Los pocos días que quedaban para que terminase el año escolar pasaron rápido para todos en general, si bien la mente de Lincoln le traiciono más de una vez pensando en los sucesos que produjeron que el puesto detrás suyo estuviese vacío el resto del semestre intento acallarlos mediante la saturación de cosas, no solo se dedico a los estudios, sino a participar más activamente con sus compañeros de entrenamiento, sus amigos o hermanas, sentía que si se mantenía el suficiente tiempo ocupado su mente dejaría pasar esas ideas en algún punto, o en su defecto, que pasase el suficiente tiempo para que comenzaran las vacaciones y con ello no tener un constante recordatorio de lo que había hecho.
Llegar a su hogar y tirarse sobre su cama se suponía que sería un alivio, pero pese al cansancio al final del día su mente divagaba en pensamientos y por el horario nocturno era difícil acallarlos ya que inevitablemente llegaba a esas ideas, dormir era por puro cansancio, no por sensación de paz y quietud, lo cual se tradujo en que incluso cuando intentaba ser amable tuviese comportamientos más agresivos y explosivos que por suerte solo terminaban en unas pocas palabras dichas de forma golpeada, su familia asumió que era la pubertad, sus amigos que era el estrés de los partidos y los estudios, pero él lo sabía, miraba su mano empuñada cada vez más y cada vez temía más volver a repetir esa acción.
Temía arruinar otra vida más.
Por ello fue un alivió cuando las clases finalmente terminaron ya que pensaba en que podría apartarse de todo por un tiempo, pero Lynn se encargo de recordarle que ahora tenía responsabilidades con su equipo y los momentos familiares siempre tenían a alguna hermana, principalmente Lola, apegada a su lado intentado hacer cosas con él incluso cuando buscaba un tiempo de paz para él.
El estrés se acumulaba en su cabeza y una nueva petición a Lynn nació: el sótano se transformo en un lugar donde podía pegarle a un saco gastado de su hermana y desahogar esas emociones que se acumulaban en su interior, la castaña no podía estar más orgullosa de su hermano por elegir actividades "deportivas", pero Lincoln en el fondo de su mente sabía que algo dentro de él no estaba bien y esas cosas apenas lograban suplir un poco su malestar, lo suficiente para darle una sonrisa a sus cercanos y fingir que todo estaba bien.
Ya había comprobado que los cambios eran necesarios, quizás si duraba en esa rutina lo suficiente aquel malestar desaparecería y volvería a estar tranquilo como siempre lo había sido.
Más bien, solo podía rogar que ese fuese el caso.
Clyde por su parte las últimas semanas se centro por completo a sus estudios, no era tanto por la dedicación a mantener un buen promedio como lo era para mantenerse ocupado con algo, el recuerdo de Chandler cada día se volvía más borroso y en poco más de una semana pudo dejarlo finalmente atrás, lo que no abandono su cabeza era la idea de que Lincoln había intentado hablarle una vez más y él cobardemente había huido apenas pudiendo responderle devuelta, eso había sido un duro golpe a su ego y se volvió prácticamente el único tema que hablaba con la doctora López.
Las recomendaciones hacían poco o nada por ayudarle, al menos así lo sentía Clyde, sus padres habían comenzado a discutir de vez en cuando por las reacciones de este, no quería tomar lado de ninguno tanto como no quería discutir con ninguno, se sentía en medio de una confrontación que podría explotar en cualquier momento en una guerra entre sus padres, no quería pensarlo tampoco, aunque le molestase un poco la actitud de uno de ellos los amaba a ambos, pero aquella tensión le hizo salir más de casa aun sin tener un objetivo claro por lo cual la biblioteca se volvió su nuevo lugar favorito.
Antes habría sido Gus, pero sin amigos con los que pasar la tarde en los videojuegos la experiencia era radicalmente diferente.
Incluso cuando las clases ya habían terminado y podía decir que había terminado exitosamente su sexto grado continúo pasando su tiempo libre en la biblioteca, la costumbre se había aferrado a él mientras leía un libro de recetas, dulces árabes para ser precisos, había acabado con todo el repertorio de dulces locales y de gran parte de Europa así que era explorar otros dulces o bien ver leer sobre otras cosas, cualquier cosa le valía en ese momento con tal de distraerse por unas horas.
ESTÁS LEYENDO
Mi mejor "amigo"
Fiksi PenggemarLincoln y Clyde siempre han sido mejores amigos desde el día que se conocieron, compartiendo todo, siendo verdaderamente hermanos de otra madre. Pero el tiempo pasa y las personas cambian, las situaciones a las que se ven enfrentados ya no son las m...