CAP 21

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Abro los ojos. Me quedé dormida. Siento que mi cabeza está apoyada sobre algo. Miro a mi izquierda y me doy cuenta de que estoy recostada en el hombro de Bramhs. Intento levantarme pero el chico lo hace primero y me deja caer sobre el sillón.
Mientras me levanto lo veo alejarse de la sala rápidamente. Me parece que se enojó. Camino hacia la salida con la esperanza de que siga allí, pero no, no lo veo. Así que subo la escalera para ver si está en alguna de las habitaciones de arriba.
Al llegar a la tercer planta un conocido tono se escucha desde mi habitación. Es el tono de llamada desde mi celular. Apresuro mis pasos hasta aquel lugar y atiendo la llamada, que es de... ¡Sophia!

_ ¡Hola! - le saludo alegremente

_ ¡Greta! Intenté llamarte por el teléfono de la mansión pero me decía "sin línea".

_ Ah sí sobre eso...

_ ¿Qué?

Antes de responder miro para todos lados para comprobar que Brahms no esté, pero sí, está y me observa desde el armario. Mi cerebro me indica una señal de peligro.

_ ¿Greta...?

_ Sí, estem... - me alejo de la habitación disimuladamente - escucha, necesito que llames al... 911 (eso último lo digo susurrando).

_ ¿Al qué? - no entendió lo que dije.

_ Al novecientos... - Brahms me interrumpe tomándome de los brazos y me quita el teléfono.

_ ¡Llama al novecientos once! - le grito a mi hermana antes de que Brahms tirara el teléfono contra el suelo. Éste se parte a la mitad. Me volteo hacia el enmascarado.

_ ¿¿Cómo te atreves?? - le reclamo.

Me acerco a mi celular y lo levanto del suelo, junto a la batería que se le salió de lugar. Prosigo a bajar la escalera principal.
En medio de los escalones pongo la batería dentro y al bajar me detengo en la segunda planta de la casa.
Me dirijo hacia la sala de estudio y pongo el teléfono sobre la mesa de aquel lugar. Me siento en la silla e intento encenderlo. No funciona. Vuelvo a probar y nada. Abro la tapa y saco la batería. La acomodo en otra posición y cierro la tapa. Pero aún así al intentar encender el aparato, no pasa nada. Genial, muchas gracias Brahms, ahora me quedé sin teléfono.
Dejo el celular allí y apoyo mi cabeza sobre mis brazos:

Pasan algunos minutos y veo la silueta de Brahms en la puerta de la sala

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Pasan algunos minutos y veo la silueta de Brahms en la puerta de la sala.

_ ¿Qué quieres? - le pregunto con desgana.
Él no me responde pero noto cómo su estómago ruge. Al instante el mío también ruge. Creo que es hora de almorzar. Me levanto de mi asiento y camino fuera de la sala. Bajo la escalera para ir a la cocina. Brahms me sigue por detrás.

Ya allí tomo algunos ingredientes y comienzo a cocinar. Preparo unas salchichas con dos huevos fritos, acompañado con algunas verduras y especias.

_ ¿Qué esperas? Siéntate - él toma asiento.

Una vez lista la comida, la sirvo en dos platos para cada uno y almorzamos... Bueno, en distintos lugares porque Brahms se llevó su plato a otra parte, para comer sólo.
Diez minutos después viene Brahms corriendo a la cocina. O más bien saltando a la cocina, como si fuera un conejo.

_ ¿Terminaste verdad? - él asiente alegremente (o eso parece).

Como no trajo su plato consigo (y sí... otra vez) me levanto de la silla y voy a buscarlo. Luego vuelvo a la cocina.

_ Brahms no puedes dejar el plato allí - lo dejo con desgana dentro del lavadero.

Me acerco a la mesa para seguir comiendo mi almuerzo.

_ Y además... no entiendo cómo es que puedes estar tan feliz. Después de lo sucedido con mi celular... Yo estaría muy apenada si fuera tú - Brahms gira levemente la cabeza para un costado - ya no puedo llamar a mi hermana, ni al 911 ni a Malcolm, que no sé dónde estará... - sigo comiendo mi comida. Brahms sólo observa.
Pasan los diez minutos y me levanto y dejo mi plato en el lavadero. Prosigo a salir de la cocina.

_ Estaré en mi habitación... - digo antes de subir la escalera principal.

Ya allí, me recuesto en la cama, sin nada más que hacer que mirar el techo.
De la nada se me viene a la mente el armario. Aquel escondite donde Brahms solía... espiarme. Me levanto y me acerco a él. Miro para todos lados y giro la perilla...

Brahms el niño 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora