𝗜𝗡𝗗𝗘𝗠𝗡𝗘 | ❝ ¿Es que acaso aún no lo ves, Eve? Todo este tiempo, lo hemos estado construyendo con un sólo propósito... Lo hemos construido especialmente para ti. ❞
━━ Para Helena el adaptarse
a esa pequeña y misteriosa
lo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
17. ¿ǫᴜᴇ́ ᴇsᴛᴀ́ ᴘᴀsᴀɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ ʟᴀʙᴏʀᴀᴛᴏʀɪᴏ?
Duele. Duele más que cualquier otro dolor que haya experimentado antes, y está acabando conmigo.
El líquido en mis venas se siente cada vez más caliente y hace un poco más tortuosa la sensación que quema en mi piel conforme corre por mis venas.
Ni siquiera puedo sentir mi propia respiración, ni a mi corazón bombeando sangre. Algo más está interfiriendo... Algo de lo que soy completamente ajena pero que, de una manera u otra, ha estado dentro mío no hace mucho.
Me encuentro en completa oscuridad en ese momento, pero sé que no me he desmayado. Sigo despierta, sigo consciente, sólo que no puedo moverme ni ver absolutamente nada.
—¡¿Qué le está sucediendo?! —alguien grita, pero no puedo descifrar de quién es la voz.
Justo ahora, se siente como si algo se enredara alrededor de todo mi cuerpo. Como si una cuerda bastante gruesa me hubiese traspasado el pecho para amarrarme de brazos y piernas, dejándome completamente inmóvil.
—¡Mierda!, ¡¿qué es eso?!, ¡¿qué es eso?! —la inconfundible voz de Steve Harrington llega a mis oídos con un tono horrorizado.
No sé cuánto tiempo pasa antes de que el agarre finalmente comience a ceder. Los sonidos van y vienen, y el dolor termina por desaparecer conforme me siento dueña de mi propio cuerpo nuevamente.
Intento mover los dedos de mi mano de poco a poco, hasta lograr que mis extremidades puedan ser manejables del todo. Entonces, la visión vuelve a mis ojos.
Parpadeo una, dos, tres, cuatro veces hasta que logro distinguir los rostros que me miran desde arriba, a excepción de Fiona, quien me abraza por la espalda mientras que sigo recostada en el suelo.
—Helena, ¿me escuchas? —la voz de mi amiga es una melodía para mis oídos ahora mismo—. Por favor, dime que ya puedes escucharme.
—¿Qué... —Mi garganta sigue doliendo a causa de los desgarradores gritos que debí haber soltado, pero eso no me detiene de a completar la pregunta—... pasó?
—¡Eso mismo quisiéramos saber nosotros, Kane! —Steve vuelve a alzar la voz, sin dejar de sonar aterrado y acelerado—. ¿Qué carajo era eso en tu piel, y por qué mierda comenzaste a convulsionarte?, ¡por un momento creímos que morirías!
Apenas si puedo hallarle sentido a lo que dice Harrington, por lo que me quedo en silencio unos instantes mientras que trato de procesar la nueva información sin entrar en pánico.