Capitulo 16

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Clyde no era alguien a quien le gustase llamarse a sí mismo alguien cobarde pese a que reconocía lo fácil que se podía sorprender y que habían muchas cosas de las cuales lograban asustarlo, más que el hecho de no reconocerse como alguien cobarde era el hecho de que no le gustaba que se lo recordaran, por lo que aunque había despertado agitado y completamente aterrado de aquella pesadilla logro reaccionar a tiempo para morder su brazo y evitar gritar el suficiente tiempo para que sus padres ingresaran a su cuarto a ver su estado.

Uno de sus padres tenía el sueño pesado así que no sería el problema, el otro... aquel padre con el que últimamente no se había llevado especialmente bien, aunque no tenía un sueño ligero bien podría haberse despertado por el instante de su grito aterrado que no alcanzó a ocultar, provocando que el moreno se volcase sobre su cama y diese la espalda a la puerta en un esfuerzo por fingir que dormía mientras mordía disimuladamente su mano para calmar los temblores de su cuerpo.

Pese a que estaba dando la espalda y aun se encontraba atribulado pudo escuchar como su puerta era abierta aunque por suerte la luz no fue encendida, fue cerca de un minuto el que duró fingiendo un sueño lo más natural posible aunque por dentro su corazón latía incluso más fuerte que en el momento que despertó ante esas grotescas imágenes que rompieron su sueño, si debía ser sincero no sabía que era lo que más le atribulaba en ese momento, no estar dispuesto a escuchar otro sermón más o recordar como Chandler había sido brutalmente golpeado frente a él.

- Lo que sea que le ocurrió para terminar así no es mi culpa, solo lo encontré así, solo eso.

Aunque la almohada impidió que moviese libre y cómodamente su cabeza el muchacho termino por ocultar su rostro en esta con severas intenciones de ahogar un grito, uno más cargado de frustración que de miedo ahora que finalmente sentía que su padre ya habría vuelto a su cama y finalmente podría lidiar con aquellas imágenes.

Chandler no le agradaba, era un idiota en todo sentido de la palabra, pero nunca imagino que terminaría así, si fuese por él, no le agradaría que nadie terminase así de dañado.

- Y aun así hice que Lincoln se rompiera el brazo.

La ironía de su pensamiento le hizo sonreír cínicamente, un breve instante antes de que aquella pesadilla volviese a pasar por su mente y sintiese como su estomago se revolvía, entre sus planes a futuro había pensado optar por medicina como una posible profesión, pero luego de ver aquello era incapaz de imaginarse en un hospital atendiendo esa clase de casos, nuevamente rio cínicamente, todo servía para distraerse, pero la imagen volvía a atacarlo, casi como si fuese una maldición que no le dejaba conciliar descanso alguno.

- No fue mi culpa, solo pasé por al lado, de hecho fui el bueno, llame a una ambulancia, esto si que no fue mi culpa.

Busco cerrar sus ojos nuevamente pero aquella imagen volvió por lo que en silencio se levantó de su cama, acercándose a un velador justo bajo la ventana de su cuarto desde el cual saco del primer cajón una radio, tomándola para llevarla hasta su boca mientras pulsaba el botón y hablaba lo suficientemente bajo para no despertar a nadie.

- Coronel malvavisco, coronel malvavisco, aquí soldado anteojos, responda coronel malvavisco.

No hubo respuesta, no hubo eco, sabía perfectamente que había quitado las baterías de aquel artefacto y que su parte receptora se hallaba descansando en el mismo cajón de donde había sacado lo que sujetaba en la mano, quedándose quieto por un momento sin bajar la radio de la altura de su boca.

- ¿Cuándo fue que me quede completamente solo?

Su mente sabía que debía devolver esa radio a su lugar, era tan simple como descender el objeto hasta que alcanzase la madera, pero lo único que descendió fueron las lágrimas del niño que se escurrieron por sus mejillas hasta comenzar a humedecer la madera pintada.

Mi mejor "amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora