twenty one. i'm still here

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ɪ ɴ ɴ

ɪ ɴ ᴅ ᴇ ᴍ ɴ ᴇ

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21. sɪɢᴏ ᴀǫᴜɪ́.


Ha pasado un rato desde que cerré la boca. Ha pasado un rato desde que vi por última vez hacia los ojos de Billy Hargrove mientras le contaba a detalle todo acerca de mí, todo acerca de lo que sucede en Hawkins...

Había sido bastante específica al hablarle de mi niñez en El Laboratorio. El incidente que me hizo escapar y que, al mismo tiempo, casi me mata. También lo hice con mi llegada a Hawkins y los encuentros con el monstruo sombra. El haber recuperado mis poderes y todo recuerdo referente a mi pasado, pagando el precio de pertenecer a las raíces de este ser interdimensional. Le conté, incluso, todo sobre el asunto de Will. El Desuellamentes. El portal. La existencia de Once.

Soy plenamente consciente de que la información es bastante difícil de digerir, sin embargo, entendía lo mucho que ayudaría el que Billy estuviera enterado de todo esto. Después de todo, ya estaba más que involucrado, ¿no?


—Sabes que, de no haberlo visto con mis propios ojos, no te habría creído ni media palabra de lo que has dicho, ¿cierto? —el chico a mi lado habla finalmente, volviendo a llevar el cigarrillo a sus labios para dar otra calada.

—Lo sé —asiento, sin molestarme en mirarlo directamente.

—Bueno, al parecer todo está bastante jodido. —Billy resopla y tira el cigarrillo a sus pies para aplastarlo con su bota. Entonces, me mira—. ¿Qué va a suceder ahora?

—Pues, no me queda mucho tiempo —digo mientras me aparto del auto, de modo que quedo frente al rubio que sigue mis movimientos con atención—. Necesito enfocarme en mi poder.

Una arruga aparece en su frente.

—¿Para qué?

—Ya te lo dije. —No puedo evitar rodar los ojos al cielo. Sin embargo, una sonrisa me delata—. Mi hermana cerrará el portal y necesito protegerme. De lo contrario, podría perder el conocimiento como el día en que huí del Laboratorio.

—¿Cómo lo harás? —Recarga la cabeza a un costado de su cuello, entornando sus ojos hacia mí.

—Sólo es cuestión de concentración —respondo, y hago un gesto desdeñoso con una mano para restarle importancia.

—Pero...

—Si no te mantienes callado —lo interrumpo—, no podré hacerlo, Hargrove.

El mencionado asiente a regañadientes y desvía la mirada a algún punto fijo en el suelo para no tener que mirarme a mí, lo cual agradezco.

Tomo una profunda respiración y cierro los ojos, sumergiéndome en la espesa oscuridad que pueden brindarme mis párpados. Camino sobre el río negro de mi consciencia y dejo que la suave marea me envuelva los tobillos hasta subirse a mis muslos. Sólo entonces, puedo arrastrarme al fondo.

𝗶𝗻𝗱𝗲𝗺𝗻𝗲 ─ STRANGER THINGS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora