Bittersweet | Taegyu

treinta y seis ~

《《《 ♡ 》》》

El plan no existía, así que su próximo paso era convencer a sus amigos de hacer algo en la tarde. Solo sabe que no debería ser difícil y que necesitaba que fuese algo simple para no abrumar a los nuevos invitados. Él sabe que sus amigos son capaces de cualquier cosa en nombre de la diversión.

—¿Qué tal un karaoke? —sugirió Heeseung.

—No iremos a verte presumir tus habilidades vocales —Jay replicó—. Yo voto porque sea algo tranquilo —¡Bingo!— podemos ver una película.

—En mi casa —propuso Sunghoon.

—Perfecto, película en casa de Hoon —sentenció Beomgyu antes de que agrandasen el plan—. Llevaré a unos amigos —anunció.

—¿Amigos? —curioseó Sunoo quien descansaba en el hombro de su novio.

—Taehyun y sus tres amigos, son divertidos —agregó para aligerar el terreno.

—¿Ya has quedado con ellos? —cuestionó Jay con recelo.

—De seguro sí son geniales si son amigos de Tae —intervino Sunoo salvando un poco a Beomgyu. Aunque le dirigió una mirada amenazante que solo podía significar un "tenemos que hablar".

Kai, quien había estado distraído en el teléfono hasta el momento, comentó: —A mí me parece bien —dejando sorprendido a todos en la mesa—. Ustedes ya saben que conozco a Choi Soobin.

—Pero nunca lo traes con nosotros aunque te lo sugerimos un par de veces —señaló Sunghoon.

—Siempre se niega.

—Pues conmigo no —aclaró Beomgyu con cierto aire de suficiencia alzando sus hombros.

—Eso es porque nadie le dice que no a la reina, bonito —explicó Kai seguido de un guiño.

《《《 ♡ 》》》

Realmente sí, había alguien que le decía que no la reina. Aunque ni siquiera está seguro de que Taehyun esté consciente de aquel absurdo título. Al menos parecía traerle sin cuidado cuando le cerró la puerta casi en el rostro a Beomgyu al verlo llegar con una canasta en las manos.

—¡Solo probarás la ropa! —intentó abrir la puerta, pero esta ya tenía seguro—. No estás obligado a usarla.

Jura que no quiere hacerle un cambio tan radical como aquella vez para ir a la tienda. Pero esta vez está ansioso de verlo usar una gabardina. De solo imaginárselo casi colapsa.

—Está bien —se rindió—, al menos déjame ayudarte.

La puerta fue abierta dejando ver a un Taehyun aún en ropa de casa. Lo que no era extraño. Lo extraño era la pequeña sacudida que sintió Beomgyu al entrar a la habitación.

Luego de retornar de Australia se había limitado en entrar al cuarto de Taehyun porque ya no parecía tan familiar como antes. Ahora se sentía más íntimo. La habitación del chico que le gusta parece hasta un lugar prohibido.

Pero debe fingir que nada ha cambiado. Excepto que cuando se acerca al closet no puede evitar aspirar un poco de la colonia que usa Taehyun todas las mañanas. Tampoco evita imaginarse que Taehyun lo sabe todo y que siente lo mismo. O que mientras está allí podría ser mimado más allá de solo un abrazo.