Capítulo VI. Raro, y despreocupado.

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Can

Doy vuelta a la derecha, entrando a la calle que da al restaurante que Hin jura que P'Tull tiene que ver con alguien, estamos nerviosos, tanto que el chico que viene a mi lado muerde sus uñas y yo quisiera hacer lo mismo pero el volante que sostengo me lo hace imposible.

Aún no quiero morir.

-- ¡Vamos Can! ¡Que van a salir de ahí y no los vamos a pillar!

Me grita casi histérico y le volteo a ver.

-- ¿Y que se supone que vamos a hacer si los ves?¿Eh? ¿Hacer un escándalo?

-- Se lo merece por infiel. -- me ve convencido -- pero no, quiero desenmascararlo.

-- Tal vez es una comida de negocios.. -- suspiro

-- ¿Y por qué no ha llamado a Tin para que vayan juntos? -- cruza los brazos

-- Phi... -- suspiro -- Tin solo tiene el treinta porciento de esa empresa. -- le veo de reojo antes de entrar por el estacionamiento de ese restaurante -- tu hermano es el de las desiciones y el que manda.

-- Pero son hermanos y a Tull siempre le ha importado la opinión de Tin. -- afirma

-- De todos modos... -- niego -- Tin no tiene ni voz ni voto, lo sabes. -- le volteé a ver

-- Para Tull si...

Él suspiró, yo busqué un lugar para estacionarme e ir a pillar a ese tipo que Hin jura es un traidor, ya no dije nada al respecto, porque ha pesar de que Tull es el dueño de todo, y Tin de una mínima parte de todo aquello, no tenía autoridad para meterse en algún negocio, no importara que fuera de la familia Medthannan y tuviera porciento de ser dueño. Su padre así lo ha querido, porque aunque él se ha retirado y se da una vuelta de vez en cuando para ver cómo va todo, Tin solo recibe dinero de esas ganancias pero no las toca.

Rara vez toca ese dinero y si es para una emergencia o algo importante. La última vez que creo que tomó de ese dinero, fue para nuestra boda, solo eso. A veces comprendo su necesidad de trabajar para mi papá, dar todo de él, y siento que es para demostrar a sus padres que pensar que solo por ser el menor, iba a arruinar su trabajo de toda la vida.

Pero luego recuerdo que tiene de mosca a un idiota que babea por él, y quisiera mandarlo a dormir afuera con el perro aunque no tengamos mascota.

-- Oww.. ahí viene Tin.

Hin me señala y termino de estacionarme, volteo a mi derecha porque a nuestro lado, Tin sale de su auto viéndonos con una sonrisa.

-- ¿Vez que si llegó? -- me dice el chico a mi lado -- solo era cuestión de que lo pidieras. -- golpea mi hombro -- Tull es igual, a esta familia tienes que decirle lo que quieres. Son como unos cachorros... Y lindos. Solo diles que quieres comer, y traerán comida al instante, si no, ellos no leen mentes aunque sería increíble.

Le miré unos segundos y mejor abrí la puerta del auto para salir. No entendí su "buen consejo" pero bajamos, nos encontramos con Tin allá afuera, y Hin nos hizo una seña para caminar hasta el restaurante, al entrar, pedimos una mesa en la parte de arriba, ya que, según el detective de Hin, a Phi no le gustaba comer en la parte de arriba, siempre allá abajo y cerca de la ventana.

Cuando íbamos subiendo, se fue a toda prisa al barandal para ver desde ahí a ese tipo "traídor" que jura verse con su amante ahora.

-- Ahí está... -- niega molesto -- Mira Tin, ahí está a quien tanto defiendes..

Tin y yo nos volteamos a ver, luego nos acercamos a su lado para ver lo que tanto nos presumía. Porque allá, cerca del ventanal que tiene de paisaje unos rosales rojos, P'Tull estaba comiendo con una chica pelinegra, riendo, aunque ambos estaban de traje.

OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora