Capítulo 54.

1.3K 191 17
                                    

Su casa era un campo de guerra, ropa por dónde quiera que mirase, exámenes sin calificar, juguetes de la pequeña por doquier, platos sucios y platos con comida en cualquier lugar de la cocina.

La pequeña pelinegra jugaba con unos bloques interactivos mientras que su padre descansaba en el sillón con un libro sobre su rostro.

-ba... Ba...-

-¿Mmm?-al sentir las pequeñas manos de su hija, el pelinegro se removió para mirarla con cansancio y dulzura.-¿Que sucede pequeña?-

La pelinegra señalo hacia la entrada de la sala, donde cierta pelirrubia estaba de pie, mirando aquella casa en desorden.

La chica se acercó al alfa y lo miro detenidamente, su cabello había crecido un poco, fácilmente podría peinarlo, y la barba comenzaba a verse un más larga que el tiempo en el que Taylor estuvo en coma.

-si que eres un desastre.-

-no molestes.-se levanto y acaricio la cabecita de su hija.-¿Que quieres?-

-queria hablar contigo sobre el trabajo. Pero mejor cambiemos los planes.-la rubia cargo a la pequeña y está sonrió ampliamente.-sube a cambiarte, yo cambiaré a Isa.-

-no quiero salir.-

-no te pregunté. Te cambias o yo te cambiaré -

El hombre frunció el ceño.-estas loca si crees que voy a dejar que me veas sin ropa.-

-no quiero ver miserias, así que date prisa.-

El alfa hizo una mueca de molestia y se levantó del sillón para hacer lo que su amiga le pedía, sabía de ante mano que la rubia era capaz de cualquier cosa.

***

Taylor miraba con curiosidad las tiendas. Nada le llamaba la atención, era fin de semana y Saúl lo había invitado al centro comercial.

-¿Quieres comer algo?-

-no tengo hambre.-

-entiendo. Pero más tarde comeremos.- siguieron caminando por el centro comercial hasta que Saúl encontró una tienda de regalos y algo en el aparador llamo su atención.-necesito ir a esa tienda, quiero comprarle algo a Daniel, ¿Vienes?-

-te espero aquí. Quiero comprar un helado.-

-bien. No tardó.-

El beta entro al lugar y el castaño se quedó afuera, estaba dispuesto a ir por su helado hasta que cierta pareja llamo su atención.

El hombre que lo había visitado durante varios días en el hospital, caminaba con una hermosa mujer a su lado, y una hermosa niña en brazos del alfa.

Habían pasado tres semanas desde que había salido del hospital y después de la última vez ya no se había topado con ese alfa, posiblemente esa era la razón.

Tenía una mujer en su vida.

Extrañamente un dolor invadió su pecho, la mujer reía al lado de la pequeña y junto a ese alfa, que ahora tenía barba y el cabello más largo.

-¿Que?-llevo una de sus manos a su rostro, notando una sutil lágrima que resbaló por su mejilla.

***

El coche negro esperaba afuera de aquella casa, la puerta principal de abrió dejando ver a aquel beta que lograba hacer que su mundo girará.

-hola.-saludo entrando al coche y besando los labios de su pareja.

-hola.-

-te compre algo.-el beta le entrego aquella bolsa café, la cuál contenía una hermosa lámpara de lava con una rosa negra al centro.

-es bellísima.-sonrio besando de nuevo a su pareja.-gracias.-

-por nada.-

Daniel miro el obsequió, suspiro y miro los hermosos ojos del beta.-te extraño. Me gustaría que volvieras a casa.-

-sabes que no puedo...-

-dejar a Taylor solo.-lo imitó.-lo sé.-suspiro rendido y le acaricio la mejilla con dulzura. -pero en verdad te extraño.-

Saúl suspiro enternecido, en verdad daba gracias por encontrar a aquel alfa, frío y distante con los demás, pero dulce y amable únicamente con él.

Le acaricio la mejilla y beso su frente con una sonrisa.-volvere pronto. Lo prometo.-

***

-¿Para que compramos tantas cosas?-el alfa miraba curiosos las bolsas que ocupaban su mesa y dos de sus sillones.

-es tu despensa de la semana. Compre para cocinar, lo que se usará en la limpieza, y cosas de tu higiene personal, eres un asco.-

-gracias amiga.-hablo con sarcasmo.

La rubia se removió incomoda, pese a que había usado el sarcasmo, escuchar "amiga" por parte del pelinegro, le resultaba extraño. Claro que eran amigos, pero no solían decirselo tal cual.

-sube a darte un baño. Limpiare mientras Isa juega en el corral.-

-no tengo ganas de...-

-se que no. Pero tienes que ser fuerte por tu hija.-y era cierto, tal vez no haría nada por él, pero por su hija lo daría todo.

Desvío la mirada nuevamente hacia las bolsas.-me sorprende que hayas pagado por todo esto.-

-en realidad lo hiciste tu.-

-¿Ah?-la chica le entrego su propia tarjeta.-¿Cómo demonios conseguiste el PIN de mi tarjeta?-

-tengo mis trucos.-

-pense que lo habías comprado con tu dinero, tacaña.-

-mi dinero es mío y de tu hija.-

Demián sonrió, sabía que su amiga no hablaba en serio, varias veces se habían ayudado y siempre lo seguirían haciendo.

***

Taylor recordaba una y otra vez la escena que había visto aquella tarde, el alfa cargando a esa hermosa niña y aquella chica riendo junto a ellos.

Se aferró aún más a aquella sudadera que el alfa le había mandado, el aroma lograba tranquilizarlo, era extraño, pero le ayudaba.

La puerta se abrió y el beta entro con un trozo de pastel en un plato.-hola. Daniel me trajo pastel, ¿Quieres un poco?-

El castaño se sentó sobre su cama y comenzó a devorar el postre, miro al beta y decidió hablar sin mirarlo.

-oye... ¿Crees que puedas... Llevarme con Demián?-

>>>

SOLO QUERÍA UN BEBÉ. (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora