Cuando Daniel llegó a casa, notó que las cosas del beta ya no estaban, se sentía miserable, de haber hablado las cosas todo sería diferente. Había analizado las cosas y si, posiblemente la perdida de su cachorro era en parte su culpa, sabía que los embarazos de los "especiales" eran mucho más complicados que los de los omegas normales o recesivos, y su pareja había estado solo, sufriendo mentalmente al preguntarse constantemente que era lo que andaba mal en su relación.
***
Al día siguiente se presentó al trabajo como siempre lo hacía, atendió a sus pacientes habituales y se encargó de algunos otros, para después visitar a la chica que era su destinada.
-buenas tardes.-saludo la chica con una amplia sonrisa al verlo entrar.
-¿Cómo vas?-
-mejorando. Mañana podré salir al fin.-
-me alegro, procura cuidarte y pon atención a la carretera.-
La sonrisa de la chica se borró.-¿No vendrás a felicitarme por mi recuperación?-
-mañana tengo algo importante. Así que te deseo lo mejor.-
-¿Podrías darme tu número o alguna red social?-
Un suspiro escapó de sus labios, miro a la chica y hablo tratando de no sonar grosero.-escucha, estuve a tu lado porque me lo pediste, pero más que nada porque es mi obligación como médico. No pienses otras cosas.-
-pero somos destinados.-
-si, somos destinados, es lo que el destino espera de nosotros... Pero no te amo, y no quiero ilusionarte, por enfocarme en mi trabajo y mis planes termine desplazando a la persona que amo. Eres hermosa, pero no eres para mí, y no deseo lastimarte, encontrarás a alguien digno de tí.-
Y si, Daniel había encontrado a su alma gemela, y por arrogante que sonara, no deseaba conocerla, amaba con locura a su beta, no estaba dispuesto a perderlo. Sabía que el amor que sentía por ese beta, era mucho más fuerte que los lazos del destino, quien se encargaba de enlazar gente sin importarle si había amor o interés de por medio.
***
Saúl estaba en un consultorio al otro lado de la ciudad, sus manos temblaban y el miedo se apoderaba de él. Uriel le había informado que debía "limpiar" su vientre por su reciente perdida, de lo contrario podría llegar a ocasionarle daños graves.
Cuando gritaron su nombre, su cuerpo se paralizó, le asusta entrar a aquella sala, necesitaba apoyo.
Sintió una gentil mano sobre la suya, extrañamente todos sus miedos se fueron, sus ojos se encontraron con esos intensos ojos azules, los cuales los miraban con amor y dolor.
-entremos mi amor, no estás solo.-como si de un hechizo de tratará, Daniel logro tranquilizar al Omega, entraron al consultorio y todo paso rápido.
Sus manos se sujetaban con fuerza mientras los restos de su pequeño eran retirados de su cuerpo, unas pequeñas lágrimas salieron, se despedían de la personita que jamás podrían amar.
Al terminar y salir de la clínica, Saúl se aferró en un fuerte y doloroso abrazo a Daniel, quien correspondió y dejo escapar sus lágrimas, ellos no habían buscado un bebé, más sin embargo aquella perdida dolia a montones.
***
Los días pasaban y Taylor formaba nuevos recuerdos con Demián e Isabela, los recuerdos no volvían, pero si que había mucho más nuevos.
La pequeña estaba profundamente dormida, el baño que sus padres le habían dado había sido tan relajante que cayó rendida.
Taylor miraba encantado como aquella pequeña azabache dormía, era encantadora, percibió un fuerte aroma a menta, con delicadeza se levantó de la cama y salió de la habitación de la pequeña.
Al acercarse a la habitación del alfa, notó que el aroma era mucho más intenso.-¿Demián?-
-¿Si?-
El Omega ingreso y el aroma lo reconfortó, así como también logro ponerlo nervioso.-¿Estás bien?-
-si. Entre en celo. Estoy buscando los supresores. No es grosería, pero sal de mi habitación, no quisiera...-aquellos brazos ajenos rodeándole lo sorprendieron.
Taylor escondió su rostro rojizo en la espalda del mayor.-estoy aquí, no creo que necesites medicamento.-
Demián sonrió, en verdad quería hacerlo suyo, pero había un pequeño detalle.
Se dió media vuelta y abrazo al omega.-nuestra hija está al otro lado de la escalera, no creo que pueda detenerme, y si llora...-
-hablale a tu amiga.-
-¿En verdad quieres pasar el celo conmigo.- Taylor enrojeció, pero aún así asintió, logrando hacer que el alfa soltará un pequeño suspiro de deseo.-llamare a Candela, espera un poco.-
***
Saúl estaba recostado en aquella cama amplia, las suaves caricias de su alfa lograban tranquilizarlo, pero sabía que debía hacer preguntas, o siempre tendría un nudo en la garganta.
-¿Cómo se llama tu destinada?-
-Carla.-
-¿Es hermosa?-
Daniel le beso la frente con dulzura. -conozco a alguien más hermoso.-
Saúl se alejo del alfa, se levanto de la cama y miro al alfa.-no podemos estar juntos, debes ir con ella.-
Daniel se levantó y se puso frente a su amado.-la rechacé, no estoy dispuesto a perderte.-
-Daniel...-
-solo escúchame.-le tomo de las manos y le miro con ternura.-se que te hice daño, lo lamento. Mis cambios de horarios fueron porque no hay personal, no te hago el mismo caso de antes porque llego cansado y lo que menos quiero es desquitarme contigo...-
-le estabas sonriendo.-
-por que es una paciente, ¿No crees que tienen suficiente con sus días en el hospital? Sería muy grosero atenderlos de mala manera sabiendo que están ahí para recuperarse.-
Sus mejillas se tornaron rojas, desvío la mirada y apreto las manos del alfa.-pero antes solamente yo conocía tu lado dulce.-
-y creeme que te doy mis menores versiones.-rapidamente le beso los labios, provocando una sutil sonrisa en el beta.-no quiero herirte, prometo que no volveré a hacerte daño.-
-no quiero que renuncies a tu felicidad.-
-entonces no te alejes de mi lado.-aquel bello momento fue cerrado con un dulce beso.
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SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)
FanfictionSegunda parte de "Solo quería un bebé." Disponible en JoannaLuna9.