CAP 4

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_ ¿Qué? - Sophia responde confundida.

_ No sé qué hacer - dice Greta.

_ Ok si esto es una mala broma déjame que yo hablo con ese tal "bromista" que planeó todo. No me importa si hablo sólo desde el teléfono.

_ Es inútil. Malcolm mi repartidor, la única persona humana que vendrá a verme a diario, no quiere hablar del asunto. No hay nadie más. Sólo estamos yo y ese... muñeco.

_ Entonces vente a casa. No tienes por qué cuidar a alguien sin vida - da como solución Sophia.

_ Sí, eso haré. Estaré ahí mañana a la mañana.

Ambas se saludan y cuelgan la llamada. Greta sale de la cocina y se dirige a la biblioteca. Agarra aquel libro que le había llamado la atención, "mi escondite preferido", y se dirige a la terraza de la casa, dónde lee un par de capítulos.

 Agarra aquel libro que le había llamado la atención, "mi escondite preferido", y se dirige a la terraza de la casa, dónde lee un par de capítulos

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Hará lo que sea hasta que anochezca, excepto cumplir las reglas de la lista. Cuidar a ese muñeco es lo último que quiere.

Pasa un buen rato y se aburre de leer. Vuelve a la mansión. Irá a cocinarse algo con la mercadería que dejó Malcolm.
Entra a la cocina pero se espanta al no ver nada. No hay ni una lata de atún, ni una fruta, nada en la nevera, nada que pueda comerse.

El primero que se le viene a la mente es el muñeco. Se dirige a las escaleras y sube lentamente, como si de una película de terror se tratara.

Llega y se asoma a la puerta de la habitación de Brahms. Allí está el niño de porcelana, sólo que ahora con la lista de reglas en sus manos.

Greta se espanta. Sabe que éste le está exigiendo que cumpla con la lista. No piensa en nada más que en llamar a Malcolm.

Tambaleando un poco, baja las escaleras con velocidad. El miedo la invade por completo.

Entra a la cocina y toma el teléfono de la pared. Marca el número de Malcolm:

_ ¿Hola? - pregunta el chico.

_ Malcolm, soy Greta - habla alterada.

_ Greta... ¿Estás bien?

_ La mercadería no está, y el muñeco...

_ Wow, ¿No has seguido las reglas?

_ ¡Claro que no Malcolm! - grita por los nervios.

Malcolm hace un pequeño silencio.

_ Ok tranquila. En serio quisiera ir allá para acompañarte...

_ ¿¿Y por qué no vienes?? - la pregunta de Greta se interrumpe con el sonido de una taza cayéndose al suelo, detrás suyo.

Greta se voltea y da un largo grito ahogado...

Brahms el niño 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora