NARRA ITADORI
-Despierta...por favor...
Después de escuchar aquella voz entramos con más cautela. Mis lagrimas estaban por salir de nuevo.
Mi hermano...Megumi estaba despierto, su mirada no se despegaba de Sukuna mientras acariciaba su mejilla, ambos acostados aún.
-Me...Megumi. - comencé a llorar.
Me acerque poco a poco a la cama quedando de rodillas y tome la otra mano de mi hermano.
-Megumi estas... estas despierto.
El con lentitud volteo a verme y sus ojos también tenían lágrimas.
-Itadori... ¿Qué le pasa a Sukuna? ¿Porque no me responde? - abre sus ojos aún más- Mi bebe...
-Tranquilo, calma, tu hijo está a salvo gracias a Sukuna. Pero...
Aprete más su mano, no quería que sufriera más, Gojo se acercó a quedando detrás de mí acariciando mi espalda. La voz no me salía.
-Megumi- hablo Gojo- Sukuna te salvo junto al bebe reforzando su vínculo de sangre, pero quería hacer pagar a Geto por lo que te hizo, pero también salió gravemente herido.
La respiración del Megumi se acelera más tiembla.
-Pero él va a estar bien ¿Verdad?
Gojo tardo en contestar no quería alterar a mi hermano, pero no valía la pena ocultar la verdad. Por fin decidí hablar.
-Cuando tenías la sangre de Geto en tu cuerpo podías morir, Sukuna te dio su sangre constantemente pero cuando se enfrentó a Geto fue herido en el corazón y esa parte es una parte demasiado sensible para un vampiro, el...podría morir.
Megumi devolvió la mirada a Sukuna muy asustado, aferrándose ahora con ambas manos al pelirosa.
-Tengo que hacer algo... ¿Qué puedo hacer?
-Tu sangre le serviría, pero...- las palabras de Gojo fueron interrumpidas ya que Itadori empezó a desnudar su cuello, pero lo detuve sin pensar.
-Hermano no!!! Si le das de tu sangre volverás a estar débil, aun estas delicado, y tu bebe podría estar en más peligro.
Megumi se quedó en shok y detuvo todos sus movimientos,
-Hermano...- no pude terminar la oración.
-Salgan, por favor, déjenos solos, no hare nada peligroso, por favor.
Me levante del piso, aunque no quería, debía darles su espacio, pero antes abrase a mi hermano y el poco a poco me devolvió el gesto.
-Estoy aquí para ti Megumi, siempre, ¿okey?
Sus brazos se aferraron más a mí.
-Gracias Itadori, te amo tanto hermano.
-Yo también.
Nos separamos, Gojo me tomo de la espalda y salimos de la habitación.
NARRA MEGUMI
-Por favor, vuelve, vuelve a mi...Sukuna.
Me acurrucaba a su lado, abrazándolo, pero mis sollozos no paraban, verlo así era lo peor, quería que todo fuera como antes, simplemente nosotros, gozando uno del otro, quería escuchar su voz, sentir su toque.
Con delicadeza destapé su pecho y pude ver las vendas con manchas de sangre en su pecho y mis lagrimas salieron con más fuerza.
Habia sido tan idiota como para irme de su lado y todo esto es mi culpa, esto podría no haber pasado si tan solo hubiera sido más terco, Sukuna y nuestro bebe no estarían así de no ser por mí, junto a el Geto posiblemente nunca me habría echo aquello.
Maldición es tan tonto lamentarme así ahora, pero de verdad no sé qué hacer.
Limpie un poco mis lágrimas y me acerque a su rostro lentamente, uní nuestros labios tratando de darle más calidez.
Me volví a recostar a su lado mirando mi muñeca, si tan solo pudiera darle una gota, aunque sea solo una...
-Todo estará bien, pronto estaremos los tres juntos estaremos juntos, lo prometo, mi amor.
Acaricie mi vientre mientras, se notaba cada vez más lo abultado que estaba, pero, aunque había despertado me sentía débil, poco a poco me quede dormido.
Al día siguiente el rechinido de la perta me despertó, voltee y era Itadori, con el traía una vandeja con comida.
-Hola, te traje esto, debes recuperar fuerzas, ¿o quieres comer en la cocina?
-Gracias hermanito, pero estoy bien aquí, no quiero separarme de él.
Me senté aun al lado de Sukuna mientras lo miraba.
-Bueno está bien, lo importante es que tú y mi sobrino estén bien, verán que Sukuna pronto se recuperara.
Sus palabras trataban de darme ánimos y aunque yo sabía que ni él estaba seguro del futuro agradecía ese intento.
Se acerco y dejo la vandeja a mi lado, al tomar el pan tostado a mi boca lo solté inmediatamente, sentía nauseas, pero había algo diferente. Itadori se alarmo y me domo de la espalda.
-Hermano...
-Estoy...bien, tranquilo, pero hay algo raro, no es solo el embarazo, me siento extraño.
-Debe ser por la sangre- Itadori y yo volteamos a las palabras dichas por Gojo quien estaba en la puerta. - Tu cuerpo está acostumbrado a nutrirse de Sukuna y ahora que no te ha dado sangre lo estas resintiendo y con el embarazo es peor.
-Pero mi bebe.... ¿Estará bien?
-Normalmente los embarazos de vampiros son más rápidos así que no pasara mucho para que tu hijo nazca, pero... tu eres un humano y Sukuna no está para darte sangre no eres el primer doncel que da a luz a el hijo de un vampiro, pero espero eso no afecte el parto.
El miedo empezó a surgir aún más en mí. Quería que mi hijo no corriera más peligro, esto ya era demasiado.
.
.
.
.
.
.
Ya había pasado medio mes y Sukuna no despertaba y mi desesperación crecía al igual que mi vientre, mi hijo seguramente nacería en estos días.
Por fin había obtenido la fuerza para levantarme de la cama, pero no importaba no me separaba de Sukuna, jamás lo haría. El no moría, pero tampoco daba señales de despertar, era un gran martirio.
Me encontraba limpiando el rostro de Sukuna con un pañuelo. En un momento tomé su mano y la puse en mi vientre.
- ¿Lo sientes? Desde hace tiempo comenzó a moverse, es nuestro hijo, nuestro pequeño, dentro de nada nacerá, nos necesita, yo te necesito, Sukuna...por favor...
No pude continuar, solté su mano y toqué mi vientre, empecé a sentir una punzada que poco a poco fue creciendo creando un dolor inmenso, una contracción tras otra.
Era hora...
ESTÁS LEYENDO
ERES MI MALDICIÓN
FanfictionConsiderado un importante noble, pero a la vez era considerado un monstruo y lo disfrutaba, un vampiro, Ryomen Sukuna. Un humano con una vida tranquila que a pesar del mundo en el que vivía tenía un gran valor, era fuerte y decidido, un doncel, Fush...