Brahms el niño 2.0

CAP 15

Narrador/a: Greta

Abro la puerta y corro, pero no de frente sino girada hacia Malcom. No me voy a ir sin él.
El tipo enmascarado se voltea hacia mí ¡y viene hacia mí! Yo voy a girarme pero Malcolm grita: "¡Brahms!".
Es decir...¿Qué? ¿Cómo que "Brahms"? No entiendo nada.
De todos modos no pude seguir pensando ya que el pelinegro, a pesar de haberse detenido, vuelve a perseguirme. ¡No puedo creer lo rápido que es! Estoy frita, además ni se a dónde dirigirme.

De pronto siento que su mano jala mi cabello. Doy un fuerte grito. ¿No se da cuenta de lo mucho que duele que te jalen del cabello?
Intento soltarme y no puedo. Su mano es muy fuerte.

_ ¡Brahms sueltala!

Me volteo hacia Malcolm. Mi opresor aún presiona mi cabello. Malcolm por otra parte sostiene una jabalina. La mano que la sostiene tiembla. Tiene miedo y es entendible.
Miro al pelinegro. Éste observa a Malcolm e inclina la cabeza, como si estuviera planeando algo.

Todos estamos quietos, nadie mueve un músculo. Pero de la nada mi opresor suelta mi pelo y brusco camina para atacar a Malcolm. Malcolm retrocede.

Si el enmascarado cree que me voy a quedar de brazos cruzados está equivocado. Corro y me abalanzo hacia el pelinegro, impidiendo que avance. Lo golpeo en la cara con mis manos, lo cual resulta una acción torpe e inútil. Él intenta empujarme. Estoy a punto de caerme, pero miro su máscara. La lleva puesta por algo. Tal vez por el miedo de que vean su verdadero rostro. Por esto pongo una de mis manos en la máscara y se la saco. Ésta cae conmigo.

Por suerte me salvé de otro golpe en la cabeza. Me reincorporo mirando a mi opresor que se tapa la cara con ambas manos. Tal como lo sospeché. Mi idea de sacarle la máscara funcionó. Me levanto y corro hacia Malcolm. Los dos corremos hacia la escalera principal. Bajamos los escalones como un rayo. Bueno... Al menos yo. Malcolm se distrae mirando hacia atrás. Quién sabe por qué lo hace.

_ ¡Vamos a la cocina! - le grito. Él accede.

En la cocina cierro la puerta y pongo en esta una silla para reforzarla, como lo hice en la habitación del muñeco esa noche.

Miro el teléfono. ¿Y si llamo a la policía? Es una buena opción, así nos protege.

_ Tengo que confesar algo... - Me interrumpe Malcolm. ¿Confesar algo? ¿En este momento? Lo escucho - como habrás oído, esa persona enmascarada es Brahms. Nunca murió en el incendio. Te mentí para hacerte creer que el muñeco tenía vida, porque Brahms me pidió que lo hiciera. Él sólo quería hacerse pasar por un niño normal, uno que se porta bien, para que tú lo quieras y seas su niñera. Pero ahora que escuchó que te vas al parecer perdió la paciencia y...

_ ¿Y...?

_ Quiere que te quedes con él para siempre.

_ ¿Qué? - pregunto retóricamente - No, no puedo hacer eso. Tengo que volver a casa. Además para mí él es un completo extraño...

_ Lo sé, pero si él se llega a enterar que te dejé ir me matará, seguramente.

Un repentino ruido no nos deja hablar ya que provienen de las paredes de la cocina. Es como si alguien estuviera paseando entre ellas. Algunos cuadros y muebles en la pared se ponen a temblar.

De pronto se detienen. Pasan unos segundos de un incómodo silencio y luego...