega rotundamente o que pone condiciones absurdas que no hacen más que quitarte el ánimo de salir.

Sin embargo, todo lo contrario.

Los rostros calmados y sonrientes de los otros dos adolescentes eran las pruebas de que estaban acostumbrados a esa rutina.

Y antes de que pudiesen llamarlo malagradecido por no apreciar esa cualidad en su madre, debía admitir que él no quería salir. Al menos no así, con pendientes, una chaqueta de cuero y pantalones vaqueros. Tampoco era su plan favorito el visitar una feria acompañado de un grupo de adolescentes estrafalarios.

— Taehyunie, camina, ya nos están esperando.

Levantó la mirada para observar al que le hablaba y notó el bonito maquillaje en su rostro. Una sombra rosada adornaba sus ojos y se extendía hasta debajo de los mismos, llevaba un delineado largo y fino y las pestañas perfectamente rizadas. Encima de las cejas las que adornaban eran unas pequeñas piedrecitas colocadas en hilera. Los labios pintados con un color más oscuro y las mejillas tintadas de un evidente rosáceo.

Podía no gustarle el plan, pero sí la compañía de quien, estaba seguro, sería la atracción más linda de aquella feria. Y luciendo ese estilo de bad boy misterioso, al menos no iba a desencajar tanto entre los demás. No iba a desencajar al lado de Beomgyu.

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— ¡Pero miren quienes se dignan en aparecer! —vociferó Huening ganándose el primer bufido de la noche por parte de Taehyun. El segundo fue cuando se acercó descaradamente a Beomgyu y luego de repasarlo con la mirada, soltó un silbido de mal gusto y le susurró algo en el oído.

— Ya llegó nuestro autobús, apresúrense —animó Sunghoon, quien tomado de la mano de su novio fueron los primeros en subir.

Jake y Heeseung se posaron a cada lado y dedicándole sonrisas agradables lo empujaron para subir juntos.

— Qué bueno que viniste, Kang —oyó decir a Heeseung mientras tomaba asiendo a su lado.