NARRA SUKUNA
Quería que todo fuera una pesadilla, no podía dejarlo ir, no podía dejarlo morir ni a el ni a nuestro hijo. Al entrar y verlo con un dolor así no pude soportarlo mas y en un segundo estaba a su lado acurrucándolo en mi pecho.
Su cuerpo estaba tan frágil, temblaba tanto, entonces nuestros ojos se encontraron, las lagrimas empezaron a caer por sus mejillas y yo las limpie con cuidado.
-Estas aquí ¿¿verdad?...mmggg… ¿no es un …sueño?...
-Tonto lobito…estoy aquí…y no me iré a ningún lado.
-Quería verte… estar contigo…
-Megumi…
Baje mi mano hasta su vientre notando que era el único lugar cálido de su cuerpo. Era tan extraño, en ese lugar estaba nuestro bebe y no quería perderlo a ninguno de los dos.
De repente Megumi empezó a quejarse más fuerte y el dolor parecía impedirle a su cuerpo moverse más.
Esta a punto de perder la conciencia lo cual me alarmo.
-Gojo ¿Qué puedo hacer? - le dije con desesperación.
-Geto le ha dado su sangre, ningún humano sobrevive a eso, si lo conviertes el bebe puede morir, lo único que queda es que le des tu sangre y tu bebas la suya.
-Eso lo hacíamos siempre
-Pero talvez fortalezca el vinculo que ya tenían, es la única opción.
Era verdad si quería salvarlos a los dos solo quedaba hacer eso.
-Megumi… esto solo será por un momento ¿sí?
El no podía contestar la debilidad era demasiada, sin perder mas tiempo descubrí su cuello y me acerqué a él, lamí esa zona y con cuidado introduje mis colmillos en su piel. Su sangre era menos cálida, a pesar de tener el mayor tacto Megumi grito y su cuerpo volvió a sobresaltarse aferrándose a mí. Después de unos instantes su fuerza por fin se acabo y callo inconsciente. Me aleje de su cuello y acaricie mejilla.
-Vas a estar bien Megumi…volverás a mi
Mordí mi brazo sacando mas sangre de la que nunca había sacado, me acerqué a sus labios y los uní con delicadeza, la sangre pasa de mi boca a la suya, dejando incluso un hilo de sangre en su comisura.
Cuando me separe el no parecía poder despertar lo cual me llevo a desesperarme y asustarme aún más.
-Megumi…- susurraba Nobara
-Gojo mi hermano…porque no despierta? - decía el hermano de mi lobito.
-No lo sé, puede funcionar o no
-Gojo!!!- grite- Megumi... vamos despierta- tome su rostro y junte nuestras frentes, pero el pánico se apodero de mi. - no respira, Megumi por favor…no te vayas.
Mis ojos se pusieron rojos para ir acercándome al cuello de Megumi otra vez, pero sentí como me apartaban de él, era Gojo.
-Sueltame!!! Megumi, mi Megumi esta muriendo. ¡¡¡No puedo dejar que se valla de mi lado!!!
Me sujetaba con mucha fuerza mientras Itadori era sostenido ahora por su hermano
-Esto podría pasar. Sukuna cálmate de una vez. Si lo conviertes él bebe morirá.
Me quede en shock por un momento no quería perder a ninguno, pero…
-Incluso así puedo salvar a Megumi, es egoísta, pero…
-Y el querría eso? - respondió Gojo
-Mi hermano había elegido tener al bebe, así que…
-Ninguno de ustedes puede elegir sobre el cuerpo de Megumi- intervino la castaña- así que no nos queda otra mas que esperar.
Todo se quedo en silencio, mi corazón y mi mente estaban en blanco, no quería herir más a Megumi, no quería perderlo. Mierda ¿Qué se supone que haga?
Por fin me calme un poco y Gojo me dejo ir, acercándome a el otra vez Itadori me permitió abrazarlo.
Y por primera vez en toda mi existencia… llore, escondiendo mi rosto en su cuello sentí las lagrimas salir de mis ojos.
Este maldito sentimiento, era insoportable.
Imaginar un mundo sin el… no podía.
Yo simplemente…
-Te amo…Megumi…te amo.
Con el dolor en mi corazón no podía pensar, solo quería estar así con él para siempre.
ESTÁS LEYENDO
ERES MI MALDICIÓN
Hayran KurguConsiderado un importante noble, pero a la vez era considerado un monstruo y lo disfrutaba, un vampiro, Ryomen Sukuna. Un humano con una vida tranquila que a pesar del mundo en el que vivía tenía un gran valor, era fuerte y decidido, un doncel, Fush...