KILOMETRAJE (ADAPTACIÓN MARTULI)

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Narrador Omnisciente

Lourdes cerró con fuerza sus ojos y esperó, sintió los brazos de Martina envolverla, y una risa proveniente del portador del arma frente a ellas se escuchó también.

Martina: Te amo, te amo tanto - volvió a susurrar.

Lourdes: Te amo y siempre lo haré - susurró también.

Xx: Adiós, princesitas.

Martina apretó su agarre contra Lourdes esperando que el arma se activara y el dolor se apoderara de ella. Pero eso nunca pasó.

Xx: Suelta el arma. - dijo tranquilamente una voz.

Nela estaba parado detrás de aquel sujeto apuntando su cabeza.

Xx: No tengo miedo de morir.

Nela: ¿Seguro? - cargó el arma y el hombre tragó en seco.

De un movimiento rápido Nela golpeó a aquel sujeto en la sien con su arma, tirándolo al piso.

Nela: ¡Corran, ahora!

Martina se levantó y sujetó a Lourdes para ayudarla a ponerse de pie, pero la empresaria tenía muy poca fuerza, Martina lo notó y decidió cargarla pero antes de que pudieran salir aquel hombre sujetó el pie de Martina y ambas cayeron al piso, Lourdes se quejó por el golpe.

Martina: ¡Lourdes vete!

Nela golpeó al hombre pero entonces otro más entró a la habitación y se fue directamente a golpear a Nelala. Mientras el que estaba tirado en el piso sujetaba a Martina como podía.

Lourdes: Martina... - dijo entre sollozos.

Martina: ¡Vete, corre!

De un momento a otro en el cuarto habían muchas más personas, unos brazos desconocidos envolvieron a Lourdes y la cargaron fuera de aquella habitación.

Lourdes: ¡NO! Espera...

Xx: Voy a ayudarte, tranquila.

Lourdes: ¡NO, MARTINA, BUSCA A MARTINA POR FAVOR, NO PODEMOS SALIR DE AQUI SIN ELLA!

XX: ¡Aquí la única que importa eres tú, cállate!

Lourdes: ¡MARTINA!

Martina podía escuchar los gritos de Lourdes y como pudo se zafó del agarre de aquel hombre, cuando estuvo de pie pateó fuertemente la zona mas sensible de los hombres, haciendo que él se retorciera en el piso. Martina escuchó otro grito de Lourdes y corrió escaleras abajo en busca de su chica. Ella sólo quería que Lourdes dejara de sentir miedo.

Al no encontrarla, la que sentía miedo era Martina.

Martina: ¡LOURDES!

Martina sintió pasos rápidos en la escalera y su corazón se aceleró.

Nela: Debemos salir de aquí, ya.

La sujetó del brazo y la jaló hacia afuera. Cuando llegaron al carro vio como algunos estaban bastante golpeados, con sangre, heridos. Su respiración era entrecortada y su mirada vagaba rápidamente por el lugar buscando.

Nela: Vámonos.

Entonces la vio. Estaba sentada en el piso con la cara entre sus rodillas y se abrazaba fuertemente a ellas. Estaba temblando y el corazón de Martina se hundió. Corrió rápidamente a su lugar y se tiró de rodillas frente a ella.

Martina: Mi amor... - susurró.

Lourdes levantó de golpe su rostro. Examinó su cara como quien quiere creer que es real lo que está viendo. Cuando reaccionó, se tiró encima de Martina haciendo que la rubia perdiera el equilibrio y cayera sentada en la arena. Martina no lo dudo y abrazó fuerte a la más pequeña. Ambas comenzaron a llorar por lo que había sucedido pero Lourdes jamás se sintió más feliz y Martina se volvió a sentir completa.