Capítulo 6

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- Maldito.

Fué lo único que pudo soltar Jimin.

Estaba muy pero muy molesto, igual ya era un amargado, ¡Pero las situaciones lo ponían más que amargado! Era su culpa, era culpa del castaño que estaba a unos metros más adelante que él, lo odiaba, ¿Y como no odiarlo? ¿¡No sabe que a Park Jimin no le gusta escalar!? Apenas y caminaba a alguna parte, no lo jodan.

La peor idea que se le pudo ocurrir a Jungkook fue llevarlo a la montaña más grande de Pied Piper, ¿Y saben que? ¡En las montañas no hay un maldito ascensor!

Bufó cansado y esta vez Jeon no se aguantó a responder.

- Vamos, no seas tan amargado - detuvo su caminata para girarse a ver cómo el más bajo luchaba por llegar a él.

- ¿¡Amargado me dices!? - Preguntó agitado - ¿Quien en su vida dice: Oh estoy aburrido, debería subir una montaña para divertirme? ¿ah? - Jeon quería reír. La reacción completa del pelinegro era digna de película, aunque verlo con su respiración entrecortada y mejillas sonrojadas por el calor removió un poco su interior.

Pero sólo un poco.

- Estamos por llegar, Jimin - Intentó animarlo - Cuando estemos arriba entenderás todo, valdrá la pena.

- Si me estas llevando a la cima para después lanzarme por ser hetero, solo dime, te aseguró que yo mismo me lanzo desde aquí - El castaño no tardó en carcajearse, la verdad el menor era muy dramático.

- Ven - le extendió la mano y Jimin lo observó confundido - Te ayudaré a llegar para que al que lancen de la cima no sea a mi - le sonrió. Park tenía orgullo, claro que lo tenía, como el hombre que era, pero en ese momento estaba cansado y en crisis, estaba débil y cayó, así que tomó la mano del mayor y dejó que lo guiara, preguntándose porqué se sentía tan bien estar sostenido a él.

Era realmente divertido fijarse en sus manos y darse cuenta de la gran diferencia que hay entre ellas, mientras que las de él eran regordetas y un poco pequeñas, las de Jeon eran grandes y sus venas resaltaban como una obra de arte en un lienzo, sobre el dorso de su mano, tan blanquecina, tan fuerte.

Ok, sus pensamientos estaban fuera de lugar.

Quiso dejar de pensar en eso alzando su vista, sin embargo ahora se encontraba con la gran espalda del mayor saludandolo a través de esa tela semitransparente que llevaba puesta. Jimin tragó con fuerza y quiso golpearse, ¿Estaba drogado? ¿¡En que Diablos pensaba!? El no era así, para nada.

Y sigue sin ser así, solo... Estaba débil, eso es.

- Llegamos - Esa voz tan suave y gruesa llegó a sus oídos haciéndolo pegar sus pies a la tierra y darse cuenta de su al rededor.

Unos pasos más hacia adelante y su ojos saltaron de asombro al notar la hermosa vista que se podía percibir a esa altura.

- ¡Wow! Se ve toda la isla desde aquí - inquirió el pelinegro emocionado, casi al punto de dar brinquitos. Se había quejado todo el camino, pero admitía que todo valía la pena, que debia dejar de ser negativo y soltarse, sin tener presiones consigo mismo.

- Impresionante, ¿no? - Le sonrió al momento en que el más bajo volteó a verlo - Llevo muchos años vacacionando en Pied Piper y siempre decido venir aqui en primer lugar, la vista es estupenda y tendrás el mejor atardecer de tu vida, ya veras - Jungkook se sentó en el suelo y posó su vista al cielo, calculaba que no faltaba mucho para el atardecer, por lo que sonrió.

- Entiendo, la caminata es fuerte pero la vista lo vale - Respondió Jimin para seguir al mayor en su acto, y se sentó a su lado.

- Pied Piper es una verdadera joya.

Gay Island ◎ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora