~ SAÚL X DANIEL. ~

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~ Saúl.

¿Te has puesto a pensar en como las cosas cambiarían si  hubieras o no tomado ciertas decisiones?

Recuerdo que de niño siempre jugaba en los jardines de la mansión Rosales, mi padre trabajaba como mayordomo, y a mí me permitían jugar por la casa.

Cierto día, cierto año, vi a un Omega llorando en los escalones de la mansión, escuché a mi padre decir que los padres de ese Omega habían muerto, me acerque al niño con la intención de hacerlo olvidar su dolor, yo era mucho más mayor, pero él, siendo pequeño, estaba experimentando un enorme dolor.

Al enfermar mi padre quisieron mandarme a casa de una de mis tías, me negué, no quería ir, fue entonces cuando el abuelo de Taylor me ofreció trabajo y estudios, acepte solamente porque Taylor parecía feliz de tener siempre mi presencia cerca.

Nunca lo vi con ojos que no fueran de hermanos, Taylor era maravilloso y perfecto en casi todo, pero tenía un vacío en el pecho, el anhelaba el recuerdo de su familia.

No niego que en un principio me sorprendió lo que hizo, inseminarse era llegar a un extremo, pero trate de entenderlo, vi como el amor entre Taylor y Demián crecía, aún cuando Taylor perdió la memoria Demián siempre estuvo para él.

Si yo hubiera aceptado ir con mis Tías no tendría la familia que tengo hoy en día, el amor de Daniel me complementa.

-mami/mami.-

Bueno, el amor  de Daniel y de mis hermosas gemelas, Dalia y Ana.

-dibujamos esto en el kinder.-hablo Dalia.

-para ti.-explico Ana.

-gracias mis amores. Son hermosos.-al recibirlos, ambas salieron corriendo rumbo a su habitación.

Sentí la presencia de Daniel a mis espaldas, sonriendo mire los dibujos de mis hijas.-te he dicho que no las alientes a decirme "mamá" no soy una chica.-

Sus brazos rodearon sus caderas desde atrás.-no le veo nada de malo. ¿Te molesta?-

-me hace pensar que quieres una chica a tu lado.-

-eso es ridículo.-con agilidad me hizo dar media vuelta, besando mis labios con ternura y deseo, obviamente no me negué, sus besos son deliciosos.

Al separarse un poco me miro fijamente, conozco esa mirada, se lo que va a decir. -casate conmigo.-

Voltie la cara y lo aparte suavemente.-hay que darnos prisa, las niñas tienen que ir a clases de baile.-

Lo evitó, lo sé, pero no sé si dar ese paso sea lo adecuado, lo amo con locura y es lo que me asusta, no quiero que mis emociones dependan de él, me asusta que algún día deje de quererme.

***

~ Daniel.

Nunca conocí el amor como tal, mi padre me ama, pero es un amor parental, mi madre jamás supo demostrarnos su amor, aunque sinceramente dudo que nos haya llegado a querer.  Jamás me he enamorado, y no se lo que se siente exactamente.

No puedo decir que sufrí, a la edad de 16 años ya estaba fuera de casa, desde muy pequeño siempre anhele ser médico, y siempre me esforcé para conseguirlo, tuve que estudiar fuera del país, papá me apoyaba, mamá jamás llamaba.

En el extranjero jamás me enamoré, pero en cuanto conocí a Saúl es como si hubiera encontrado a mi alma gemela, siendo este sentimiento aún más fuerte que el que sentí con mi destinada.

Mi alma gemela posiblemente venía de épocas pasadas, que afortunadamente logramos encontrarnos en esta vida.

Amo tanto a Saúl que me niego a abandonarlo, a pesar de que en ocasiones es distante y frío, por ejemplo siempre que le pido matrimonio, voltea el rostro y me cambia la conversación, he pensado que no me ama tanto como yo a él.

Pensé que no podía amar a alguien con tanta locura como a Saúl, pero como el destino siempre te abofetea cuando menos te lo esperas, me cayó la boca mandándome a mis dos hermosas princesas. Dalia y Ana.

***

Aquel beta se desahogaba con su amigo Omega, se sentía fatal siempre que rechazaba la propuesta de su pareja, pero le asustaba la idea del matrimonio.

-solo dile que no es el momento.-

-¿Y cuando será el momento?-

-yo no sé, eso depende de tí.-

El beta suspiro con cansancio.-no es que no quiera... Me asusta la idea de casarnos y que al final de cuentas se de cuenta de que no es como siempre lo pensó.-

-¿Que podría cambiar? Todo lo que hacen los esposos lo están haciendo. Vienen juntos, tienen una hermosa familia, trabajos estables, casa propia...-Taylor acercó su mano y levantó suavemente el rostro del beta, sonriendole con ternura hablo.-si no estás seguro no lo hagas a la fuerza.-

***

Mientras Saúl estaba fuera, Daniel había llegado a casa, estaba esperando la hora para ir por sus pequeñas, quienes estaban en casa de sus padres.

Su celular sonó y contesto, sin darse cuenta que la puerta principal se abría y el beta ingresaba a su hogar.

-bueno... Bien... Aún no, no está en casa... Si lo sé... Me va a odiar... No quiero que todo el tiempo este incómodo...-

¿Acaso lo quería terminar? Esa llamada no parecía ser normal.

-si ya los tengo... Te regreso la llamada en un rato, debo ir por mis hijas.-

Acomodo los papeles que tenía en la mesita de noche y se levantó dirigiéndose a la habitación que compartía con el beta.

Saúl se quedó de pie en la entrada, su pecho dolía y el mundo parecía que se hubiera detenido, ¿Lo iba a terminar por no aceptar casarse?

-¿Que haces ahí?-la voz del alfa lo saco de sus pensamientos.

-acabo de llegar. Olvide comprar unas cosas que necesito.-

-descuida. Podemos pasar por ellas de camino con mis padres.-

Antes de que el alfa abriera la puerta, el beta se le abalanzó y lo abrazo con fuerza, dejando desconcertado al médico.

-yo... ¡Si me quiero casar contigo!-

-¿Que? No espera...-

-acepto casarme.-repitió soltandolo.-pero no me dejes.-esta vez lo tomo de la nuca y lo acercó para besarlo con desesperación.

-Saúl espera...-con algo de fuerza, pero sin lastimarlo, logro alejarlo, notando unas pequeñas lágrimas en los ojos ajenos. -¿Dejarte? ¿De dónde lo sacaste?-

-escuche tu llamada.-

-¿Cómo es que esa llamada te hizo llegar a esas conclusiones?-con sus manos sujeto las piernas del beta, cargandolo se alejo de la puerta y lo sentó sobre la mesa, quedando entre sus delgadas piernas. -hable con Candela hace poco, me hizo entender que te estoy presionando por un caprichoso mío. Yo tampoco tengo muchas ilusiones de casarme y hacer una fiesta.-

-¿Entonces?-

Antes de responder, el alfa lo beso con dulzura, y abrazo el cuerpo ajeno, aquel que pertenecía a la persona que amaba con locura.

-solo quiero que los demás sepan que somos pareja, pero me hizo ver que un papel no demuestra nada a la sociedad, no lo voy a tener pegado en la frente.-ambos soltaron una risa. Fue entonces cuando Daniel saco una pequeña cajita roja, dónde habían dos hermosos anillos.-¿Puedo?-el beta asintió, entonces Daniel le coloco uno de los anillos de oro en su dedo.-asi es mejor.-

Saúl tomo el otro anillo, con una sonrisa se lo coloco al alfa.-¿No me vas a dejar?-

Daniel sonrió, lo tomo del rostro y junto sus frentes.-claro que no. Eres mi alma gemela, quien me ayudó a cambiar y me dió la felicidad que pensé no tener, me diste dos hermosas hijas y mi motivación a ser mejor... ¿Crees que te dejare solo porque si? Prefiero afrontar todo contigo a mi lado.-

Saúl sonrió, era feliz, todo lo que un día le hizo falta ahora lo tenía con el alfa.-te amo.-

-te amo.-

Muchas veces un destinado es solamente una persona que el destino se encarga de atar en tu camino, pero un alma gemela es la persona que la vida pone en tu camino, si decides amarla y respetarla, podrás encontrarla en vidas futuras.






SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora