Capítulo 11

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|| Playlist||

11 - Heart Attack - Enrique Iglesias
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Ahora mismo se encontraban en plena carretera, de regreso a su tan cómoda suite. El cuento de regreso ya había sido programado, así que solamente quedaba descansar de la tan larga noche e intentar sacarse el estrés del cuerpo, eso, claro, si es que [T/N] dejaba de asesinar a cada conductor que pasaba por su lado y veía a través de la ventana. Estaba claro que estaba teniendo una rabieta, tenía la expresión clásica de una niña cabreada en el rostro. Francamente, Kokichi no sabía si reírse o preocuparse, pero por ahora mantendría su boca cerrada, no fuera a ser que la bestia se le lanzase encima sin tener sitio a dónde correr para escapar de su furia. Una vez el manager estacionó el auto frente a la entrada principal del hotel, la peli[c/c] salió del mismo sin siquiera dirigirle la palabra a uno de los dos y se adentró en el complejo a paso rápido.

—¿Ahora qué mosca le picó? —se cuestionó el pelimorado.

—Parece deberse a los últimos rumores de las redes. El presidente de cierta empresa parece estar interesado en el trabajo de la señorita [T/N], y si no mal recuerdo, poco antes de terminar las entrevistas, he visto a uno de sus agentes salir del complejo.

—¿Quién?

—El presidente de las empresas Munakata. Un vasto negocio para puros talentos, según se dice. He sabido que la señorita [T/N] ha rechazado totalmente su oferta, pero parece que algo más le está molestando. —explicó el mayor, recibiendo poco después una llamada que atendió con respuestas vagas antes de ponerle rápido final. —Iré a revisar que todo esté en orden para mañana. Descansa por hoy. —se despidió rápidamente, regresando al interior del auto y poniéndolo en marcha. Los guardaespaldas ya se encontraban en la puerta principal, listo para escoltar al pelimorado hasta su habitación y hacer guardia para evitar algún incidente.

Para cuando Kokichi regresó a la suite, encontró a la peli[c/c] teniendo una guerra sin cuartel contra las almohadas de su cama. Las golpeaba con todo lo que tenía y era un milagro el no ver plumas y pelusas volando alrededor con tales golpes. Ni siquiera se molestó en decirle que se detuviera porque sería gastar palabras en vano, en lugar de ello, prefirió dedicar los próximos minutos a hacer una malteada con el fin de esperar a que la fémina se tranquilizara, desde luego que el NO pensaba ocupar el lugar de esas almohadas. Al cabo de unos minutos [T/N] finalmente se había tranquilizado lo suficiente como para, aparentemente, tener una conversación coherente.

—¿Ya terminaste tu rabieta? —cuestionó Kokichi extendiendo a su dirección la bebida recién hecha.

—No, no he acabado, solo estoy pensando en las muchas formas en las que arruinaré el negocio de ese bastardo. —confesó, recibiendo de buena gana la bebida fría en sus manos.

—Oh, qué miedo. Una suerte esta de no estar en su lugar ahora mismo. —habló en broma, aligerando la tensión al provocar que la fémina sonriese levemente. —¿Exactamente qué ha pasado?

—Este sujeto, el tal Munakata, me está poniendo de los nervios. ¿Recuerdas cuando te dije que no quería hablar con mi madre y por eso vinimos aquí? Bueno, aparentemente, el asunto del que quería hablar era sobre la empresa de este sujeto. Le ha ofrecido un contrato y ella ha dejado su antigua empresa para ir a trabajar con este rarito. Francamente, no me agrada nada la situación y siento que de alguna forma intenta chantajearme para siga los pasos de mi madre.

—¿Y por eso saltaste de la nada a trabajar en mi agencia? ¿Para decirle en su cara que tenías mejores cosas que hacer?

—¿Qué comes que adivinas? Pero de igual forma, tuvo el descaro de enviar a este agente idiota a intentar convencerme. ¿Quién se ha creído que es? Ni que fuese el sol para ser el centro del maldito sistema.

Hold on, movie star! [Kokichi Ouma x fem!reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora