Capítulo XI. Solo eso

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Tin

Abro los ojos.

Después de verle salir echando humo por todos lados, sabía que esto iba a pasar pero a lo mejor fue mejor de lo que esperaba, no terminé con nada en mi cuello, sigo vivo y respiro.

¿Acaso él y Teed no pueden llevarse bien?

¿Por qué se caen ambos tan mal?

Me senté en el cama, luego me aventé en ella y cubrí mi cara con mi brazo flexionado, no se podía seguir así, era bastante agotador, y creo que lo mejor que podía hacer era darle la razón. No ir, que vaya alguien más porque no estoy dispuesto a seguir discutiendo por pequeñeces.

Quité mi brazo, abrí los ojos pero seguía igual de oscuro. ¿Me quedé ciego?

-- ¡Tin!

Gritó Can desde la sala y me levanté rápidamente, el pasillo estaba oscuro, entraba poca luz por las ventanas de enfrente y al llegar a la cocina, Can estaba abriendo la puerta para que entrara la luz.

-- ¿Qué pasó? -- le veo

-- Se fue la luz.. -- niega

-- ¿En todos lados?

Le miré curioso pero cuando el vecino puso su música a todo volumen, Can me volteó a ver como si fuera mi culpa.

-- ¿Pagaste el recibo? Ayer era el último día para pagar.

Alcé una ceja.

-- Está vinculado todo a mi cuenta... -- me defendí -- se hace todo en automático.

-- Entonces le caemos mal a quien maneja los pagos... -- dijo sarcástico

-- No es mi culpa.

Rodó los ojos y caminó hasta la estufa, quitando el sartén de ahí, lo puso en la tarja pero cuando abrió la llave, no salió nada.

-- ¡Tin! -- me reclama -- ¿También el agua?

-- ¡Es que yo no sé!

Negué molesto, avancé hasta la sala, abriendo por igual las ventanas, teníamos luz por ahora pero no cuando anocheciera, así que tomé mi teléfono y marqué a la central eléctrica, nadie me contestó porque ya era muy tarde para hacer una reclamación, insistí de nuevo, debía de haber alguien para alguna emergencia y así fue, me dijeron que podrían venir por la mañana a revisar si algún circuito falló y mientras que nos fuéramos a la mierda. No lo dijo tal cual pero a eso sonó.

-- Hasta mañana vendrán.. -- miré a Can irritado

-- ¿Y mientras? Ya tengo calor y por la noche es peor.

-- ¿Nos vamos a un hotel?

-- ¿Nos? -- sonrió sarcástico -- mejor ve y ponte a hacer tus maletas de una vez. No se te vaya a olvidar meter tu fidelidad de paso.

-- ¿De verdad? -- entrecerré los ojos

-- Hum... -- dio media vuelta sin importarle su comentario -- todo lo del refrigerador se va a echar a perder..

Expulsé aire para liberar presión, mejor me senté en el sillón, recargué mi cabeza en la parte de atrás y cerré los ojos otra vez. A lo mejor tenía suerte y me desmayaba. Después de unos segundos, alguien se sentó junto a mi, el colchón del sillón se hundió y abrí un ojo para verificar que fuera él.

No tenía ganas de lidear ahora con fantasmas.

Pero no, era Can, aunque no se si es mejor él o un payaso asesino. La chica de la película con el cabello hacía enfrente era menos aterradora que él enojado.

OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora