Capitulo 31.

2.7K 139 2
                                    

Capitulo 31:

Finalmente, nos quedamos James y yo solos, ya que la pareja italiana se había ido, quedaron encantados con el proyecto.

-¿Le gustó la comida señorita Greyson? -pregunta James, llevándose la copa de vino a los labios.

-Estuvo exquisita, jamás había probado una comida italiana tan majestuosa, señor Stone. -contesto con total sinceridad, tomando un sorbo de la copa de vino.- Y este lugar es simplemente un sueño.- terminó diciendo admirando el lugar con entusiasmo.

-Este lugar es más que increíble, suelo visitarlo constantemente. -responde, levantando una de sus cejas.

El personal se acerca para entregarnos una botella de champán.

-Regalía de la casa señor Stone. -explica el camarero y abre el corcho, sirviéndonos dos copas de champán. Una sonrisa se forma en mi rostro. -También le hemos traído el postre de la casa. -colocan una tarta de chocolate elegante con helado de vainilla en el centro, un plato con dos cucharas, qué vergüenza, si tan solo supieran que es mi jefe/cliente.

-Gracias. -decimos ambos con amabilidad.

-Puedes comerlo, no suelo comer dulces, son extremadamente excesivos en azúcar. -explica James y abro los ojos sorprendida.

-¿Por qué no? -pregunto sorprendida y me llevo un bocado a la boca, cierro los ojos disfrutándolo. -Por dios, está delicioso.

-No como nada que contenga azúcar porque es malo para la salud y crea enfermedades señorita Greyson, debería tomarlo en consideración. -explica y tiene razón.

-Prefiero morir de una sobredosis de dulces. -admito con sinceridad y él ríe fugazmente.

-Podría sonar a algo que haría, Tamara Greyson. -admite y me sorprende sonriendo. -Supe que les han llegado grandes ofertas.

-¡Así es! Gracias a nuestra colaboración con su empresa, InterBank es famoso. -admito.

-Sí, eso es increíble, pero también me he enterado por colegas que la desean a usted como sucesora financiera. -arquea una ceja, mirándome atento.

-Sí. -digo tímidamente. -Ya le he dicho a Elizabeth, la señorita Leen que apenas puedo, solo tres como máximo.

-Me gustaría que solo trabajara para mí, si no es muy egoísta de mi parte. Incluso estaría dispuesto hacer un contrato específicamente con usted y pagarle hasta el triple o más, si fuera necesario. -responde, mirándome atentamente.

-Señor Stone, eso es muy generoso de su parte, pero no puedo aceptar tal oferta sin considerarlo detenidamente. Tengo compromisos y responsabilidades con InterBank y mi equipo. No creo que el señor Alexander Smith esté de acuerdo, Además, sería injusto dejar a la señorita Leen fuera, ellos confían en mí y hemos construido una buena relación laboral.-respondo con seriedad, mientras mantengo contacto visual con James.

Él asiente y suspira suavemente.

-Entiendo, señorita Greyson. Valoraré su compromiso y comprensión. En cuanto al señor Smith tengo una cantidad generosa y múltiples clientes que le fascinarán a cambio, comprendo la situación con la señorita Leen pero con quien yo acepté trabajar fue con usted y nadie más que usted. Aún así si en algún momento cambia de opinión o encuentra la situación más factible, estaré dispuesto a discutirlo nuevamente. -dice con sinceridad, mostrando una pizca de persuasión en su mirada.

Aprecio su consideración y la forma en que respeta mi decisión. Es evidente que desea tenerme más cerca, obviamente en el ámbito profesional. Sin embargo, la lealtad hacia mis compañeros y mi sentido de responsabilidad prevalecen en este momento, no sé si sería muy egoísta de mi parte.

Terminamos de cenar y nos levantamos de la mesa con satisfacción. Mientras James se acerca al camarero para pagar la cuenta, aprovecho para dirigirme hacia la salida del restaurante. Una vez afuera, el aire frío de la noche envuelve mi cuerpo, haciéndome estremecer. Un valet le trae la lujosa camioneta a James, quien amablemente me abre la puerta y subo a bordo. Él se une rápidamente y nos alejamos del lugar.

Durante el trayecto, reinó principalmente el silencio, solo acompañado por una suave melodía de jazz que sonaba en el fondo. Es evidente que la presencia de ambos crea una atmósfera tensa e incómoda. Después de todo, James Stone es mi cliente, y eso cambia la dinámica por completo.

Finalmente, llegamos al edificio donde resido. James se baja del vehículo y, cortésmente, me abre la puerta.

-La acompañaré arriba señorita Greyson.- dice con educación.

-¡Gracias!-Agradezco su gesto y subimos juntos en el ascensor. El silencio persiste entre nosotros, pues ¿qué podría decir en esta situación? Con James Stone, las palabras parecen distintas, y la complicidad que compartía con Marcus, Byron o Jack brilla por su ausencia. Reconozco que la presencia de James tiene un efecto peculiar sobre mí.

Al llegar a mi piso, saco las llaves y abro la puerta. Sin embargo, recuerdo repentinamente que tengo unos documentos que debo entregarle a James.

-Oh, por Dios, casi lo olvido. -exclamo mirándolo.- Por favor, pase, señor Stone. Necesito entregarle unos documentos. -le indico, y él asiente antes de entrar a mi apartamento y cerrar la puerta tras de sí. Coloco mi bolso y celular sobre la isla de la cocina y me acerco apresuradamente a la mesa de la sala, donde se encuentra mi desorden de papeles. James me sigue de cerca. -Aquí tiene, son algunas gráficas impresas y los avances del proyecto. -le entrego la carpeta, y él la recibe.

James la examina brevemente.

-Gracias, señorita Greyson. -dice con sinceridad, sus ojos verdes se encuentran con los míos.- No había tenido el tiempo de agradecerle lo de el miércoles en la oficina.

-No tiene que agradecerme señor Stone, no hice nada en especial.- me encojo de hombros.

-Claro que lo hizo. Me escuchó, me ayudó con el desastre que hice en la oficina. -dice-. En serio, gracias.

Es inevitable no sonreír. Siento cómo mis mejillas se sonrojan, pero cambio mi mirada para que él no lo note.

-Por supuesto, hice lo que creí correcto. -murmuro, volviendo a mirarlo pero sintiéndome un poco nerviosa.

Sin embargo James me mira fijamente, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos.

[**]

MC | Sr.Stone (18+) María Del Mar  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora