Hold on, movie star! [Kokichi Ouma x fem!reader]

Capítulo 8

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08 - Sinners - Lauren Aquilina
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El viaje hacia el lugar del evento fue más rápido de lo que le gustaría a la peli[c/c], quién deseaba desde lo más profundo de su ser que tuviesen que tomar tres autopistas, cuarenta esquinas y al menos dos zonas residenciales de por medio antes de llegar. Pero claro, el manager de Ouma no consentiría un camino tan extenso cuando la estrella del evento debía llegar al primero y más temprano para estar presente en las entrevistas que se le realizarían nada más llegase. Independientemente de ello, Kokichi también parecía estar bastante perturbado por algo que se negaba a mostrar. Había permanecido todo el viaje tenso y mirando a través de la ventana con una expresión seria.

Casi como si la intención nunca hubiese sido ir a juego con la vestimenta de su acompañante, aparte de atarse el cabello en una coleta intentando mantener sus sedosos cabellos rebeldes en un peinado formal, su ropa era muy poco llamativa. Una camisa negra con alguna frase en letras blancas con una tipografía complicada y pequeña, sobre esta un dibujo que no alcanzaba a discernir del todo dado que lo cubría con una chaqueta igual de oscura y cierre dorado. Ocupaba jeans de un color azul añil y unas deportivas en negro y blanco. Se viese por dónde se viese lo que menos le.importaba era verse formal esa noche. Típico del señor "estrella de cine", nunca sigue el protocolo. Ella iba sumamente formal y bien vestida mientras que él iba con un estilo extravagante y callejero. ¿Cuál era su excusa para justificar que le había tenido eligiendo vestidos en una tienda (casi queriendo comprar el rosa) cuando él iba a usar cualquier conjunto que se le antojase? [T/N] le miró con un puchero en el rostro, gesto que este no vio hasta que su mánager avisó que estaban por llegar. La mirada del chico reparó en su acompañante y no evitó mirarle con confusión.

—¿A qué viene esa cara? —inquirió, haciendo que la fémina inflase sus mejillas incluso más, al punto de hacerlas enrojecer. —¿Qué?

—¿Cuál es la excusa que vas a plantear ahora para haberme impuesto esta apariencia mientras tú acaparas tantas libertades con el vestuario?

—¿Ah? No hagas berrinches. Eres una diseñadora de modas, debes vestirte como tal. —se excusó, haciendo que la mirada de la peli[c/c] fuese de sospecha más que de reproche por sus palabras. —La gente está más que acostumbrada a verme vistiendo ropa informal, sería raro que de repente me apareciese vistiendo como un pingüino. Mira al viejo, ¿no es lo que parece?

—No te digo que te vistas como un mayordomo, pero no hay derecho a que me exijas tanto cuando tú simplemente vistes cualquier cosa. —se quejó de todas formas, cruzándose de brazos y apartando el rostro aún con molestia, aparentemente, fingida. Kokichi bufó con burla y regresó a su antigua situación, observando a través de la ventana.

—Chicas, ¿quién las entiende...?

—Bien, señoritos, llegaremos en breve. Recen sus oraciones, la prensa será pesada. —anunció el manager del pelimorado avisando a lo lejos la entrada al recinto designado. Una gran masa de periodistas se aglomeraban a ambos lados de las cintas rojas, intercedidas y atadas a los típicos soportes para hacer con ello más elegante hasta la simple entrada a cualquier lugar donde acontecería una reunión importante. [T/N] sintió escalofríos e inmediatamente se arrimó a su acompañante, agarrando su brazo con algo de fuerza a la vez que temblaba y miraba por el parabrisas frontal a su peor pesadilla.

—Compórtate, que ya estás crecidita para esto. —rió el pelimorado.

—No quiero. ¡Regrésame a la suite! Necesito al menos tres semanas más de soledad antes de enfrentarme a esto.