four. ocean eyes

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ɪ ɴ ɴ

ɪ ɴ ᴅ ᴇ ᴍ ɴ ᴇ

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04. ᴏᴊᴏs ᴏᴄᴇᴀ́ɴɪᴄᴏs.


Ignoro el bullicio que resuena en los pasillos en el momento que localizo mi casillero. Trato de mantener mis emociones a raya cuando los cuerpos avanzan detrás de mí y por poco rozan mi espalda. Luzco irritada hasta la mierda, y eso que apenas voy por mi tercera clase.

Pongo la configuración del candado que asegura la puerta metálica del casillero frente a mí, y la abro con un movimiento brusco. Rápidamente busco con la mirada el libro que necesitaré en mi siguiente clase y lo atrapo en mi mano, azotando suavemente el casillero.

—¿Lista para Halloween, Von-Kane? —Fiona Henderson esboza una amplia sonrisa al momento que la encuentro recargada en el casillero de al lado. El escandaloso olor a jazmín que desprende su suéter llega a mis fosas nasales cuando se aproxima a mí y me arrastra por el pasillo tomándome del brazo.

—No sabes lo emocionada que me encuentro —le digo, con aires de superioridad.

Ella ríe, maliciosamente.

—Me alegra que lo digas, porque mañana en la noche iremos a una fiesta —me informa, deteniendo el paso para posicionarse frente a mí.

—¿Una fiesta? —titubeo, abrazando el pesado libro contra mi pecho—. ¿En dónde?

—En casa de Tina —dice—. No es como que ella me agrade mucho, pero ¿qué importa?, ¡es Halloween! —Mi amiga alza ambos brazos al aire, notablemente extasiada. En cambio yo, luzco perdida y ensimismada en los pensamientos que se atestan dentro de mi cabeza ante la mención de una "fiesta"—. Te divertirás, lo prometo. No te dejaré sola en ningún momento, así que no tienes nada de qué preocuparte —el sonido de su voz parece desentumecer cada uno de mis músculos en un abrir y cerrar de ojos. No paso por desapercibido tampoco la firmeza con la que me dice aquello, logrando que una pequeña sonrisa toque mis ojos.

—Creo que es una buena idea —digo, asintiendo con la cabeza—. Siempre y cuando me prometas que no me dejarás beber demasiado.

Fiona ríe ante la idea, y se las arregla para responder—: Te aseguro que no serás tú la que termine vomitando en las plantas de Tina.

Su brazo vuelve a enredarse con el mío y nos encaminamos a nuestra siguiente clase. Soy vagamente consciente de las miradas que se posan sobre nosotras en todo momento, pero las ignoro con el mentón alzado.

Mi vista recorre los rostros, sin embargo. Veo cada gesto que hay en ellos. El movimientos de los labios, el parpadeo en los ojos y, también, me concentro velozmente en el lenguaje corporal en cada uno de ellos.

Aparto la vista por un instante y la clavo en el suelo, encontrándome con el frente de mis botas, avanzando a toda prisa por el pasillo.

—Hey, Byers —la voz de Fiona suena alta a mi lado, sin embargo, no presto atención hasta que dice—: ¿Conoces a mi amiga Helena?

𝗶𝗻𝗱𝗲𝗺𝗻𝗲 ─ STRANGER THINGS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora