𝗜𝗡𝗗𝗘𝗠𝗡𝗘 | ❝ ¿Es que acaso aún no lo ves, Eve? Todo este tiempo, lo hemos estado construyendo con un sólo propósito... Lo hemos construido especialmente para ti. ❞
━━ Para Helena el adaptarse
a esa pequeña y misteriosa
lo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
05. sᴏᴍʙʀᴀ.
Lo que restaron de las clases, me hizo sentir enferma y exhausta. Las últimas dos clases que compartí con Jonathan Byers y una tal Nancy Wheeler, hizo que mi estómago se retorciera y por poco me vi vomitando mi desayuno sobre mi libro de Historia.
Las miradas fugaces que Jonathan le lanzaba a la chica de cabello corto sin que ella lo notase, me hizo confirmar mis sospechas. La amargura tiñó mis facciones durante todo ese rato y una desdeñosa sensación me embargó en el tortuoso trayecto. Aun así, traté de ignorar al muchacho que, extrañamente, comenzaba a atraerme más de lo que imaginé.
El sonido de una campanada hace que expulse todo el aire que estaba reteniendo en mis pulmones.
Me apresuro a guardar el libro y mi cuaderno dentro de mi mochila al tiempo que la cuelgo sobre mi hombro, lista para salir del aula de clases. Al cruzar el umbral una chica de cabellos oscuros y chaqueta rosada me extiende una hoja anaranjada, la cual tomo sin hacer preguntas.
"Fiesta de Halloween de Tina." Es todo lo que leo para saber que se tratada de la fiesta que me había mencionado Fiona hace unas horas.
Doblo el papel con mis dedos y dirijo la vista al frente, encontrándome con Nancy y Jonathan dándome la espalda. Mi pecho se estruja cuando los veo hablar entre sí. No sé exactamente de qué trata su conversación, pero podría jurar que es acerca de la fiesta que dará Tina, ya que Nancy le extiende la invitación con entusiasmo y él niega como respuesta.
De pronto, su interacción se ve interrumpida por un chico de cautivadora cabellera y gafas oscuras. El movimiento brusco que hace al tomar a Nancy por la espalda no me deja inspeccionarlo como espero. La muchacha chilla como respuesta, encarando a la persona que la alzó sin su consentimiento y lo obliga a deshacerse de las gafas.
Mis pasos se vuelven cada vez más lentos cuando lo veo fijamente, sin encontrar algún parentesco entre los tantos rostros que he visto últimamente. Aparto la vista de golpe cuando la pareja se besa y empiezo por recobrar mi paso.
Entonces localizo a Jonathan, quien camina a toda prisa sin siquiera mirar al frente. Las inmensas ganas de alcanzarlo y hablarle calan en lo profundo de mi pecho, pero ignoro la tediosa necesidad de ceder cuando doblo a la izquierda, en dirección al baño.
Ahueco el agua entre mis manos y la atraigo hacia mi rostro una vez que me inclino sobre el lavabo. Un lento jadeo se me escapa de los labios en el momento que el agua fría toca mi piel. Dejo que la sensación helada me consuma por completo antes de abrir los ojos y descubrir mi reflejo en el espejo que tengo enfrente.
Mis ojos viajan a través de cada detalle de mi cara y se detienen en el descolorido tono que hay que mi ojo. Muerdo mi labio inferior con fuerza y desvío la mirada.