18. Una firma

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Lou volvió de sus vacaciones muy contento. Había podido estar dos semanas con Harry sin preocupaciones, sin paparazzis, sin nadie que les molestara.
En su último día de descanso, recibió una llamada de su mánager, Luke. Solo le dijo que Sheldon quería reunirse con él para un asunto importante.
Entró lentamente por la puerta, dando al interior de un tipo de despacho que tenía el dueño de la discográfica.

— ¿Quería verme?
— Si. Siéntate.

Tomó asiento en silencio. El tono del veterano le dio mala espina.
Sheldon se limitó a darle la foto del beso.
El castaño iba ha hablar pero el contrario le hizo gesto de silencio.

— Te estoy dando todo lo que quieres Louis, todo. Te he acogido en mi discográfica, que no acojo a cualquiera, solo a los mejores. Te doy la oportunidad de iniciar tu gira con éxito, conseguir promoción para tu carrera, ¿y así me lo pagas?
— Sheldon yo...
— No. Cuando alguien me toca los cojones, paga por ello. Ten, firma esto.

Le acercó un contrato. Era tan solo una hoja. En cada palabra, sentenciaba un destino malo para el joven: debía firmar para optar por la libertad de Harry en lugar de la suya. ¿Decía eso el contrato realmente? Si, aunque las palabras que se utilizaban eran de forma distinta, decía así:

Por el presente contrato, autorizo a la discográfica de Sheldon Collins 'Shellins' a prohibir que tenga cualquier contacto con mi posible pareja Harry Styles.

Cualquier desacuerdo con el contrato o, en el caso de la no firma de éste, el cantante Harry se verá sometido a la prohibición de cualquier acto relacionado con la comunidad LGBT e incluso no portar ningún símbolo de ella, así como suspender sus próximas giras y trabajos en su respectivo estudio.

En el caso de que el titular firme, las condiciones anteriores no serán ejecutadas. Sin embargo, el presente que firme, deberá cumplir órdenes de los altos cargos de su equipo, así como evitar cualquier contacto con el otro cantante.

Firma del titular:

Leyó al menos tres veces aquel trozo de papel, sin percatarse de que, por sus mejillas rodaban pequeñas lágrimas. Debía elegir entre su libertad, o la de Harry. Esto estaba siendo demasiado.

— N-no puede hacerme esto, Sheldon...
— Tú eliges. O tú, o él.
— P-pero...y-yo lo amo..n-no hacemos nada malo...s-solo nos amamos...
— ¿Crees que me importa eso? Firma.

Tragó saliva, con las manos temblorosas. Observó el papel. Cada vez más lágrimas salían por sus azules ojos.
Si tenía que elegir, elegiría mil veces que su novio fuera libre. Estaba dispuesto a cualquier cosa por él...

Tomó el bolígrafo del escritorio y firmó su sentencia. El veterano sonrió con maldad.

— Buen chico.

Palmeó su hombro y le hizo salir. Sentía que había muerto allí dentro. Se sentía sin vida, en un simple cuerpo.
Todo estaba bien, ¿por qué todo se complicaba así?

— O-oye Hazz... sé q-que estás en concierto P-pero... quería decirte que...n-no podré ir a verte la semana que viene...¿v-vale? A-adios t-te...t-te quiero..

Mandó el mensaje por buzón de voz. Las lágrimas ya salían sin rumbo, sin poder cesar la presa de su ojos.

Cuando el rizado volvió al hotel y escuchó el mensaje, le escribió.

Hoy, 23 de enero, 0:32

Bebé <3

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Harry: Baby, apenas estoy en el hotel. Que ha pasado? Se te escuchaba triste :( [0:32] ✓✓

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