Capítulo 4

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Capítulo dedicado a:
saipajas-kawai

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|| Playlist ||

04 - Me too - Meghan Tainor

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[T/N] se encontraba en el patio de la escuela, lejos de la vista de la gente chismosa o de sus profesores. Detrás de los salones se encontraba la zona donde se vertía la basura tras las clases para luego ser enviada al basurero. Aquella zona nunca era transitada hasta minutos después de la hora de salida donde los encargados de cada salón hacían su respectiva limpieza (actividad que iba alternando entre alumnos cada semana). Tomando un pequeño sendero a la izquierda y pasando por detrás de los almacenes de materiales del piso inferior se hallaba un pequeño espacio libre entre el muro y las paredes del edificio, debía tener al menos 2 o 3 metros de área, pues había un árbol solitario allí, y [T/N] solía sentarse a la sombra de este cada vez que se escapaba de las clases para estar sola. Solamente sus amigas sabían de aquel lugar porque habían estado con ella en raras ocasiones en las que requería de su presencia para calmarse. La peli[c/c] solía quebrarse muy poco y sabía controlar bastante bien sus emociones, pero algunos asuntos le podían, su problema familiar, por ejemplo. Estaba sumida en sus pensamientos, su espalda se apoyaba en el tronco del árbol mientras abrazaba sus piernas con ambas manos. Se encontraba mirando una hoja que había caído hacía unos minutos. No apartaba la mirada de esta y no pasaba ni una sola brisa que se la llevaba para que dejase de ser el objetivo de su intensa mirada. Podía escuchar las voces lejanas de los alumnos de primer año y los profesores. Ruidos de la calle también dado que se encontraba al otro lado del muro que delimitaba los territorios de la escuela. Los sonidos distantes le importaban poco o nada, al menos así era desde que las pocas horas de sueño de la noche previa le comenzaron a pasar factura, se estaba quedando dormida, y no tardó en hacerlo cuando las brisas comenzaron a soplar gentilmente. Era un buen día, y un clima tan placentero que, sumado a la tranquilidad de aquel pequeño espacio, prometían una siesta agradable. [T/N] no tardó en caer ante los encantos de la naturaleza.

Escuchar a alguien llamarle mientras le sacudían levemente le hizo emitir un gruñido a modo de queja. Se encontraba durmiendo muy a gusto como para querer despertar, pero la persona encargada de hacerle "sufrir" era insistente y no le dejaría en paz hasta verle con los ojos abiertos. [T/N] se resistía, contrayendo sus brazos y piernas cada vez más en busca de hacerse un ovillo humano con tal de conciliar el poco sueño que le quedaba y le forzaba a mantener sus ojos cerrados. Hasta que le dieron una noticia preocupante sus párpados no se separaron rápidamente: "Se te ve la ropa interior". Eso fue lo que dijo aquella persona. Inmediatamente la chica abrió sus ojos y su mano se encargó de mantener su falda pegada a sus muslos en un intento de cerciorarse de que no era así. Pero sí, lo era. La brisa se había encargado de levantar demasiado su falda. Se había quedado dormida y ni consciente fue que se había deslizado hasta quedar tendida en el césped, dejando paso libre al viento de juguetear con su uniforme descaradamente. Sentía sus mejillas arder ante la vergüenza. ¿Y si alguien más le había visto? Dudaba que fuera el caso, pero casualidades así ocurren en todo el mundo a cualquier hora y sin importar la situación. ¿Y si algún pervertido le había visto? Sus pensamientos iban pasando a la velocidad de la luz, cada uno peor que el anterior.

—Debes tener alguna especie de adicción a mostrar tu ropa interior si no te preocupas de ello hasta que alguien te hace entrar en razón. —dijo la persona que se había encargado de despertarle. Inmediatamente dirigió su mirada al susodicho luego de asimilar su voz tan familiar. Encontró aquellos orbes morados mirándole fijamente, una expresión de burla adornaba su rostro. A pesar de haberle visto en tan vergonzosa situación, el interés que mostraba por su ropa interior era mínimo, por no decir inexistente. Y no, no porque no fuese ropa interior provocativa ni nada por el estilo, simplemente no le llamaba la atención ver semejantes cosas. Su carrera le preocupaba más que las aventuras de la adolescencia, no en vano lleva sus 17 años de vida soltero y sin necesidad de pareja.

Hold on, movie star! [Kokichi Ouma x fem!reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora