25

773 73 13
                                    

Los días pasaban. Aquel día para el pecoso fue el mejor de todos, se habían divertido tanto que quedaron exhaustos.

Alimentando a lo animales; bakugou siendo perseguido por una cabra, izuku riéndose, bakugou maldiciendo, izuku riéndose, bakugou pisando popo de pato, izuku riéndose, izuku corriendo mientras bakugou le seguía, insultandolo, mientras izuku, bueno, reía.

Izuku se cayó y bakugou se reía, izuku piso charco de lodo, ensuciando sus zapatillas blancas, bakugou riéndose, izuku se pinchó el dedo con una espina de las rosas, bakugou riéndose, un perro mió en lq pierna de izuku y bakugou se reía. Y al final del día bakugou tenía en su frente una curita yq que se chocó contra un poste de luz. Así finalizaron el día.

Habían pasado dos meses, así de rápido. El tiempo en que bakugou convivió con su mejor amigo y con shoto, quien lo consideraba su amigo.

En ese tiempo, su condición empeoraba, pero se esforzaba en que no se notara. Le dolía, le dolía dejar a su pequeño izuku, sabía que no estaba sólo, se consiguió un buen alfa, din embargo deseaba con todas sus fuerzas poder estar con izuku hasta envejecer ambos. Un amor tan grande como el de bakugou hacia izuku era irremediable. Un amor tan lindo como el de la hermandad.

El pecoso estaba bajando las escaleras mientras tallaba sus ojos. Tenía puesta una camiseta de su alfa, quien, se había quedado la noche anterior a dormir ya que descansaba hoy.

-mhñ~, buenos días todoroki-kun _dijo bajo y con voz ronca por el pleno despertar._

- ...buenos días, cariño.

El pecoso se detuvo de golpe para girar a mirar a shoto con los ojos totalmente abiertos y sus mejillas sonrojadas. Estaba sorprendido y avergonzado.

-¿q-que acabas de decir? _preguntó bajo_

-¿mh?. _lo mira, tomando un poco de café _ dije buenos días... _dijo neutral _

- s-si, eso lo se, pero... después de eso... _bajo la mirada jugando con sus dedos_ di-dijiste algo muy bonito.. d-después de los "buenos días".

Shoto alzó una ceja mirándolo confuso. Al caer en cuenta abrió un poco mas sus ojos sonrojandose levemente las mejillas. Apartó la mirada tapando su boca con una de sus manos. Aclaró la garganta para mirar de reojo a midoriya quien estaba yéndose al mesón para hacer su desayuno.

- Ya hice el desayuno. _se acercó al omega, deteniendose tras él_ es algo sencillo, pero esta rico. _lo abrazó de ls cintura apegandose a su cuerpo y posar su mentón en el hombro del pecoso_ ...

-¿p-pasa algo, todoroki-kun? _preguntó nervioso, sin las agallas de girarse y encararlo_

- no es nada..., sólo necesito energías _dijo bajo_ ¿no puedo?

-¡¿eh?! _se giro para mirarlo. Mala elección, pues, se sonrojó a tope al verlo tan cerca suyo_ n-no... s-sólo preguntaba...

Dijo en murmuro apartando la mirada. Shoto se le quedo viendo. Esas mejillas, tan pecosas de una forma tan linda, como si en ellas pudieras ver las constelaciones más hermosas. Ese rubor encendido hacía resaltar más lo hermoso que se veía, sus ojos, tan brillosos que miraban a otro lado por nerviosismo, su cuerpo temblando ligeramente, su cabello desordenado. Si, sin duda alguna es lo mas hermoso que a visto y no se cansaría nunca. Izuku Midoriya era la octava maravilla, quizás no en este mundo, pero en su mindo era el primero y el único.

- Midoriya...

Aquella voz, que súplicaba que lo mirase, hizo erizar al pecoso, esa voz que a sus oídos era la mejor melodía. No pudo resistirse y desviar su mirada a aquellos ojos heterocromaticos, esos ojos tan lindos para él y, aún mas lindos con aquella cicatriz. Quedó atrapado, su respiración agitada, aquellas esmeraldas brillando como si de una estrella se tratase.

[CAFÉ DULCE] • Omegaverse• TODODEKU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora