Apostados sobre la colina más alta, con vista hacia el mar, escondidos entre los arbustos, dos hombres observan la llegada de los drakkars y descendiendo de los mismos, los temidos vikingos.
— ¿Crees que éstos sean los vikingos del que hablo el rey? — cuestiona uno de ellos, el más joven
— ¿Y qué otros más van a ser? Mira la cantidad de armas que están bajando — señala hacia los hombres que cargan en baúles grandes, las espadas y escudos — eso definitivamente no es para comercializar — comenta con obviedad el adulto mayor
— ¿Pero no se supone que el que lidere sea uno de sus hijos?
— Observa bien — señala con fastidio el hombre
A la distancia uno de los vikingos, quien pensó el joven que estaba sentado sobre el suelo, se empieza a arrastrar hacia una de las tiendas ya montadas siendo seguido por otro hombre.
— Ese es el hijo de Ragnar, y esa es nuestra señal para ir a avisar al rey
— ¿Por qué sonríes? ¿No deberíamos preocuparnos de que haya venido a cobrar su venganza? Y uno solo de sus hijos ¿no te parece raro?
— Si que eres bruto — rueda sus ojos — míralos bien y fíjate la cantidad que son ellos — el joven lleva su mirada hacia abajo observando una gran cantidad de guerreros, pero cayendo en cuenta que no son lo suficientes para una guerra de venganza como se imaginaba — los otros deben estar por ahí.
— ¿Y si es una trampa? ¿Y si quizás...
— ¡Niño aún te falta crecer! — exclamó perdiendo la paciencia — ¿Ves más barcos acaso? — el joven negó — ellos son salvajes que solo se guían por sus estúpidos dioses imaginarios, es obvio que habrán creído que siendo tan pocos podrían derrotarnos. Ahora levántate, seguro mandarán a algunos hombres a inspeccionar a sus alrededores, así que será mejor marcharnos ya.
De ésta forma los dos hombres, el joven siguiendo con su caballo al adulto, se dirigen hacia el pueblo, a informarle al rey las buenas noticias, esa guerra sería ganada por ellos.
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Acepta la mano que le tienden para descender del drakkar, camina por el muelle asombrada por la rapidez con la que empezaron a armar las tiendas. Sujeta el brazo de Arne, al llegar a su lado, siguiéndolo hacia la tienda que sería suya por unos días.
Ingresa dentro escuchando como Arne se queda dando órdenes a sus hombres para que se desplacen alrededor y mantengan vigilancia. Agradece por dentro que su lugar se encuentre bastante apartadas de las demás. Teniendo algo de privacidad.
Haakon, mano derecha de Arne ingresa junto a él. Manteniéndose firme en la entrada. Da el paso a los esclavos que dejan las bebidas y algunas frutas en la mesa, saliendo tan rápido como vinieron.
— En unos instantes se llevará a cabo una reunión con Harald e Ivar — anuncia acercándose por algo de beber — Vendrás conmigo, no pienso dejarte sola aquí
Se lo imaginaba, solo muestra una sonrisa de boca cerrada asintiendo
— Si ese es tu deseo, lo hare. Iré a prepararme entonces, no quisiera presentarme con estas prendas.
— Mujeres, por eso no puedes esperar que estén preparadas para una guerra — se mofa junto a su guardia.
Le escucha decir, aprieta sus puños, ignorándolo y siguiendo su camino. Hasta hoy llegaba de aguantar cada burla despectiva que era lanzada hacia ella o su género. Le demostraría con quien estuvo tratando todo este tiempo.
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Venea - Ivar The Boneless
FanfictionIvar Ragnarsson, desde niño siempre fue excluido por su discapacidad, los niños se burlaban y sus hermanos lo olvidaban. Su único sostén era su madre, aquella buena mujer que tenía amor suficiente para llenar el vacío de su corazón. Pero cuando la p...