Capítulo 4- ¿A qué estás jugando?

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El día estaba muy nublado, estaba prevista la lluvia, pero eso no fue ningún obstáculo en mi búsqueda del libro que quería leer. Pablo y yo llevábamos un rato andando cuando por fin sacó un tema de conversación.

-¿A dónde vamos?- me preguntó. No pude evitar el pensar en la canción de Morat "a dónde vamos", cuando me lo preguntó.

-A una librería- le dije.

-¿EN SERIO? ¿Me estás diciendo que acabamos de escaparnos para ir a una librería?- Pablo estaba flipando.

-Sí- dije.

-¿Y por qué conmigo?- preguntó.

-¿Contigo qué?

-¿Qué por qué te escapas conmigo?

-No sé piénsalo- dije como si fuera la cosa más obvia del mundo- ¿tal vez porque eres la única persona que, junto a mí, está castigada?

No contestó a lo que le dije, puede que se esperase otro tipo de respuesta, algo así como: porque eres especial, Pablo, eres el amor de mi vida, te necesito tanto que me harías falta incluso para cagar. Pero iba a ser que NO.

Nos pasamos veinte minutos andando en silencio, hasta que  por fin, divisé la librería al final de la calle.

-Es allí- le avisé.

-Menos mal, ya estaba pensando que todo esto de la librería era una tapadera y que me querías secuestrar.

-¿Secuestrar? ¿A ti? Ja- me reí.

-¿Qué pasa?- fingió ofenderse.

-Eres demasiado egocéntrico, hazme caso que tú serías la última persona a la que secuestraría.

Entramos a la librería y la campanita que había encima de la puerta sonó, haciendo que las miradas de las pocas personas que había se dirigiesen hacia nosotros. Era mi librería favorita, era súper acogedora, por no hablar de los dependientes y dependientas, eran todos majísimos.

-Buenas tardes, disculpe, ¿tienen el segundo libro de la trilogía de Los Habitantes del Aire?- pregunté a la dependienta que vi más cerca.

-Sí, espere un momento que se lo busque- la mujer se dirigió hacia un estante titulado "fantasía y romance" y vi cómo sacaba el libro.

-Con que fantasía y romance, ¿eh?- me picó el chico que tenía a mi lado- No sabía yo que eras tan romántica, incluso me atrevería a decir que nunca has tenido novio.

Inspiré hondo.

-Primero de todo, he tenido muchas parejas- (mentira)-,segundo, no hace falta tener novio para leer romance, tercero ¿por qué das por hecho que me gustan los hombres?

-¿Te gustan los hombres?- preguntó directamente.

-Sí.

-¿Y las mujeres?- siguió preguntando, ¿y a él qué más le daba?

-¿Qué mas te da?

-Responde- exigió. Le iba a responder por simple placer de volver a tener silencio.

-No- pausé- por ahora.

-Pues juraría que eras lesbiana, nunca te he visto con ningún hombre- lo que faltaba, que asumiese mi sexualidad- ¿Cuántos novios has tenido?-se puso en frente mía y fue dando pequeños pasos que me hacían retroceder hasta estar de espaldas contra una estantería, acorralada y dejándome sin escapatoria.

-Vete a la mierda, no te pienso contar mi vida- retiré la mirada de sus ojos, los cuales me estaban penetrando y bajé la cabeza avergonzada pero no
sirvió de nada, ya que él puso su dedo índice sobre mi barbilla y la subió para que le mirara.

Adrenalina • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora