CAP 16

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¡Es Brahms! Ha salido de... ¿La pared? Creí que esa silla bloqueando la puerta le impediría entrar...
Él se acerca bruscamente hacia mí. Yo retrocedo. Malcom se pone delante mío. Brahms sólo lo desmaya con un puñetazo. Yo me volteo y corro. Paso de largo la puerta de entrada de la cocina ya que me llevará tiempo destrabarla de la silla. Me acerco a la encimera y tomo lo primero que encuentro y se lo lanzo. Al enmascarado no le hace daño. Sigo corriendo y miro la pared, en especial aquel sector del que Brahms salió. Aquel escondite. Me adentro en él y Bramhs me sigue.
Apresuro mis pasos dentro del túnel oscuro y con telarañas. No sé a donde voy y apenas veo. Lo único en mi mente es encontrar una salida. De la nada los pasos de Brahms dejan de escucharse, por lo que me volteo y no está allí. No sé qué le habrá pasado pero qué importa, ahora tengo la oportunidad de escapar. Pero cuando me volteo ¡PUM! Choco contra él y caigo al suelo. La visión se me oscurece. No tengo idea de que pasó, si me desmayé o no, pero el asunto es que me despierto recostada en una cama.
Me reincorporo lentamente y miro a mi alrededor. Es una habitación que no conozco. Está más sucia que las patas de Smith, un gato que tuve de niña. Parece sacada de una película de terror. A mi costado, a las dos del reloj mis ojos captan una mesita, que enfrente de tiene un pequeño sofá. Pero lo más importante es el teléfono. Sí, un teléfono.
Me levanto bruscamente. Casi me caigo de la cama. Corro hacia aquel aparato y lo tomo. Sólo marco 911 y espero.

_ Hola 911, ¿qué necesita? - habla una voz de mujer.

_ H-hola, necesito que... que me ayuden - digo tartamuda.

_ Por supuesto, ¿en qué puedo ayudarle? - con tono relajado. Yo no respondo. No es que no sepa qué decir sino que no tengo el valor o quizá las palabras para describir la situación.

_ ¿En qué puedo ayudarle? - vuelve a repetir la policía.

Justo en ese momento escucho pasos que se acercan al lugar. Me volteo y corro hacia la cama y me escondo debajo de ella. Fue por impulso. Escucho el rechinido de una puerta abriéndose. Luego pasos que se acercan hacia donde estoy. De pronto veo unos pies descalzos que se detienen en frente de la mesa del teléfono. Un golpe mezclado con el sonido del aparato telefónico suenan al mismo tiempo y muy fuerte. Me asusto ya que el lugar está tan silencioso que ese escandaloso sonido se escuchó por toda la habitación.
Luego veo que él se voltea y lentamente se acerca hacia la cama. Se agacha para ver debajo de ella. Mi mente ya se arrepiente de no haberle gritado a la policía que un psicópata me secuestró. Podría reunir refuerzos y venirme a buscar.

Una cara enmascarada aparece a la vista, pero algo más, una voz.

_ Greta... - susurra con tono inquietantemente infantil.

Mientras me mira fijamente pienso en si debo escapar o no. En el caso de que escape Brahms podría atraparme, eso seguro. Pero tampoco puedo quedarme aquí sin hacer nada.
Me muevo hacia la orilla, pero al instante Brahms también se mueve y se queda quieto cuando yo me detengo. Entonces intento escapar por la otra orilla y adivinen... Brahms vuelve a impedirmelo.

_ Ven aquí - extiende su mano hacia mí.

_ ¡No! - grito de repente.

Brahms se queda quieto sin mover la mano de su lugar. La mirada con la que me mira es realmente irritante. Da la sensación de que debajo de esa horrible máscara hay una sonrisa burlona de parte de él.

_ ¡Déjame ir, déjame tranquila!

Pasan unos minutos de pura eternidad y silencio. Da la impresión de que este sujeto no se rendiría ni aunque le paguen.

_ Haber... - calmo el tono de mi voz - ¿Qué quieres de mí?  ¿Por qué me tenés como a una prisionera? ¿Mmm?

Brahms no dice ni una sola palabra.

_ Ah, no me quieres responder...

Quizá si hago lo que él quiere, me dejará escapar.

_ Está bien, haré lo que tú me digas. Pero luego... me dejarás libre, ¿De acuerdo? - siento mi corazón en el cuello. Nunca estuve tan nerviosa en toda mi vida.

Brahms asiente lentamente y se aleja de mí. Me arrastro fuera de la cama y me reincorporo del piso, quedando de frente hacia el pelinegro.

_ Ok... ¿Qué quieres que haga? - pregunto en un tono tímido.

Bramhs no responde, como era de esperarse, pero sí se me acerca más. Me mira fijamente. Yo no lo miro a la cara pero sé que él lo está haciendo. De pronto veo que acerca su mano a la mía. Yo me alejo pocos pasos atrás. Sí, se que dije que le dejaría hacer lo que quiera pero es que aún él me atemoriza.
Brahms vuelve a acercarse pero un repentino ruido desvía su mirada. Es el ruido de una puerta cerrándose fuertemente. El enmascarado se va corriendo y me deja sóla. En este momento es donde mi conciencia me grita "escapa ahora", por lo que empiezo a buscar otra salida que no sea por la que se fue Brahms. Si me escapo por allí estoy frita. Me atrapará, eso seguro.

Camino un poco a mi izquierda. Está un poco oscuro en ese sector. Me cuesta verificar si lo que veo es real, pero parece que en el suelo hay una trampilla. Me acerco a ésta.

Tenía razón, es una trampilla

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Tenía razón, es una trampilla. Me agacho e intento abrirla pero... está cerrada. ¡¿Qué quieres de mí mundo cruel?!

De pronto escucho pasos corriendo hacia mí y una mano se posa sobre mi hombro.

_ ¡Greta! - dice la voz de Malcolm.

Me volteo rápidamente y ahí está él.

_ ¡Vámonos! - me susurra...

Brahms el niño 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora