Capítulo 55.

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Demián miraba con molestia a la rubia, su amiga lo habia arrastrado a la barbería en cuanto se enteró que el castaño quería verlo. Lo había obligado a cortarse el cabello, (como antes lo tenia) y a deshacerse de la barba que lo hacía parecer viejo.

-oye loca, el hecho de que quiera verme no significa que literalmente me estará mirando todo el tiempo. No necesito arreglarme.-

Después de la barbería, la chica lo habia arrastrado a una tienda de ropa, pues toda la ropa del alfa estaba sucia o tirada detrás de algún mueble.

-claro que si. Tienes que impresionarlo. Hazle saber porque se enamoró de ti... Aunque no lo recuerde claro.-

La rubia miraba la ropa pensando cual le quedaría mejor a su amigo, en cambio el pelinegro se sentó en uno de los sillones de la tienda.

-sinceramente, no quiero verlo.-

-¿Qué?-

-duele sabes. No se que dirá. No se que piensa. Tal vez solo quiere hacerme saber que nada volverá a ser como antes... No si no nos recuerda.-

Candela dejo a un lado las prendas para acercarse a su amigo y quedar de pie frente a él.

-escucha, Taylor te ama. Ahora no lo recuerda, pero ustedes son una familia.-sin pensarlo demasiado, le sujeto del rostro y se acercó para besar la frente del pelinegro.-tarde o temprano volverá.-

Demián comprendía el porque su amiga se empeñaba en ayudarlo ante esa etapa tan difícil. Ella también se había enamorado de un Omega, también habían anhelado una familia... También ese Omega había perdido la memoria... Más sin embargo, el Omega que ella había amado no la recordaba, y ahora ese Omega compartía su vida con alguien más, compartía sus sueños y tenían una familia hermosa.

***

Ambos llegaron a la casa que Demián había comprado para su familia, entraron y se dispusieron a esperar a que fuera la hora indicada para la llegada del castaño.

Cuando el timbre sonó, la chica fue quien decidió abrir la puerta.

-hola. Pasen.-

Taylor ingreso notando un ligero aroma a lavanda, claramente no eran feromonas, era solamente un aromatizante.

La casa era grande y hermosa, había fotos de la pequeña y el alfa pelinegro.

-Demián está en la sala.-llegaron a la sala, y Taylor distinguió de inmediato al alfa, quién se veía aún mejor con el cabello corto y sin barba.

-hola.-saludo nervioso el Omega.

-hola.-respondió el alfa.

Candela sujeto de los hombros al beta, sonriendo miro a la ex pareja.-tienen cosas de las que hablar. Nosotros estaremos afuera.-sin decir más, salieron dejándolos solos.

-¿Siempre está aquí?-preguntó Taylor sin pensarlo.

-a veces. Me ayuda con la casa y con mi hija.-el Omega sintió un pequeño dolor al escuchar "mi hija" ¿Acaso lo estaba desplazando?-¿Qué sucede? Saúl dijo que querías venir, claramente no dijo para que.-

En la habitación podía percibirse un leve aroma a duraznos.-¿En donde... Esta la niña?-ahora quién sintió un dolor en el pecho fue el alfa. ¿Acaso no era hija de ambos?

Al alfa señaló uno de los sillones, Taylor se acercó y pudo ver a la hermosa pequeña durmiendo pacíficamente.

Era bellísima, sus largos y lacios cabellos negros, sus rosadas mejillas, su pequeñita nariz... Claramente las fotos no le hacían justicia.

Dibujo una pequeña sonrisa.-¿Cuántos años tiene?-

Demián se acercó y se posicionó a un lado del castaño para observar a la niña.-un año, siete meses.-

-¿Cuando es su cumpleaños?-

-el cuatro de Julio.-

-es hermosa.-

Demián sonrió ampliamente.-si.-

-¿Has tenido muchos problemas? Hablo de cuidarla, mantener la casa, y dar tus clases.-

-Candela me ayuda, y si no puede lo hacen mis padres.-

El castaño rodó los ojos, cosa que Demián no noto por ver a la pequeña.-lo bueno es que tú pareja te ayuda.-

-ella no es mi pareja.-aclaro.

Taylor dirigió su mirada a quel alfa que estaba a su lado. Demián sintió la necesidad de besarlo, de decirle cuánto lo amaba, pero no lo haría, si el castaño no se esforzaba que caso tenía pelear por él.

Taylor suspiro y aparto la mirada.-escucha yo...-

Un fuerte golpe se escuchó en la calle, ambos salieron de la casa asustados. Un coche había chocado contra un árbol, pero no era cualquier coche.

Demián se acercó de inmediato y ayudo a la rubia a bajar.-¿Qué sucedió?-

-queria enseñarle a manejar.-hablo el beta bajando y sacudiendo su ropa.

-el árbol se cruzó.-se excuso la chica.

Demián le miro molestó.-¿Acaso estás loca? ¿Que si no fuera un árbol? ¿Que si otro coche te hubiera golpeado?-

-relájate no paso a mayores.-

-porque pude tomar el volante.-hablo el beta con una sonrisa nerviosa.

Demián observo la pequeña herida que la chica se había hecho en la frente, suspiro cansado y la sujeto del brazo.-hay que limpiarte la herida.-

Taylor miraba como aquel alfa se alejaba y entraba a la casa con la rubia, su pecho dolía.

Saúl miraba aquel coche pegado al árbol, se llevó la mano a la frente y soltó un largo suspiro.-Daniel me va a matar.-

***

Demián limpiaba la herida de la chica, Taylor los miraba de soslayo, y Saúl se comía las uñas al pensar en lo que el médico alfa le diría.

Escucharon la puerta abrirse, Saúl se asustó en cuanto vio a aquel alfa acercarse a él.

-Daniel yo...-

El pelinegro mayor lo sujeto del rostro y comenzó a observarlo por donde posiblemente tendría heridas.-¡¿Te hiciste daño?! ¿Que te duele?-

-estoy bien.-lo detuvo sujetandolo de las manos.-escucha, quería enseñarle a manejar a Candela, no sabía que sería tan difícil, el árbol se cruzó pero no alcanzamos a frenar... El coche...-

Daniel lo interrumpió con un fuerte abrazo.-el coche no me interesa.-se alejo con suavidad y le beso la frente con ternura.-me alegra que estés bien.-dicho esto, cambio su semblante y miro con enfado a la rubia.-si sabes que eres torpe al volante para que pides que te enseñen.-

-parecia fácil.-levanto los hombros restándole importancia.

-¡Por favor! No sabes ni agarrar una bicicleta y quieres manejar un carro.-

-¡Oye!-

-shhh.-el dueño de la casa los silencio al ver qué la pequeña se removió incomoda.

Todos estaban callados, atentos para que la niña no escuchará ruido y se durmiera de nuevo, cosa que no paso.

La pequeña comenzó a llorar y estiró sus bracitos al aire.-baba.-

Demián se acercó y tomo entre sus brazos a la pequeña.-¿Porque no se van a pelear a otro lado?-

Daniel tomó al beta de la mano.-nosotros iremos por algo para comer, es tarde y hace hambre.-

-¡Yo quiero ir!-

-el chicle se pego al zapato.-

-¿Disculpa?-

Los tres salieron de la casa continuando su pelea, Demián negó sonriendo, sus amigos eran tan animados como siempre.

-¡Bibi!-la pequeña se removió con fuerza, pidiéndo ir a los brazos del castaño, quién estaba sentado frente a ellos.

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SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora