Nuevamente el llanto inundaba aquella casa, el alfa pelinegro se levantó un poco molesto, no por el llanto de su pequeña, simplemente se odiaba a sí mismo por no hacer que su pequeña logrará calmarse, además las prendas con el aroma de Taylor comenzaban a acabarse.
-ya princesa. Todo está bien.-entre sus brazos cargo a su pequeña, quien recientemente había cumplido un año, un cumpleaños que había pasado sin su madre, al igual que sus primeros pasos, pasos que Taylor se había perdido.
Todos los días asistía al hospital para pasar tiempo con Taylor, además estaban las clases que debía dar, y cuidar de su pequeña, de quién se hacían cargo sus padres cuando él no podía cuidarla.
Taylor no mostraba mejoras, su cuerpo hacia unos espasmos pero eran normales. No había rastros de mejoras, cosa que comenzaba a preocupar a los médicos, pues aquel Omega solo dependía de esa máquina, ya que Demián no tenía una marca con Taylor.
***
El alfa bajo del coche con su pequeña y una mochila con lo indispensable. Sus padres ya lo esperaban en la entrada del hogar.
-ya comió algo, pero si le da hambre empaque algo de comida que le sobró está mañana.-
-de acuerdo.-la esposa de su padre tomo entre sus brazos a la pequeña, quien sonrió al mirar a su abuela. -¿Quieres ver tu película favorita?-la mujer entro junto a la pequeña.
El alfa observo a su hijo, quien tenía marcas debajo de los ojos y ya comenzaba a tener barba.-¿Cuando fue la última vez que lograste dormir?-
El pelinegro no lo miro, solamente se descolgó la mochila con las cosas de su pequeña y se la entrego a su padre.-Taylor seguía a mi lado. Debo irme, quiero platicar con él sobre Isa.-se dió media vuelta y subió a su coche.
***
En la misma habitación, en la misma cama, estaba aquel hermoso Omega, dormido sin poder despertar.
Demián se acercó y beso su frente con ternura, sujeto su mano y se sentó en una silla al lado de la camilla.-hola, amor. El clima afuera es maravilloso, ¿Que dices si despiertas y salimos a caminar? Con nuestra pequeña. Hablando de Isabela, cada día es más hermosa, ya camina un poco más, sin embargo se niega a hablar, tampoco balbucea, ella te necesita... Yo te necesito.-las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, extraña a su Omega, quería a su familia completa.
***
Jack estaba conduciendo rumbo a la plaza, el cumpleaños de Noa se acercaba y quería comprarle juguetes y otras cosas. Más sin embargo pudo distinguir a un alfa prepotente entrando a un bar.
Se detuvo porque su instinto se lo pidió, era la primera vez que lo veía después de haberlo encontrado en el parque.
Entro al bar y de inmediato lo distinguió, sin dudarlo se acercó y se sentó a su lado.
Aquel alfa se veía terrible, tenía barba y su cabello se veía más largo y descuidado, desprendia un aroma fuerte a alcohol.-te vez peor de lo que imaginé.-
El alfa lo miro de inmediato, al ver que era el rubio vio la oportunidad de preguntar lo que hace meses lo atormentaba.-¿Cómo... Cómo está Noa?-
El rubio sonrió encantado al recordar la sonrisa inocente de aquel pequeño niño.-feliz. Le gusta la escuela, sus notas son excelentes, tiene muchos amigos.-
El alfa sonrió al imaginarse la carita de su pequeño con una sonrisa, pues antes casi nunca la había visto. Un nudo se formó en su garganta.-lastime mucho a mi familia.-
-¿Que pasaba por tu cabeza? ¿Por qué te empeñaste en destruir lo más hermoso que tenías?-
El hombre tomo otro trago. Evitó mirar al rubio y bajo la mirada.-conocí a Alex gracias a un amigo, él se enamoró de mí y yo me aferre a gustarle y enamorarlo. Cuando me di cuenta los años habían pasado, yo jugaba con él y él se enamoraba cada día más, era egoísta así que no me importo. En cuanto supimos de su embarazo el dejo a su padres para estar conmigo, sus padres lo buscaban con desesperación, yo le mentí diciendo que sus padres no querían saber nada de él, nos mudamos a otra ciudad y él pensó que yo cambiaría con la llegada de Noa... Pero todo empeoró, comencé a golpearlo porque él se empeñaba en dejarme, había decidido alejarse de mi por el bien de nuestro hijo, y yo siempre se lo impedía a golpes.-
-¿Nunca lo amaste?-
-¡Claro que lo amaba!, pero mi manera de demostrarlo nunca fue la correcta. Cuando me di cuenta él ya me tenía miedo, y yo no pude dejar de lastimarlo.-su corazón comenzó a doler al recordar la mirada de miedo de aquel hermoso Omega siempre que lo veía llegar.
El rubio suspiro.-debes pedir ayuda, no puedes seguir viviendo así.-
-sabes, cuando vi a Noa llorando se me rompió el corazón, Alex siempre lo escondía para que no se diera cuenta de que yo lo golpeaba... Pero mi hijo no es tonto, se daba cuenta.-
-después de sacarlos del departamento los lleve a terapia. Alex avanzaba rápido, pero Noa se empeñaba en ser la persona que protegería a Alex. Al principio se negaba a jugar o conocer gente. Ahora solamente juega y se dedica a vivir acordé a sus etapas.-
-quiero verlo.-susurro al borde de las lágrimas.
-si quieres verlo debes ir a terapia. No me arriesgaré a ponerlo en peligro.-
-¿Si voy me dejaras verlo?-
-es tu hijo. Pero no permitiré que le hagas daño, debes estar bien para poder verlo. Te tiene miedo. Le asusta verte.-
-ire a terapia, quiero pedirle perdón a mi hijo... Y también a Alex, le hice mucho daño.-no lo había aceptado antes. Pero sabía que aquel Omega estaba muy herido debido a su culpa, se odiaba por no haber cuidado a su familia, quería comenzar a enmendar las cosas, y ya sabía por dónde empezar.-¿Puedo pedirte un favor?-
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SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)
FanfictionSegunda parte de "Solo quería un bebé." Disponible en JoannaLuna9.