CAP 7

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Se acerca a la lista y la vuelve a examinar. Las reglas no son fáciles de recordar. Algunas tienen algo de sentido, como "limpiar las rejillas" o "sólo Malcolm trae las entregas", pero siguen siendo insólitas.

Sorprendentemente no tiene nada más que completar. O al menos por ahora. "Leer un cuento" y el "beso de buenas noches" tocan más tarde, y las rejillas ya las limpió Malcolm, cuando le enseñaba a cómo hacerlo.

Da un respiro de alivio. Se acerca al muñeco:

_ Ok Brahms, ya acabé por ahora. Ahora tendré un tiempo libre, ¿Estás de acuerdo? - mira atentamente a los ojos del muñeco. Si él es capaz de moverse, también debería dar señales de respuesta. Pero no, él no responde.

_ ¿Brahms? - vuelve a preguntar - dime algo. Sigue sin haber respuesta, por lo que ella se rinde, se voltea y se va.

Mientras pasea por la casa buscando algo interesante para hacer, nota que la música del tocadiscos terminó. Quisiera dejar ese reconfortable silencio, pero no puede, sabe que debe poner otro tema musical, o de lo contrario...

Unas luces en la pared la distraen de su pensamiento. Éstas parpadean. La chica supone que es algo normal debido a la antigüedad que tiene la casa. Sigue caminando.

Se detiene al toparse con dos salas: la biblioteca y la sala del tocadiscos. Recuerda que dentro de la biblioteca hay un piano. Malcolm se lo había enseñado, por lo que decide ignorar por un rato el tocadiscos y se adentra rápidamente en la biblioteca.

Se acerca al piano y se sienta en una sillita que está frente a éste. El piano es antiguo, pequeño y tiene un color marrón oscuro mezclado con claro.

Le emociona volver a ver a este instrumento. Es su segunda vez, ya que la primera vez había tocado con un piano de juguete, cuando era una niña.

 Es su segunda vez, ya que la primera vez había tocado con un piano de juguete, cuando era una niña

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Su madre le había enseñado la canción "estrellita dónde estás". Y hasta el día de hoy la recuerda. No del todo pero la recuerda.
Pone sus manos sobre las teclas y toca aquella música.

La melodía de este piano es mucho mejor que la de aquel piano de juguete, obviamente.
Mientras toca, imagina que su madre está sentada a su lado. Tiene unas ganas irresistibles de abrazarla, aunque sea una última vez.

Cómo no tiene nada más que tocar en el instrumento, se para de su asiento y sale de la biblioteca.

Se adentra en la sala del tocadiscos. Toma un nuevo disco de la caja de discos y lo coloca sobre el tocadiscos. Una nueva melodía suena. Ésta le hace dar un salto del susto a Greta, porque a penas empezó y su volumen era altísimo.

Corre de esa sala y se dirige a la cocina.
Quiere echarle un vistazo al muñeco para ver que se encuentre bien. Al asomarse a la puerta se le agrandan los ojos. La puertita del congelador está entre abierta. Brahms sigue allí sentado, pero esta vez tiene un plato enfrente suyo, adornado con algunas migajas.

Greta comprende que aquel plato es el que dejó en el congelador.
Se acerca a la nevera y cierra por completo la puertita

Se voltea mirando al muñeco, luego al plato y al muñeco otra vez

Levanta suavemente el plato de la mesa y lo lleva hasta el lavado de platos. Se voltea nuevamente.
Se acerca a Brahms y lo levanta de su silla, alzandolo como alzaria a un bebé...

Se acerca a Brahms y lo levanta de su silla, alzandolo como alzaria a un bebé

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Brahms el niño 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora