doce ~

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《《《 ♡ 》》》

Las ferias deben ser lugares alegres. Deben. Aunque aquello parecía más un campo de batalla. Las armas eran miradas gélidas de un par de adolescentes y la victoria en cada batalla se definía por la atención de Choi Beomgyu.

Taehyun se había rehusado a soltar a Beomgyu desde que llegaron a la feria y Huening intentó robarlo un par de veces. Al final quedaron ambos chicos a cada lado del rubio, escoltándolo como la reina que era. Sin embargo, no se conformaron con tenerlo cerca, ambos querían que solo fuese con él.

Kai hacía un par de comentarios graciosos que sacaban risas de Beomgyu y era un punto para el más alto. Después, Taehyun tiraba del rubio por el brazo enganchado al suyo y lo apegaba más a él. Kai enfurruñado mascullaba palabras entre dientes y Taehyun sonreía victorioso porque se veía ganando.

En medio, Beomgyu se hallaba ajeno a esa tonta pelea. Para él era, incluso, reconfortante tener a esos dos chicos a su lado. ¿Quién diría que Taehyun y Kai por fin se estaban llevando mejor? Eso solo significaba que ya podía disfrutar de la compañía de ambos al mismo tiempo y sin inconvenientes.

— ¡Gyu! —exclamó Heeseung parándose enfrente del trío y deteniéndoles.— Hay unas máquinas allá, —señaló hacia su derecha y volvió la vista al más bajo— vamos a jugar un par de rondas.

Ante la invitación, Beomgyu no pudo resistirse. —Me apunto —aseguró antes de alejarse de los dos para unirse a Heeseung y correr a las máquinas.

Taehyun y Kai bufaron sabiéndose perdidos, los dos. Al fin y al cabo ganaban las máquinas, o cualquier otro tipo de juego en el que Beomgyu pudiese demostrar lo bueno que era en todos. Y sin más remedio caminaron a la par, detrás del par que había salido al galope, guardando la distancia entre ambos. No vaya a ser que los confundan con un par de amigos. Eso nunca.

《《《 ♡ 》》》

Aunque Kai tuviera la parte de los coqueteos, las risillas y el acercamiento excesivo, Taehyun tenía algo mayor. Según él, nada se comparaba a su ventaja. Aunque nunca lo admitiría en voz alta, sabía que contaba con algo que nadie más y eso era familiaridad. Incluso, después de años de estar separados, nada iba a poder en contra de esa sensación.

Lo pudo demostrar cuando, en el momento en que Beomgyu sintió que necesitaba descansar, solo se lo comunicó a Taehyun, sabiendo que no insistiría más allá.

El castaño sonrió complacido cuando el brazo ajeno volvió a engancharse al suyo y pudieron alejarse del resto. Luego, sentados en un banco cerca de un puesto de hamburguesas, respiraron un poco del bullicio y algarabía del resto. Sus cuerpos familiarmente cercanos permanecieron allí por unos largos minutos entre pequeñas conversaciones tranquilas.

— Taehyunie, aunque te ves muy bien con ese atuendo, creo que lo mejor es que vuelvas al habitual —mencionó Beomgyu haciendo que el aludido respirara con tranquilidad.

Él quería volver a su ropa habitual.

— Lo haré, pero fue divertido —aseguró añadiendo una sonrisa que complació al rubio.

— Me gustas más con tus buzos y pantalones dos tallas más grandes. —El bostezo que acompañó las palabras de Beomgyu lo distrajeron de la reacción de Taehyun.

Bittersweet | TaegyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora