OTRA VEZ

Capítulo XV. Despierta

•Tin•

Veo el reloj en la pared.

Son las tres de la tarde y mi café de allá abajo no es tan bueno pero es pasable, le doy un sorbo a mi taza blanca, sonriendo como puberto viendo a su primer amor, niego lentamente, devolviendo mi vista a los documentos en mi escritorio, me enfoco en las letras pero de nuevo su sonrisa viene a mi mente.

Can..

Suspiro porque lo e logrado, al fin la guerra se acabó y debo de decir que darle fin, fue de las mejores reconciliaciones que podríamos tener, no miento, ni siquiera nuestra primer pelea de pareja compensa la de hoy.

¡Me caso!

Bueno..

¡Otra vez!

Me rio discreto y saco mi teléfono para ver si es que Can me ha contestado el mensaje devuelta, le desee un buen día, y de paso le dije que le invitaba en la noche a dónde el quisiera. Una cena, un viaje, dónde quiera. No me ha respondido pero creo que es porque está muy ocupado, pronto lo verá.

Quiero contárselo a alguien, necesito sacarlo de mi mente o me voy a morir de la felicidad.

-- ¿Dónde estarás..? -- niego al ver la puerta.

Son más de las tres de la tarde y Teed no ha venido ni siquiera para darse la vuelta. ¿Qué tanto hará?, Me pongo de pie para por primera vez ir a buscarlo a su oficina, pero me quedé en el marco, Jinie miraba al tipo frente a ella y puedo jurar que todo el edificio se quedó callado cuando lo vieron.

-- Ah... -- me mira fijo -- ahí estás.

Camina hacia a mi, sin siquiera esperar que lo invite a pasar, camina por mi lado y entra a mi oficina entre grandes de grandesa y perfume Lancome.

-- Con razón hasta los grillos se quedaron en silencio.. -- le sigo -- ¿Podrías llamar? Aquí tú no ordenas.

-- Pero todos somos familia. -- sonríe -- Así que puedo llegar y andar por dónde me de la gana..

Crucé los brazos, suspiré discreto y es que para que Tull estuviera aquí, era algo grave, nunca venía a buscarme personalmente si no era importante. Solo para regañarme.

Nada más Hin lo aguanta, o lo domina, lo que sea es lo mismo.

-- Que silencio. -- medio sonríe -- ¿Nos sentamos? ¿O te digo lo que pienso de pie?

Le señalé la silla, viéndole tomar mi lugar tras el escritorio, como si fuera su oficina y rodé los ojos por su comportamiento estúpido.

-- Adelante.. -- le digo con sarcasmo -- ¿Me vas a castigar uno o dos días?

Alza una ceja. -- No, veo que si te hace falta aún..

-- ¿Qué? -- le miré

-- Madurar. -- bufé -- Ya me contó Hin lo que pasó con tus cuentas..

¡Y pum!

-- Si.. -- asentí -- parece que alguien quiere robarme.

-- ¿Y a ti por qué? -- me pregunta, pero no sonó a pregunta.

-- No se...

-- Hum.. -- niega serio -- también sé lo que pasa con Can...

Tragué saliva.

>> Me preguntaba... ¿Tu te quieres? Porque no parece.

-- ¿Puedes irte?

Me puse de pie, señalándole la salida, sonrió un poco y se recargó en la silla.