Capitulo 10

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- Cuando eres genial, la gente te sigue sin pensarlo, es algo innato, no te das cuenta como comienza a rodearte la gente, te sientes como si fueras dios, ¿Puedes entenderlo? Cierto, no puedes, siempre has sido un nerd después de todo jajaja.

Mientras Clyde seguía comiendo su helado, el pelirrojo no había dejado de hablar, era casi como si estuviese hablando solo y parecía que no le interesaba que le respondiese, más bien, parecía alegre de ser el único que había la ultima hora, vanagloriándose de ser una persona increíble y que con su dinero y poder podría lograr lo que sea, Clyde simplemente había dejado de prestar atención y se había concentrado en pensar sobre Lincoln y el helado que le habían regalado.

- Y luego estaba el idiota ese, Loud, tu amiguito, ohhh, no te vayas a enojar por insultarlo con esa cara de tarado que tiene, aunque eso hace que sean una pareja excelente, tonto y tarado, demonios, ¿Por qué no les llame así en quinto grado? Te estas oxidando McCann.

Una sonrisa se esbozó en Chandler, había dicho cuanto había querido y por alguna razón, el moreno a su lado había escuchado obedientemente mientras le acompañaba, pero aun con esa obediencia esperaba alguna reacción de queja por parte de su acompañante, notando que este ni siquiera le estaba mirando.

- Hey perdedor, dije que tú y tu novio son tonto y tarado respectivamente.

Pero Clyde no presentó ninguna reacción, casi como si no le hubiese escuchado.

- (Molesto) Oye, ¿Estás escuchando o además de ciego eres sordo?

- ¿Uh? ¿Dijiste algo?

- Pero, ¿Acaso? ¿Tú? ¡Ahg! - Se dejo caer con molestia sobre su silla. - Ni siquiera logro que el más tonto de los tontos me haga caso ahora.

- Tengo mis propios problemas en que pensar, además solo balbuceabas tonterías y de la nada dijiste que te acompañara, ¿Crees que una idea de tarde para mi es estar a tú lado escuchándote como te quejas?

- Bueno, al final me acompañaste y te comiste parte del helado, estás obligado a escucharme y hacerme caso.

Clyde no lo pensó demasiado y saco de su billetera el valor del helado que Chandler le había "regalado", sorprendiendo y enojando por igual al pelirrojo.

- Ten tu dinero entonces, no quiero deberte nada.

- ¡Oye! ¡¿Quién te crees que eres?!

Clyde pensó en responder enojado, pero aquella misma pregunta era algo que se había estado cuestionando.

¿Qué era él?

Algunas palabras venían a su mente cuando lo pensaba, cosas como cobarde, desgraciado o estúpido rápidamente inundaba su cabeza, culpándose de todas las acciones que había cometido hasta ese punto y que le habían orillado a eso, sentía que debía ganarse el perdón de su amigo y las cosas podría volver a la normalidad, todo empezó por una pelea entre ambos y un arreglo debería enmendarlo, ¿No? Después de todo los amigos superan esos problemas, cuando hay problemas es cuando más se comprueba la amistad y ese problema ocurrido había dañado a Lincoln, él simplemente necesitaba arreglarlo y todo lo demás también lo haría por consecuencia, estaba seguro de ello, y aunque lo demás no se arreglase, Lincoln lo apoyaría a que la situación se calmara como tantas veces lo había hecho antes, su amigo era un experto en arreglar problemas después de todo.

Pero mientras esperaba ese consuelo, su cabeza seguía cuestionándolo, sus acciones habían sido juzgadas por su cabeza más de una vez, sus palabras y sus actos, aquel fatídico día había comenzado a reproducirse en su cabeza como si fuese una película cada tanto, y cuando lo pensaba, el padre de su amigo tenía razón, ni siquiera se había disculpado, y eso solo lo hacía sentía peor.

Mi mejor "amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora