Capítulo 38.

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Cuando Saúl y Daniel llegaron al hospital pudieron ver al alfa pura sangre sentado, sufriendo en silencio.

Rápidamente el pelinegro de cabellos largos se acercó a su hermano para consolarlo.

-¿Cómo está Taylor?-pregunto el mayordomo rápidamente.

-no me han dicho nada desde que entró a la sala de urgencias.-Demián miro a su hermano con súplica.-haz algo.-

-no puedo hacer nada, no tengo pasantía en este hospital.-

***

Los minutos pasaban y el tiempo parecía eterno, Demián odiaba estar cerca de su Omega sin poderlo ayudar.

Finalmente el letrero rojizo con la palabra "operación", cambio a color verde con la palabra "libre".

El beta y ambos alfas se levantaron para acercarse rápidamente al médico que salía de aquella sala de operaciones.

-¿¡Cómo está mi esposo!?- pregunto el alfa pelinegro sin perder tiempo.

El médico suspiro, se quitó los guantes y el tapaboca para hablar con claridad.-está bien. Pero el cachorro...-

***

La luz blanca le lastimó un poco los ojos, pues al ir despertando sus ojos iban acostumbrandose a la luz.

En su brazo había una pequeña aguja, por donde pasaba un líquido blanco. Su mirada fue de inmediato a la puerta, la cuál se abría dejando ver a su alfa.

-hola.-

-hola.-saludo un poco débil.

El alfa se acercó a la camilla y le sujeto una de sus manos al dulce Omega.-¿Cómo te sientes?-

-un poco mareado.-por instinto, el Omega llevo su otra mano a su vientre, asustandose al no sentir su barriguita.-¿Y mi bebé?-

-necesito que estés tranquilo.-el alfa abrazo a su Omega dejando salir un poco de sus feromonas para poder tranquilizarlo.-nuestro hijo está en una incubadora especial.-

-¿Qué sucedió?-

-sus pulmones son un poco débiles al ser un bebé prematuro. Dice el médico que en unos días puede mejorar.-

-lo quiero ver.-

-pero no puedes...-

-no te estoy pregunto.-

Al alfa miro al Omega, aquel que siempre había sido de carácter fuerte.

Asíntio con una pequeña sonrisa.-pediré una silla de ruedas, espera un poco.-

***

Ambos recorrieron parte del hospital, hasta llegar a las salas especiales de recién nacidos.

Una enfermera se acercó a ellos y con una sonrisa pregunto si sabían cuál era su bebé, ambos negaron.

-¿Cuál es el nombre de la mamá?-

-Taylor... Taylor rosales.-

-por aquí.-la chica los condujo hasta doblar el pasillo, pero aún seguían viendo las incubadoras.-ahí está la pequeña.-

Ambos miraron la incubadora que la enfermera les señalaba.

-es niña.-exclamo con alegría el Omega.-¡Demián es una niña!-

-¿Podemos cargarla?-

-aún no. Lo lamento.-

-¿Estará bien?-

-es pequeña, pero al parecer es fuerte. Su aroma es el más intenso.-

Aquella incubadora tenía sus sueños, su motivación, su pedacito de luz.

-Isabel. Me gustaría que su nombre fuera Isabel.-

-ese nombre...-

El alfa se puso de rodillas para poder mirar al Omega, le sujeto las manos y se las beso con delicadeza.-la primera vez que hablé con tu abuelo me dijo que a él y a tu madre siempre les gustó ese nombre, y que habría sido el tuyo en caso de nacer mujer.-

-Demián.-una pequeña lágrima recorrió su mejilla al recordar a sus padres y a su abuelo.

-si estás de acuerdo, quiero que sea Isabel.-

El Omega rompió en llanto y abrazo al alfa.-gracias.-

-gracias a ti, mi amor.-

***

Los días en el hospital pasaron lentos, tanto Demián como Taylor sentían las semanas extremadamente largas.

-¿Cómo te sientes?-pregunto el médico de aquel hospital hacia el Omega, quien sostenía la mano de su alfa.

-mucho mejor.-

El médico observo la tablilla que le había entregado una enfermera, y con una sonrisa asíntio.-los exámenes salieron bien. Y por tu buen comportamiento tengo un regalo para ustedes.-

Una enfermera entro con un pequeño bulto entre sus brazos, inmediatamente el Omega comenzó a soltar unas pequeños lágrimas.

La enfermera se acercó a la pareja y le entrego al Omega a la pequeña Isabela.

Ambos padres quedaron embelesados, su pequeña era hermosa.

-huele a durazno.-comento entre risas y lágrimas el Omega, pues recordó aquellos días durante su embarazo en donde se había dedicado a comer kilos de duraznos.

-es bellísima.-susurro el alfa besando con dulzura al omega.-lo hiciste bien.-

-nuestra pequeña y hermosa Isabel.-

>>>

Chic@s aquí les escribí un pequeño capítulo, espero poder escribir más en el siguiente episodio, y por adelantado les quiero pedir disculpas si es que algunas cosas no llegan a encajar, pues de tanto tiempo sin actualizar he olvidado algunas cosas.

L@s amo y les agradezco mucho su apoyo. Saludos.

SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora