Jimin no era un chico tranquilo, para nada, ni con ninguno de los sinónimos que le encontraban a esa palabra se asemejaba.
Sobre pensar hasta la más mínima cosa era su único pasatiempo. Al tomar decisiones, desde las más simples a las complicadas, se creaba películas en su cabeza llenas de negatividad, para terminar con un rotundo no, a permitirse ser libre.
Quizás su personalidad hubiera sido distinta si sus antiguos compañeros de clase no se hubiesen planteado en hacer de la vida escolar del pelinegro fuera un completo calvario. Quizás si no le hubiera prestado atención a todos los comentarios ofensivos que lanzaban contra el fuera diferente, más suelto, más feliz.
Pero no, le creyó a todos esos infelices , convirtiéndose en una persona tan insegura que hasta el simple hecho de pensar el teñirse el cabello le ponía los vellos de punta.
¿Y lo peor? Es que el deseaba con todo su corazón darle color a su cabello.
Estaba tan atado, parecía que el mismo se había puesto unas esposas y se había privado de la libertad. Ya había encontrado comodidad en esa prisión, sin embargo, ¿Por qué se sentía tan bien desobedeciendo a las insesables alarmas de su cerebro?
Llevaba dos noches sin dormir desde aquella tarde con el castaño en la montaña, ¿Y por qué? Por el simple hecho de sentir paz. ¿Por qué la paz lo hacía sentir intranquilo? Será porque el chico llevaba años sin saber lo que era sentirse de esa manera.
Y Jungkook, él le producía paz.
Jimin sonrió en su cama y abrió sus ojos, para despertarse con los mejores ánimos que su cuerpo podía producir. Si, quería ignorar su cerebro, quería dejar de sobrepensar y arriesgarse, quería ser él...
Y su corazón saltaba fuertemente en su pecho al notar que había tomado una decisión desde ese día, ser libre.
Luego de un buen baño, Jimin se servía una taza de café humeante, dió un sorbo con sus labios y gimió feliz al probar el sabor dulzón de ese líquido, Park por fin se permitió endulzar el café como el quisiera, sin importarle las calorías que subiera.
Aun los miedos estaban presentes, de volver a ser el chico del pasado, pero, por primera vez en su vida quería ser valiente, y aunque fuera a pasos de bebé lo iba a lograr.
La primera mordida a su tostada fue interrumpida por su celular, y Jimin no se molestó por ello, porque sabía de quien se trataba. Con el nombre de "Jenko" en su celular se dispuso a leer el mensaje, mas animado como de costumbre.
"¿Paso por tu hotel en media hora y salimos? Igual debo buscar algo por allá y puedo pasarte a buscar ti también"
El pelinegro respondió aceptando su propuesta y mencionando también su número de habitación, para luego apresurarse a arreglarse, quería verse bien y no entendía porqué.
La puerta sonó con tres toques atrás de ella y el pelinegro no pudo evitar sonreír, se vió por última vez en el espejo y se encaminó a abrir, sin embargo, su comisura cayó al ver quién se encontraba tras ella.
— Me dijiste que hablemos luego, y ya estoy muy impaciente, Jimin — Habló Momo con rapidez apenas el mencionado había aparecido en su campo de vision, tenía miedo de que éste le cerrará la puerta — ¿Sabes por qué? Porque estas en esta isla solo, yo se que te deje esa noche en esa fiesta y no sabes lo arrepentida que estoy, pero no quiero que sigas pasando los días solo, yo... Yo haré lo que tu quieras, ¡Solo hablame! — El pelinegro solo la observó en silencio para luego suspirar cansado.
— Pasa — Se hizo a un lado y la fémina pasó hacia aquella habitación teniendo en su interior la esperanza de recuperar a su mejor amigo — Lo que hiciste estuvo mal — dijo luego de colocarse frente a ella pero con una distancia prudente.
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Gay Island ◎ Kookmin
RomanceDonde Jimin, una persona que se asegura heterosexual, es obligado por su mejor amiga lesbiana a ir de vacaciones a "Pied Piper" la famosa isla para gays. Solo es una isla desbordada de homosexuales, ¿Que le podría pasar a un hetero? ¿Verdad? ◎ His...