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Narrador Omnisciente

Hoy era un día normal como cualquier otro, para cualquier persona. Pero para Martina y Lourdes hoy se cerraba una etapa de angustia. Hoy se haría justicia. Ambas se preparaban elegantemente en su casa mientras vestían a la niña para llevarla con su abuela Chivin. Las dos lucían tranquilas pero un manojo de nervios se desataba dentro de ellas. Para Lourdes concretar y encerrar a la persona que le hizo pasar los peores días de su vida era muy importante. Poder decirle a la cara que pasaría su vida encerrado era todo lo que ella quería. Martina iba a sostener su mano en todo momento, ella sabía que Lourdes lo necesitaba.

Al llegar y entrar a la sala, Lourdes miró a su abogado y le sonrió, para luego besar su mejilla. Fabián se mantuvo tranquilamente sentado junto a Gaby, Martina los miró y saludó desde la distancia.

Una carta por parte del juez citando al señor Porcella y a su hijo, los tenía a ambos sentados del otro lado de la familia Gonzalez.

Del lado derecho, junto a la familia Gonzalez, estaban cuatro hombres cuidando atentamente cada movimiento...

- Pj, atento de la señora Gonzalez- decía el líder guardaespaldas por el pequeño micrófono que los comunicaba a los cuatro. - Dt cuidarás a la señorita Lourdes y Cv cuidarás a la señorita Gonzalez.

Todos asintieron levemente y fijaron su mirada en quien debían proteger.

Lourdes tomó asiento junto a Martina mientras veía a su abogado frente al juez. El estrechó la mano con el abogado del demandado y, segundos después, el juez hacia su entrada. La sesión inició y el primero en hablar fue el abogado de los Gonzalez, alegando que tenía pruebas suficientes que incriminaban a los Porcella.

- Llamo a declarar a Lourdes Gonzalez, su señoría.

Lourdes se levantó luego de que Martina besara cortamente sus labios y le sonriera. Haciendo enojar a Patrick.

Luego del juramento, Lourdes esperaba paciente las preguntas de su abogado.

- Señorita Gonzalez, ¿podría usted relatarnos los hechos del día en el que el secuestro se llevó a cabo?

- Ese día había una cena en la casa de mis padres - comenzó la castaña - Recuerdo haber salido porque iba a despedirme de la que ahora es mi pareja. Ella y yo habíamos tenido una pequeña discusión por lo que ella se fue y yo necesitaba un poco de aire y soledad... Caminé un poco sin muchas preocupaciones pues siempre ha sido una zona muy segura, a pesar de su lujo. Recuerdo haber estado sentada al borde de la carretera cuando de pronto sentí la presencia de alguien... Recuerdo un golpe... - su voz se quebró un poco y Martina apretó sus puños - Y luego de eso, desperté atada y encerrada.

- ¿Pudo usted distinguir el lugar en el que estaba?

- No realmente, mientras estuve ahí nunca pude salir de aquel cuarto.

- ¿Recuerda usted haber visto y reconocido el rostro de alguien?

- No... Siempre estuvieron cubiertos. Pero mientras estuve ahí, uno de ellos habló conmigo y su voz... Era conocida. Pero no lo recordaba.

El abogado de Lourdes sonrió pues ahí era a donde quería llegar.

- ¿Ha vuelto a escuchar esa voz?

- Así es. Incluso si el señor Porcella habla en estos momentos, podría reconocerla nuevamente.

Lourdes miró al padre de Patrick que se mantuvo serio y sin ninguna expresión en su rostro. Lo cual la preocupaba. Miró a Patrick y el sí lucía un poco perturbado. Era una buena señal.

- Es todo, su señoría. - Dijo el abogado.

- ¿Señor Kraf, tiene alguna pregunta? - cuestionó el juez hacia el abogado de los Porcella.

KILOMETRAJE (ADAPTACIÓN MARTULI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora