Observó su reflejo en el espejo, todo estaba en su lugar, su traje no tenía ni una sola arruga, sus zapatos brillaban, se colocó los guantes y salió al patio principal, ahí lo esperaban Nihil, Primo, Secondo y Terzo, todos con sus trajes de papa junto a sus ghouls. La luna llena se alzaba tan grande y bella sobre el cielo, las estrellas parecían bailar, se dirigieron unos metros lejos del castillo, donde estaba la iglesia. Una vez dentro se paró en medio del pentagrama dibujado en el suelo.
Papa Nihil encendió las dos velas negras frente a él mientras los Emeritus hacían lo mismo con las tres restantes, había una vela en cada punta de la estrella invertida. Formaron un círculo alejados del pentagrama, entonces todos los relojes del infierno sonaron indicando la media noche, pusieron sus manos entrelazadas cerca de sus rostros; con dedos pulgares, índices y medios erguidos, Copia se limitó a cerrar los ojos como todos. Las llamas incrementaron su tamaño.—Ci riuniamo per celebrare questa Messa per il nostro Cardinale. Confidiamo che Lucifero gli conferisca saggezza e che Satana gli conceda forza.
—Il padre, Il filio... —comenzaron todos al unísono.
Copia abrió los ojos entonces, se quitó el guante de la mano derecha, Nihil se acercó a él y sacó la navaja que guardaba en su casulla, tomó su mano, sintió el filo de la navaja cortar el primer dedo, solo la primer falange y cuando la sangre brotó se agachó para escribir el nombre del primer ghoul. Sabía que sus ghouls tendrían un vínculo especial e inquebrantable que les uniría. El viento volvió a soplar envolviéndolo, como un susurro llegó hasta sus oídos el primer nombre, lo escribió con la sangre que salía de su dedo, se puso de pie para repetir la misma acción cuatro veces más.
Al finalizar la temperatura descendía drásticamente, los alientos se convertían en baho, de pronto el suelo comenzó a moverse, el corazón de Copia comenzó a latir rápidamente. Lejos de estar asustado o preocupado estaba emocionado, extasiado ante los colores rojos, amarillos y naranjas de las flamas de las velas.
La madera se separó, un par de manos salieron de ella, una luz roja salía de las gritas, otro par de manos se hicieron presentes. Cinco demonios con cuerpo de hombres estaban desnudos, uno en cada punta. Hicieron una reverencia ante él.
Finalmente la temperatura empezó a ascender, las madera regresó a la normalidad, hubo un silencio por un par de segundos, todos estaban en silencio parados, mirando a los nuevos ghouls.—El ritual ha finalizado —dijo Nihil, entonces comenzó a toser.
El episodio duró solo unos segundos pero preocupó a todos, el viejo lucía cansado, mucho a decir verdad, su pecho se movía con rapidez, todos podían escuchar su respiración agitada. Copia llegó hasta él y le ayudó a sentarse en una banca que estaba pegada a la pared, las habían apartado para el ritual.
—¿Se encuentra bien, Papa?
—Sí —habló con dificultad—. En el altar... En el altar están los uniformes de tus ghouls.
Copia le miró preocupado, ya no tosía y parecía que su respiración volvía a la normalidad, sin embargo su edad ya era demasiado avanzada. Definitivamente el ritual le había afectado. Hasta ellos llegó Primo.
—Cardenal, vaya con sus ghouls, yo me encargaré de Papa.
Copia asintió, se alejó de ellos y fue donde estaban sus ghouls, en el altar, donde se encontraban las ropas y las máscaras. Swiss, tenía la piel morena, cabello negro, era alto y delgado; le seguía Aether, quien era un poco más bajo, no tenía cabello; Sodo era muy delgado, al contrario de Aether tenía el cabello claro y le llegaba más abajo de los hombros; Rain, cabello mediano, oscuro, una barba y bigote no muy prominentes; y finalmente estaba Mountain, el más alto de los cinco, sus piernas eran alargadas, era delgado, con el cabello corto. Se cambiaron y se colocaron las mascaras las cuales eran casi idénticas a la de los ghouls de Terzo, solo que estas tenían una abertura en la zona de la boca, para más comodidad.
Copia comenzó a escuchar las voces de sus ghouls en su cabeza, estos le miraban extrañados, sentía la incertidumbre y otras emociones dentro de él. Terzo se acercó.—Yo tampoco lo sabía al principio, nadie te lo dice hasta que obtienes a tus ghouls —se puso detrás de él, muy cerca. Colocó su mano izquierda en el pecho de Copia—. ¿Lo siente aquí, verdad? También en el estómago, de hecho lo siente en cada parte su cuerpo. Cierre los ojos. Así es, respire profundo, ahora ordenelos como si tuviese cinco diferentes cajones. Le daré unos momentos. Bien, ahora los pensamientos, haga lo mismo. No, por favor no desespere, dejé de fruncir el ceño y concentrece. Le tomará un tiempo, pero muy en el fondo sabe cómo hacerlo. Siga esa intuición.
Copia abrió los ojos, se sentía un poco exhausto, jamás había sentido aquello así que todo era nuevo. Como Cardenal no conocía absolutamente todo porque tenía otros asuntos que atender, su puesto había sido creado precisamente para lo que los Papas no podían, cosas un poco más simples. Lo único que conocía de ese ritual era la conexión y que de ser necesario, ellos darían su vida por él, pero no le habían advertido que escucharía los pensamientos ni sentiría los sentimientos de sus ghouls.
Cuando Papa Nihil estuvo dispuesto todos se dirigieron a sus hogares, Copia se despidió de sus ghouls, le dio unos pedazos de queso a Cheese y Cheddar y quedó dormido en cuestión de segundos.
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AMOR IMPUESTO [CARDENAL COPIA/PAPA EMERITUS IV]
FanficSister Imperator estaba insatisfecha con el desempeño de los últimos meses de Terzo, así que pensó un plan que llevaría a cabo, lo primero que tendría qué hacer era conseguir poner a Copia al mando del infierno. Después, conseguiría a una joven para...