Capítulo 45.

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Taylor miraba encantando a su pequeña, Demián le había comprado un hermoso conjunto invernal, y justamente ese día había decidido ponérselo.

-¿Están listos?-el alfa pelinegro entro a la habitación, acercándose a su familia.

-si. ¿En donde veremos a Jack?-

-en la cafetería.-

-me alegra verlo. Hace un tiempo no lo vemos.-

-creo que ha estado ocupado con la escuela y el trabajo.-

Hace unos días el rubio había invitado a su hermanastro y su familia para almorzar, hace algunos días no se podían ver, pues el rubio estaba haciendo unos planes con respecto al Omega y al pequeño que vivían junto a él

La familia salió rumbo a la cafetería en dónde estaba su amigo, el día era un poco frío y la nieve cubría las calles y los tejados de las casas. La navidad había llegado a la ciudad, todos los locales y la mayoría de las casas mostraban las luces y el espíritu navideño.

***

El rubio observo cómo su familia bajaba del coche, en cuanto la pareja cruzo la puerta y se acercó, pidió cargar a la pequeña, quien sonrió al ver a su tío y le estiró sus pequeños bracitos para que el rubio la cargará.

-¡Te extrañe mucho pequeña!-

Durante todo el almuerzo se quedaron platicando del como celebrarían esas fechas tan importantes. Demián trataba de no preguntar a su hermano si ya tenía pareja, pues tenía un ligero aroma que no pertenecía al rubio.

En cambio, Taylor le miraba juguetón, no podía evitar pensar en que su amigo finalmente había conseguido alguien a quien amar.

-confiesa, ¿Cómo se llama?-pregunto divertido el castaño.

El rubio observo a su amigo sin entender. -si mal no recuerdo, decidieron que se llamaría Isabela.-

-no mi hija. Tú pareja.-el castaño no pudo evitar soltar una risa ante la cara que había hecho su amigo.-hueles diferente, no es tan notorio pero se que no es tu aroma.-

Inconscientemente una sonrisa dibujo los labios del rubio.-su nombre es Alex. Tiene un pequeño de cuatro años.-

-¿Te gusta?-

-es dulce, pero se que no soy suficiente para él. Ya ha pasado por mucho y no quiero causarle problemas.-

-¿Estás bromeando? Eres un chico agradable y claro que vales la pena.-

-Taylor...-

-no me pienso meter en tus asuntos, pero intenta no cerrarte a la idea de poder ser feliz.-

-tratare.-

Sinceramente muy dentro de él quería intentarlo, aquel Omega era hermoso y tierno, tanto que tenía miedo de hacerle daño.

Taylor subió al coche con una enorme sonrisa, finalmente las cosas comenzaban a mejorar, tanto para su familia como para sus amigos.

-estas feliz.-aseguro su alfa mirando la carretera.

-me alegro mucho por Jack, es buena persona y quiero que sea feliz.-

-asi será. Verás que si.-

Taylor miraba por la ventana, iba pensando en su amigo, cuando de pronto un fuerte golpe volcó el coche.

Las sirenas de ambulancias y patrullas fue lo último que el castaño escucho, incluído el llanto de su pequeña.

***

Después de almorzar el rubio condujo a casa, finalmente podría darle la sorpresa al Omega, una sorpresa que había planeado desde que habían visto al padre de Noa.

Al llegar a casa el pequeño Noa lo recibió con una enorme sonrisa, el rubio lo tomo entre sus brazos.-¿En dónde está Alex?-

El pequeño castaño señalo hacia una puerta del pasillo.-cuarto.-

Ambos se dirigieron a la habitación, Jack observo cómo aquel bello Omega se perdía entre las hojas que tenía en su mano.-¿Que haces?-

-arreglando unos papeles, quiero encontrar un buen trabajo.-

Jack bajo al pequeño y se sentó en la cama, a un lado del omega.-me parece bien que quieras trabajar, pero no te presiones. No hay prisa.-

-lo se.-

El rubio observaba encantado como aquel Omega ponía toda su atención en los papeles. Le gustaba el empeño que ponía en todo lo que el Omega hiciera.

Con ternura sujeto la mano del omega, logrando que se desconcentrara y lo mirara curioso.

-¿Podemos hablar?-

-¿Que sucede?-

-no quiero que te molestes, pero compre una casa para tí y para Noa.-

-¿Que dices?-

-la iremos a ver mañana. Les gustará.-

El pequeño se acercó con una enorme sonrisa.-¿Ahí puedo tener a un cachorro?-

Jack sonrió. Aquel pequeño ya comenzaba a retomar el carácter que un niño de su edad debía tener.

-siempre y cuando te comprometas a cuidarlo. Además, tú irás al colegio. Ya es tiempo de que comiences con la escuela.-

El Omega se puso nervioso.-pero Jack, apenas voy a buscar trabajo yo no puedo...-

-nadie te está pidiendo nada. Necesitan un buen hogar y Noa debe comenzar la escuela, ya está en edad de asistir a clases.-

-¿La escuela da miedo?-cuestionó el pequeño un poco asustado.

Jack le acaricio con ternura sus cabellos.-para nada. Conocerás a más niños y aprenderás muchas cosas.-

-¡Quiero ir!-

-asistiras la semana que viene. Tus útiles los compraremos pasado mañana.-

-¡Si!-el menor salió corriendo perdiéndose en el pasillo.

-Jack...-

-perdona si no te pedí tu opinión, pero se perfectamente lo que hubieras dicho "no pienso aceptarlo, no es tu obligación".- ambos soltaron una risa, pues era exactamente lo que el Omega hubiera dicho.-se que no es mi obligación, pero quería hacer algo por ustedes.-

-haces más que suficiente.-

La mirada de ambos se cruzó, Jack suspiro mientras acariciaba el rostro del omega, quien cerro los ojos ante aquel tacto suave. Se acercó con la intención de besar aquel dulces labios.

Pero los pasos apresurados del pequeño hicieron que el rubio se alejara y soltará al Omega.

-¡Quiero uno de estos!-señalo un cachorro que había en un libro de cuentos que poseía.

El único asintió.-primero veamos cómo tomas la escuela.-

Buenas noches. Antes que nada quiero agradecerles por el apoyo a esta historia, en verdad me alegra que les guste. Una disculpa si no actualizo seguido. Debo trabajar y hacer muchas otras cosas más.

Gracias a ustedes es que está historia continua.

¡Les deseo felices fiestas y una gran noche! ¡Los amo!

SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora