OTRA VEZ

Capítulo VIII. Rosas

•Can•

-- Es una tristeza que no haya un bebé... Ya estaba listo para avisarle a toda la familia.

Suspira Hin y rodo los ojos al terminar de lavar un par de vasos, está detrás de mi, en la barra, comiendo papas fritas y quejándose porque no va a cambiar pañales ecológicos.

Aún no puedo creer lo que hice en esa oficina, pero se lo merecía, ¡Por idiota!, Lo malo es que ahora no se cómo voy a mirarlo a los ojos. Es raro, me siento como si apenas tuviéramos días saliendo y haya dado un paso muy importante, eso es malo, porque parece que me precipite y me viera fácil.

"Solo debí de aventarle con la prueba y ya..."

¡Darle en la cabeza!

Pero es que en la mañana aproveché que tenía que llevar unas cosas al almacén para imprimir, no me resistí cuando miré la farmacia en la esquina, solo me di cuenta que bajaba del auto y ya había pagado una prueba casera, yendo a casa rápidamente, Hin estaba en el sillón hablando por teléfono pero cuando me miró, terminó la llamada al instante y fue conmigo para confirmar su "gran teoría". Salí sonríendo del baño cuando salió negativo pero luego tuve que fingir estar triste porque me miró extraño al verme feliz. Fueron los veinte minutos más largos de mi vida donde por primera vez, pedí que saliera negativa aunque era obvio, había dos formas de tener un bebé, la inseminación artificial no era mi agrado, y no había estado con Tin desde hace meses.

"No te preocupes cuñado. Pronto, a veces así es la vida"

Me dijo Hin al darme ánimos y fui volando hasta esa oficina donde terminé todo toqueteado, aún siento las palmas de sus manos en lugares que no debió tocar y trago saliva.

-- Oye Can.. -- le escucho -- ¿Ya le dijiste a Tin que fue una falsa alarma?

-- Esa alarma la prendiste tu. -- me molesto un poco -- y si. Ya sabe...

-- ¿También se puso triste?

-- Hum..

Medio sonreí al recordar.

-- Venga. -- mastica una papa -- pronto nos harán tíos ya verán.

-- ¿Así tan pronto como Phi y tú? -- digo de la nada

-- Oye. -- se pone serio -- el tema de hijos es mía y de Tull. No te entrometas. Los tendremos cuando tenga que ser.

-- ¡Ah! -- le volteé a ver -- ¿pero tú si puedes opinar sobre Tin y yo?, Además ustedes tienen mucho más tiempo juntos que nosotros.

-- Pero nosotros somos mayores que ustedes y te callas. -- sonríe triunfante -- si yo quiero meterme lo hago, tu no.

Junté mis cejas, a punto de decirle una grosería pero él volteó hacia la ventana, sonriendo aun más, luego me miró con emoción.

-- Owww. -- dice burlón al masticar -- Ya llegó Tin.

Volteé a ver el reloj, eran las cuatro cuarenta, por la ventana de la cocina se veía la parte de atrás del auto estacionado y miré a Hin.

Luego la puerta se abrió, pero el olor a rosas se voló por toda la cocina.

-- ¡Qué romántico! -- dice Phi emocionado -- creo que el bebé ya se escucha llorar.

Niego avergonzado.
Tin camina lentamente hacia mi, dándome ese gran ramo y le tomo con poca seguridad, ¿De verdad eran para mí?

-- Rosas. Cómo te gustan. -- me sonríe

Sonrío un poco y le agradezco con la mirada, el avanza hasta Hin, le roba de su comida y luego me voltean a ver.

-- ¿Y qué? -- ríe nuestro cuñado -- ¿Ya? -- mira a Tin -- pensé que lo ibas a invitar a salir, o correrme a mi habitación un rato, no se.. -- ríe -- que poco romántico.