10. TriBeCa

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Todo fue preparado como querían. Subieron al yate, actuando de forma cariñosa. Varios del equipo del ojiazul, les indicaban qué hacer, como si fuera una película. Cada paso, minuciosamente hecho al milímetro.
Los paparazzis no tardaron en aparecer con teleobjetivos, para capturar los dulces momentos de la pareja que estaba arrasando en los medios.
Besos, abrazos, risas, fotos que no tardaron en salir.
El rizado, que comía en un restaurante, observaba las noticias que aparecían en la televisión del local. Hablaban de Lou y Ellie. Negó varias veces. Miraba su plato en silencio mientras que, su equipo, conversaba.

— Imaginad el éxito que tendría Medicine, si la sacamos por todas las plataformas.
— Sin duda sería un bombazo.
— Podríamos hablar con l-
— No sacaremos Medicine.

Todos pusieron la vista en el joven cantante, quién fue el que dijo aquello. Tenía una expresión seria mientras comía.

— Harry, la canción tiene éxito con solo haberla cantado en vivo.
— No me importa Bruno, no sacaremos la canción. Podemos, ponerla en la set list de algunos de los siguientes conciertos.

Se miraron unos a otros de su equipo. Asintieron y siguió la comida.
Salieron del restaurante tiempo después. Iban por el muelle, como no. Cada equipo, busca sacar su propio beneficio. El ojiverde no se libraría de ello.
El paseo por esta zona lo propuso el mánager de Harry, que le llevaba por el camino empedrado.

— Te veo muy callado hoy, Styles.
— No tengo nada que decir.
— Vamos, disfruta un poco, estás siendo muy poco justo contigo.
— Ya.

El ojiverde se apoyó en la barandilla que cubría todo el paseo marítimo. Observaba las pequeñas barcas que se movían al ritmo del mar, como un baile. La suave brisa le acariciaba la piel, meciendo sus delicados rizos. Divisó a lo lejos el yate donde iba el ojiazul.
Harry portaba gafas de sol, por lo que su mirada podía dirigirla hacia ellos sin ser visto. Apretó lentamente sus puños, que se apoyaban sobre la barra blanca. Apretó levemente sus dientes, marcando más su mandíbula: El chico a quien besó, ahora estaba con una mujer bajando del yate, en la otra punta del muelle, tomados de la mano.

Mientras el menor estaba sumergido en sus pensamientos, los paparazzi no tardaron en tomar fotos de la escena. Además, unas fans que paseaban por allí, pudieron grabar como su ídolo reaccionaba en silencio ante Louis y Ellie. Vídeos que fueron duramente criticados por diversos motivos.
Había demasiada controversia. La gente no se ponía de acuerdo. Aseguraban de que Harry solo estaba sereno, tranquilo, al margen del otro cantante. Otros, afirmaban que el ojiverde se sentía triste, enfadado.
Las fotos del yate, terminaron con el equilibrio de la balanza del stunt. Cada vez más personas creían en la relación.

En el hotel, Ellie tuvo que asistir a una reunión de modelos, por lo que dejó a Lou tranquilo, solo. Justo lo que buscaba.
Escribió a Harry, esperando poder aprovechar su tiempo a solas.
Hubo suerte, ya que el rizado se encontraba ya en su domicilio.
El castaño llamó, esperando.

— Hola Lou
— Hola solecito

Silencio. Casi se podía escuchar a uno mismo. Varios minutos así, hasta que decidió hablar.

— Perdona...ando con mucha mierda en la cabeza y...
— Hey, está bien. ¿Quieres hablar de ello?
— Estaba en el muelle. Me llevaron allí. Os vi.
— Solecito yo...
— No Lou, no digas nada. Sé que tú no tienes la culpa.
— Me gustaría ver tu rostro...¿puedo volverte a llamar, como videollamada?
— Si...

Pasaron a verse el uno al otro. De alguna forma tenían que hacerlo.

— ¿Ves? Mucho mejor. Ahora si yo digo algo tonto, tú sonreirás, y podré ver esos hoyuelos.

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