Capitulo 3

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El fin de semana había pasado increíblemente lento para Lincoln, no solo por todas las dificultades que su nueva condición le había causado o el molesto dolor que en ocasiones sentía, sin considerar la picazón y otras cosas. Lo único que agradecía de estar frente a la secundaría nuevamente es que aquello le permitiría distraerse, las clases no son su cosa favorita en el mundo, pero cualquier cosa que le permitiera olvidarse del molesto trozo de yeso le servía.

¿Su mayor problema? Estar frente a sus amigos en ese momento.

Había recibido uno que otro comentario de sus amigos de apoyo durante el fin de semana, todos a excepción de, obviamente, Clyde, si fue este quien les conto o se enteraron de otra manera no tenía idea, lo único que le incomodo fueron las sonrisas lastimeras que le entregaron en cuanto le vieron por los pasillos del centro educativo, además de que entre ellos se encontraba Clyde.

En cuanto lo vio sintió como la bilis en su interior comenzaba a hervir, apretando con furia su mano en buen estado mientras fingía una expresión más neutra debido a la presencia de los demás chicos del grupo, por lo que cuando este decidió acercarse a saludarle Lincoln simplemente paso de él, encaminándose hasta su salón de clases fuera del edificio. Las clases pasaron de forma normal sin más que algunas miradas curiosas de sus compañeros y algunos comentarios molestos por parte del pelirrojo que se sentaba detrás de él, siendo el verdadero problema una vez era hora del almuerzo.

Por inercia el muchacho se había encaminado hasta la cafetería, pero se detuvo en el momento en que recordó quien estaría allí, retrocediendo en el acto para dirigirse a algún punto agradable del patio y sacar las cosas su comida, encontrando una agradable sombra bajo un árbol la cual para su suerte no había sido ocupada, dejándose casi caer sobre esta, comiendo en completa soledad.

Observar el patio le dio cierta tranquilidad, ajena a lo agobiante que fue su estancia en casa debido a la excesiva atención de sus hermanas, comiendo lentamente sin ninguna intención de apurarse ni nada, no pensando en nada, estando extrañamente feliz de aquel momento de soledad el cual no duro tanto como él hubiese querido.

- Hey Linc, finalmente te encuentro.

Lincoln levanto su mirada, solo para encontrar a su amigo granjero parado a su lado con una bandeja de almuerzo en sus manos.

- ¿No deberías estar en la cafetería?

- Sabes que siempre he sido más de lo natural, yo disfruto de toda esta vida... y tú hermana me conto lo que sucedió, lo del accidente mientras andabas en bicicleta.

- Tsk.

Nunca le había importado que Lynn insistiera tanto que su amigo granjero participase del equipo de beisbol, era Lynn siendo Lynn, pero que le contase cosas privadas como lo era su conflicto con Clyde cuando le pidió que lo guardase como secreto de desahogo le molestaba.

- Sabes, no creo que Clyde lo haya hecho con mala intención.

- ¿En serio vienes a defenderlo? Él muy idiota ni siquiera se ha disculpado.

- Wow, suenas mucho más enojado de lo que esperaba.

- ¿En serio? – Levanta su brazo enyesado – ¿Necesitas más pruebas?

- Siempre has sido un chico tranquilo, solo por eso lo decía, no te enojes tanto.

Viendo que Lincoln apenas si respondió desviando su molesta mirada, Liam procedió a sentarse a su lado y comenzar a comer su almuerzo con calma.

- Cuando Lynn me conto que habías tenido tu accidente y te ibas a perder el juego, realmente estaba preocupado, te veías muy emocionado sobre eso.

- (Molesto) Los gallos igualmente pudieron ganar, tampoco es que fuera el mejor del equipo o algo así.

Mi mejor "amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora