Capítulo XXI. Tinnie

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Can

Ya estaba aburrido sin nada que hacer, me dolía la cabeza, y tal vez era producto de esta herida que fue debido a ese estúpido secuestro, o al menos eso me dijo papá cuando desperté. No me acuerdo de nada y la verdad lo agradezco.

Pero estoy un poco molesto porque Tin ni mamá han venido a verme.

Se que Tin tal vez no tenga quien lo traiga hasta acá pero bien puede pedírselo a algún chófer, ¿O será que su padre no le da permiso? A lo mejor y no lo dejan entrar por ser menor de edad.

No lo había pensado así...

Suspiró, ya son las diez de la mañana, hace un rato me llevaron a revisión y volvieron a preguntarme lo mismo. No entiendo que pasa aun, solo se lo que papá me dijo y hasta ahí, además, que hasta tener un buen resultado papá tenía prohibido hablarme para no confundirme.

¿Pero de que?, suspiro cansado, quisiera ya salir de aquí pero me siento de la mierda, mi hombro me palpita cuando se pasa el medicamento, y que decir de mi cabeza, quisiera que me la arrancarán de una vez.

-- Can.. -- abren la puerta, el doctor guapo aparece de nuevo y no voy a negar que me sonroje -- ¿Despierto tan temprano?

-- Estoy aburrido...

Me sonríe con esa boca tan linda, esos dientes que parecen falsos y bajé la vista.

-- Déjame ver esos ojos.. -- levanta mi barbilla, me coloca esa luz en mis pupilas y me mira con curiosidad -- ¿Dolor de cabeza?

-- Un poco...

-- Bien.. -- sonríe de nuevo -- vamos otra vez. Dime tu nombre y edad.

-- Cantaloupe Kirakorn.. veintiséis..

-- ¿Estaso civil? -- dijo burlón

-- Soltero.

Dije rápidamente pero luego me sentí idiota, ya que él sonrió aún más y asintió.

-- ¿Profesión?

Abrí mis labios, pero me le quedé mirando un rato y no lo podía recordar.

-- Yo.. no.. -- negué -- no me acuerdo..

-- No te preocupes.. -- asintió -- ¿Sabes quien ha venido a visitarte?

Negué.

-- ¡¿Mamá?! -- me emocioné al pensarlo

Pero el doctor negó, la puerta se abrió, y papá apareció de nuevo.

-- Hola cariño...

-- Hola Pa. -- sonreí -- ¿Y mamá?

Me asomaba por el marco pero nadie apareció, papá tomó asiento en el sillón, el doctor se recargó en la base de la cama y miré a ambos con curiosidad.

-- Me han dicho que ayer por la noche.. alguien entró a tu habitación -- sonríe el doctor

-- Oh.. -- miré a papá el cual solo alzó una ceja, ¿ya le habían dicho? -- si.. un tipo muy raro, me besó.

Me reí un poco y ese guapo doctor hizo lo mismo.

>> Pero nada de preocuparse. -- les vi -- creo que se equivocó de habitación, pero es que cuando escuché su voz se me hizo conocida a la de un amigo. -- miré a papá -- ¿Tin aún no viene?

-- Justo vamos a hablar de eso. -- me mira ese doctor -- ¿Cuantos años tiene ese amigo?

-- Diecisiete.

-- Oh.. -- asiente -- Y.. tu tienes veintiséis, ¿Cómo es que eres amigo de alguien tan pequeño? ¿no hay diferencia en las formas de ver las cosas?

Me quedé pensando.

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