MC | Sr.Stone (18+) María Del Mar ©

Capítulo 21.

Capitulo 21:

Terminaba de aplicar con precisión mi maquillaje, resaltando mis rasgos con una sutileza cuidadosa. Mis pómulos delicadamente iluminados resaltaban mis mejillas ligeramente sonrojadas, mientras que mis ojos estaban realzados con sombras suaves en tonos dorados y marrones que resaltaban el color de mis iris azul grisáceo. Con un toque de rímel, mis pestañas adquirieron una longitud cautivadora.

Deslicé suavemente el labial rojo carmesí sobre mis labios, dotándolos de un atractivo vibrante y seductor. Cuidadosamente delineé su contorno, asegurándome de que la línea fuera precisa y definida. El brillo sutil en mis labios añadía un toque de sofisticación a mi aspecto general.

Dejé mi cabello suelto, permitiendo que las ondas elegantes y suaves enmarcaran mi rostro de manera elegante.

Una vez satisfecha con mi apariencia, me deslicé en un vestido negro de corte impecable. El vestido negro de gala era una obra maestra de la moda y la sensualidad. El diseño elegante realzaba cada uno de los dotes de mi hermoso cuerpo, acentuando mis curvas con una gracia irresistible.
El escote pronunciado resaltaba sutilmente mi escote delicado, mostrando un atisbo de la curva seductora de mis pechos. El encaje color piel intrincado adornaba la zona del busto, añadiendo un toque de misterio y sofisticación. Las finas tiras que sostenían el vestido se deslizaban elegantemente por mis hombros, revelando suavemente la piel suave y delicada llena de brillo.

La cintura del vestido estaba cuidadosamente ajustada, enfatizando la curva de mis caderas y resaltando mi figura femenina con una sensualidad irresistible. La falda larga y fluida caía en cascada hasta el suelo, siguiendo mis movimientos con cada paso que daba. El tejido sedoso abrazaba suavemente mis piernas, dejando entrever la elegancia de mis movimientos y mostrando sutiles destellos de mi piel a través de las rendijas estratégicamente colocadas.

Cada detalle del vestido, desde los delicados pliegues en la cintura hasta el suave roce del tejido contra mi piel, realzaba mi feminidad y atractivo innato. Era un equilibrio perfecto entre elegancia y sensualidad, capturando la atención de todos los presentes en la gala benéfica. Sabía que estaba dejando una impresión duradera con mi elección de vestuario, exhibiendo con confianza su belleza y estilo único.

Los tacones rojos de punta que elegí para combinar con mi vestido negro de gala aportaban un toque audaz y atrevido a mi apariencia. Cada paso que daba resonaba con confianza en el suelo pulido, mientras el color rojo vibrante destacaba contra el oscuro telón del vestido.

Los tacones altos resaltaban la elegancia de mi figura, alargando mis piernas y añadiendo un toque de sensualidad a mi caminar. El acabado brillante de los zapatos capturaba la luz, agregando destellos sutiles a cada movimiento que daba.

La punta puntiaguda de los tacones aportaba un toque de sofisticación y refinamiento, mostrando la atención meticulosa que había puesto en cada detalle de mi atuendo. Con cada paso seguro y decidido, se que transmitía una mezcla irresistible de elegancia y determinación.

Los tacones rojos de punta complementaban a la perfección el conjunto, añadiendo un toque de color audaz y un contraste impactante al conjunto negro. Era un detalle sutil pero poderoso que no pasaba desapercibido, enfatizando mi estilo único y su confianza en mi misma.

Había llegado al Hotel Védico, uno de los establecimientos más sofisticados y elegantes de la ciudad de Boston. El ambiente irradiaba perfección y elegancia en cada rincón, desde la exquisita decoración hasta los detalles meticulosamente cuidados. El código de vestimenta dictaba el color negro, aportando un toque de distinción y profesionalismo al evento.

Como una de las anfitrionas, me encargué de recibir con una cálida sonrisa a los invitados que llegaban, acompañada por dos ejecutivos de la empresa. Después de desempeñar ese papel durante varios minutos, finalmente divisé a Elizabeth acercándose para ayudarme con los invitados de honor de InterBank.

No obstante, James Stone, el hombre que acaparaba todas las miradas esa noche, aún no había hecho su entrada. Se esperaba que llegara junto a su padre, Richard Stone, el visionario fundador de la empresa Stone Holdings Enterprise. Aunque nunca había tenido la oportunidad de conocer a Richard en persona, los rumores lo describían como una figura imponente, arrogante y prepotente.

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